Estoy empezando a ver la conocida serie Fringe. Solo llevo 3 episodios, y ya he visto 2 cosas muy llamativas, que merecen mencionarse en este blog. Hoy comentaré la primera de ellas, que ocurre en el segundo episodio de la primera temporada. Al principio del episodio, una pobre chica se queda embarazada y a los pocos minutos da a luz, muriendo en el parto. El niño vive unas 4 horas, tiempo durante el cual crece y envejece de forma muy acelerada (de hecho, se supone que muere de viejo). Más adelante, el científico loco protagonista (literal lo de loco, y un personaje que promete) lo explica recurriendo a hormonas de crecimiento y a unos experimentos de hace años.
Bueno, vamos a obviar toda la parte biológica del crecimiento y el envejecimiento, y vamos a centrarnos en una ley física básica: la ley de conservación de la materia, o dicho de otro modo, «la materia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma». En el episodio, el recién nacido alcanza el tamaño de un ser adulto en pocas horas. Y a menos que pensemos que se quede hueco por dentro para mantenerse en torno a 3 kilos, eso no es posible.
Seamos niños o adultos, tengamos extrañas enfermedades o no, el peso que ganamos es debido a la ingesta de alimentos. Lo que comemos y bebemos tiene tres destinos posibles (ruego me perdonen los médicos, biólogos, nutricionistas y demás, por la simplificación): ser usado como combustible, ser expulsado, o pasar a formar parte de nuestro cuerpo. Podemos considerar nuestro cuerpo como una caja negra donde entran y salen cosas. Si entra más de lo que sale, la diferencia es materia que se queda en nuestro interior (ganamos peso). Si entra menos de lo que sale, estamos perdiendo materia de nuestro propio cuerpo (perdemos peso). Y si entra la misma cantidad que sale, nos mantenemos.
Siendo detallistas, en las entradas y salidas de nuestra caja negra deben incluir el aire que inspiramos y expiramos ¿por qué? Pues porque cuando «quemamos calorías», lo que está haciendo nuestro cuerpo es una reacción química (combustión), en la que átomos de carbono que forman parte de nuestro combustible sin usar, se combinan con átomos de óxigeno proveniente del exterior, para formar dióxido de carbono, que expulsamos al exterior. El aire que soltamos con cada bocanada, pesa un poquito más que el que habíamos inspirado, pues se lleva átomos de carbono que había en nuestro cuerpo (formando parte de moléculas de azúcares y grasas, por ejemplo).
Para ganar 5 kilos de peso en un periodo de tiempo determinado, necesariamente debemos ingerir más de 5 kilos de alimento y líquido durante ese mismo periodo de tiempo. En el caso de la serie, vamos a olvidarnos de la parte de la gestación (que también tendría su aquel), y pongamos que el niño pesa 3 kilos al nacer, y el cadaver pesa unos 40 kg (siendo generosos, ya que el cadaver no parecía ni tan pequeño, ni tan desnutrido). El desdichado personaje habría incrementado su masa corporal unos 37 kg en tan solo 4 horas. Y eso es totalmente imposible a menos que haya ingerido 37 kg de alimento (más, en realidad, ya que parte se destina a la combustión), cosa que ningún personaje dice. Cuando el jefe explica a los protagonistas lo ocurrido, simplemente indica que el bebé crecía a un ritmo que era claramente perceptible por los que estaban ahí, sin hacer mención alguna a que tragara decenas de litros de leche materna.