Revista Economía
La última historieta dada a conocer por el gobierno peruano, que comenzó con el indulto otorgado por el Presidente de la República a Francisco Crousillat, pasando por la defensa desubicada del indulto por el mismísimo Ministro de Justicia Aurelio Pastor y que ha culminado con la desaparición del beneficiado y la defenestración del Ministro; ha puesto en evidencia una vez más un estilo del gobernar de Alan García en este segundo mandato.No en vano, como lo sostuvimos en un post anterior(i), el empresario Dionisio Romero señalaba que el Presidente García había cambiado. Efectivamente, durante este segundo gobierno, ha aprendido a desahacerse de los asuntos que lo involucran, llevando el centro mediático y político sobre sus ministros. Hoy, con mayor razón se reafirma que en política no hay que ser ingenuos. Así que García no puede volver a cometer el error de involucrarse en cada aspecto de su gobierno, tal como lo hizo en su primer gobierno.En este gobierno, los escándalos políticos y de corrupción, han culminado con la renuncia o la separación del ministro de la cartera involucrada. Pilar Mazetti y el escándalo de los patrulleros sobrevalorados, Jorge del Castillo y el escándolo de los "petroaudios", Yehude Simon y el sonado caso de Bagua; Francis Allison y el caso de Business Track y ahora último Aurelio Pastor y el indulto fabricado de Crousillat. En todos estos casos, con ciertas particularidades que lo diferencian, el Presidente de la República se ha presentado ante la sociedad como una persona sorprendida, o como un gerente que ve que sus empleados han cometidos errores que ameritan una evaluación de su permanencia en el gabinete. en ninguno de stos caso, se ha escuchado del Presidente una defensa del ministro.Sin embargo, en más de uno de estos casos, Alan García ha estado involucrado en la toma de decisiones o en todo caso ha tenido conocimiento total de la situación. Así, por ejemplo, en el caso de Petroaudios que revelaron el papel lobbysta de Rómulo León, el Presidnete nunca dió explicaciones de sus reuniones con Canaán. Y menos como su secretaria personal se reunía con personajes ligados a los mencionados. En el caso de Francis Allison, parece jugar con la escopeta de dos cañones. Aunque él no estaba desinformado de la exitencia de este tipo de empresas, pues tal como denunica G. Gorriti en su libro sobre los "petroaudios", el utilizó los servicios de espionaje durante la campaña electoral del año 2006. En último y reciente caso del indulto, verdaderamente resulta poco creíble que el Presidente haya sido sorprendido. Primero, porque quien como Presidente firma el indulto de un personaje tan vinculado con Montesinos, debió haber evaluado correctamente si las razones estaban bien fundamentabas ya que era previsible que tal indulto iba a generar muchas reacciones en contra. Porque finalmente el indulto lo otorga él y no el Ministro de Justicia. Él es finalmente el responsable político.Alan García, parece haber adoptado una conducta política, como aquella frase que dice: De-tín marín de-dó pin-güé / Cúcara mácara títere fue / Yo no fui, fue Teté / Pégale, pégale que ella fue. Así, el Ministro de Justicia ha hecho el papel de Teté en la historia del indulto "trafa" de Crousillat, tal como lo hizo antes Allison. Ante cualquier escándolo termina abdandonando al ministro a su propia destino, como si el escándolo sólo involucrara al ministro y no vá niveles superiores del gobierno .---------------(i) Véase: http://azkopeuk.blogspot.com/2009/12/garcia-el-presidente-de-romero.html