Fuego eterno para Raymundo Gleyzer, al cumplirse 37 años de su desaparición 27/05/2013
Posted by María Bertoni in Cine, Periodismo/Medios.trackback
Hoy lunes 27 de mayo se cumplen 37 años de la desaparición de Raymundo Gleyzer, que la dictadura militar asesinó en el centro clandestino de detención El Vesubio. A la par de este aniversario, repiquetean en nuestras cabezas la reciente muerte de Jorge Rafael Videla, las palabras de la Presidenta durante el festejo del 25 de mayo (en especial aquéllas sobre la necesidad de empoderar a la ciudadanía para que vele por las conquistas alcanzadas en esta última década de democracia), la proximidad del Día del Periodista. Sin dudas, estos cuatros elementos constituyen un contexto propicio para (volver a) ver Fuego eterno, documental de Cynthia Sabat sobre la prolongada ausencia del documentalista y camarógrafo de Telenoche.
El mediometraje presentado a fines del año pasado en la 27ª edición del Festival de Mar del Plata, y disponible en la plataforma Cinemargentino hasta mañana martes, rescata la figura de Gleyzer a partir de los testimonios de su esposa Juana Sapire y del hijo que tuvieron juntos, Diego. Algunos espectadores interpretamos esta aproximación como un aporte pertinente al retrato que Ernesto Ardito y Virna Molina filmaron diez años atrás.
De hecho, si el primer documental repasa la trayectoria profesional y militante de Raymundo, el segundo se concentra en lo ocurrido tras la desaparición: el interminable exilio de Juana y Diego en los Estados Unidos, el ejercicio de memoria a la distancia, la búsqueda de verdad y justicia, la discusión en torno a la (im)posibilidad de perdón, el regreso a la Argentina para declarar en el juicio contra los jerarcas de El Vesubio (por donde, dicho sea de paso, también pasaron Haroldo Conti y Héctor Germán Oesterheld).
Con un pie en Nueva York y otro en Buenos Aires, Sabat transita distintos “antes” y “después”. El traslado entre ciudades, entre el invierno de allá y el verano de acá, también supone un viaje en el tiempo. Mientras las fotos y la voz de Gleyzer nos retrotraen al compromiso asumido en los años ’60, las imágenes de su hijo y nieto proponen un movimiento pendular entre mediados de los ’70 y mediados de 2011. El ADN se revela como material ignífugo de un fuego eterno que mantiene vivo un legado político, social, intelectual.
“Trataron de silenciar a una generación de gente maravillosa y honorable… Y les salieron hijos y nietas con más fuerza y lucha y vida”, escribió Diego en esta carta que su madre leyó ante el Tribunal de Comodoro Py. Imposible no relacionarla con esta otra misiva que Raymundo le escribió a su hijo poco antes de convertirse en víctima del terrorismo de Estado.Además de completar el trabajo de Ardito y Molina, Fuego eterno es una suerte de anticipo del libro Compañero Raymundo, que Sabat y Sapire escribieron -y siguen puliendo- juntas, y que en principio se publicará en el transcurso de 2013. Los admiradores del documentalista y camarógrafo encontramos en este dato otro motivo para recomendar el mediometraje que Cinemargentino exhibe gratis hasta mañana martes 28 de mayo.