Revista Cultura y Ocio

Fuencarralera, burra y petimetre en los pliegos de cordel

Por Historia Urbana De Madrid Eduardo Valero García @edjaval

Imagen añeja de mujeres trabajadoras inmersas en el diario sacrificio de ganar unas perras -de las chicas-, retratadas por don Salvador R. de Azpiazu Imbert junto al Mercado de la Cebada. Más allá la cúpula de San Andrés y el lugar de descanso eterno de Isidro, el labrador, a quien tanto rogaban en beneficio de sus mercancías.

Señoras de edad y otras más jóvenes ofrecen los productos de la huerta; hermosos, relucientes, apetecibles pimientos, tomates, cebollas... Todo fresco, recién arrancado de la tierra, anunciado con sus melodiosos y característicos gritos:

"-¡A tres cuatos el manojo de cebolla, y sin capar!"

"-¡La limoneraaa! ¡Toito agrio!"

"-¡Melares melares melaritoooos, melares para los militares. Y bien pesao!"


Ecos perdidos en rincones añejos de nuestra ciudad de los gritos de vendedores ambulantes que hoy traen el recuerdo de las fuencarraleras o foncarraleras.

Y no llega esta elección por casualidad -que estos tipos madrileños eran variopintos-, sino por la referencia que hacen de ellas en nuestro grupo de Facebook dos de sus miembros, Antonio Checa Sainz y José Laso Teresa.

"[...] Yo vivo en los barrios bajos, y desde la plaza, donde está mi casa, se columbra un buen trozo de tierra castellana y un gran espacio de cielo.
Y hay en la plaza unos sombrajos que cobijan puestos de fuencarraleras, y hay otros puestos de verduras, y los hay también de baratijas, y está el puesto de la cangrejera en la esquina , y más allá, junto a la fuente, el de la requesonera, toda peripuesta de mandil y manguitos blancos, muy repeinada con bandolina; y hay también su corro de traperos, tomando acuerdos, antes de lanzarse a la conquista de Madrid; y hay voces y pregones y disputas, y de vez en vez el acento desgarrado de una vendedora joven rompe el aire cristalino do la mañana con su "Todas en una perra" o "En diez céntimos tóos, parroquiana".

Lejos de contar su historia (Ver artículo de la revista Madrid Histórico, nº. 62) nos centramos brevemente en la presencia de estas vendedoras en un gracioso texto de 1782.

Se trata de "Tertulias de la Aldea, y Miscelanea Curiosa de Sucesos Notables, Aventuras Divertidas y Chistes Graciosos, Para entretenerse las noches del Invierno y del Verano", siendo el Pasatiempo III el que nos ocupa, perteneciente al Tomo II de la obra escrita y publicada por Joseph Manuel Martin en 1782.

"Caminaba para Foncarral, uno de los Lugares inmediatos á Madrid, una Aldeana de aquel mismo Lugar, despues de haber vendido su hacienda, como acostumbran en la Corte. Llevaba delante de sí una borrica.
Encontró en el camino un pisaverde de Madrid, el qual advirtiendo que la Foncarralera era de agraciado rostro, sintió movido el apetito á sellarle con sus labios.
Para este efecto, deteniéndose á conversar con ella, la preguntó adónde iba? Respondió, que volvía á su Lugar.
Y quál es vuestro Lugar, repreguntó el de Madrid, paysana hermosa?
Foncarral, señor mio, respondió ella.
Había estado este tal bastantes veces en dicho Lugar, y conocía allí varias gentes. Prosiguió pues diciéndola:
De Foncarral? ¿Conoceréis según eso, á la hija de Fulano?
Sí conozco muy bien, respondió la Aldeana.
Pues llévala, dixo el Caballero ó Petimetre, este beso de mi parte; y al mismo tiempo hizo movimiento á executarle en ella; pero ella apartándose con denuedo, le replicó:
"Señor mio, si teneis tanta prisa de enviar vuestro beso á la hija de Fulano, dádselo á mi burra, que va delante, y llegará al Lugar primero que yo:" dando luego con la vara á la burra, acompañando el golpecon un arre, pasó delante, dexando al bufón de Madrid hecho un estafermo."


Esta obra pertenece a las publicaciones denominadas "pliegos de cordel", de la que se conoce una primera edición de 1765 escrita por Hilario Santos Alonso e impresa en la casa del ya citado Joseph Manuel Martin. En aquella de Santos Alonso se incluían algunos fragmentos del Quijote y Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes Saavedra.

Los "pliegos de cordel" eran llamados así por tratarse de cuadernillos cuyas hojas o pliegos estaban atadas con un cordel, no superando en algunos casos las treinta y dos páginas; aunque lo más frecuente eran ocho o menos.
La obra que hoy presentamos estaba compuesta por cuatro pliegos (ocho páginas) y se vendía al precio de un real en la casa u oficina del tal J. M. Martin, situada en la calle de la Cruz.

Las "Tertulias de la Aldea, y Miscelanea Curiosa de Sucesos Notables, Aventuras Divertidas y Chistes Graciosos, Para entretenerse las noches del Invierno y del Verano" de Hilario Santos Alonso tuvieron tanto éxito que se imprimieron nuevas ediciones entre 1768 y 1782, siendo la nuestra la correspondiente a ese último año y con J. M. Martin como autor.


El 15 de julio de 2015 la Casa Durán sacará a subasta el lote nº 3001, correspondiente al compendio publicado en 1768 por J. M. Martín con un precio de salida de 250 €.

- Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz / Fondo Azpiazu

- Biblioteca Nacional de Francia / Gallica


Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Memoria de Pez. Parte II: Comercios antiguos y peces gordos (Siglo XVIII)", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

* Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.

* En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

© 2016 Eduardo Valero García - HUM 016-002 RECUPAPEL

Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


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