Revista Religión

Fumata negra para Ratzinger

Por Ikerag @ikerag85

Fumata negra¡NO HABEMUS PAPA! Esta es, sin duda, la noticia del día, el Papa Benedicto XVI renuncia al cargo y su último día en el Pontificado será el 28 de este mismo mes, asi lo ha hecho saber en un comunicado que pilla a muchos de sorpresa.

Las razones de su renuncia son, según el, la falta de fuerza en el cargo y que lo hace por el bien de la Iglesia, y por añadir algo, yo diría también que por el bien de muchos fieles. Ya que Benedicto XVI no ha sido un Papa modelo como si lo fuera, por ejemplo, Juan Pablo II. No han pasado ni ocho años desde que accediera al Pontificado aquel 19 de abril del 2005 y, desde entonces, no se ha visto una acción “buena” de este Papa, ya que muchas han sido las críticas que se ha llevado.

Como dato curioso destacar que desde el año 1415, es decir casi 600 años, no ha existido una renuncia papal, en aquel entonces fue Gregorio XII quien lo hizo, este dato se suma inexorablemente a la sorpresa de esta mañana.

Pienso que, con esta renuncia de Ratzinger, ahora se abre un debate, ¿está en decaimiento la Iglesia?, ¿cuáles son las razones que llevan a Benedicto XVI a renunciar de su cargo?, ¿qué pasará a partir del próximo 28 de febrero? Son incógnitas que desde este blog se me es difícil contestar, pero estoy seguro de que algo hay detrás, algo que, evidentemente, nunca se nos contará a la ciudadanía y que, seguro, Ratzinger se llevará a la tumba las verdaderas razones de su renuncia y lo que pase a partir de entonces será una vuelta a empezar, nuevo Cónclave, nuevo Papa y con la frase de ¡HABEMUS PAPA! comenzará una nueva andadura con el cardenal escogido en la Capilla Sixtina.

Para terminar os dejo con una copia del comunicado dado esta mañana por el Papa Benedicto XVI en el cual anuncia su renuncia al cargo papal:

“Queridísimos hermanos,

Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.

Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.

Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.

Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos.

Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.

Vaticano, 10 de febrero 2013.”


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