Revista Cine

‘Furia de Titanes’- cómo no hacer una película, ¡Por Dios!

Publicado el 19 octubre 2010 por Cinefagos


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Gracias a Dios, no todas las películas tienen por qué ser obras maestras o productos que se vayan a convertir en Films históricos. De hecho te llena de tranquilidad saber que existen películas que sirven como mero entretenimiento, que son hijas de su tiempo o que sirven a un propósito más allá del de contarnos una historia que nos toque la fibra sensible. Si todo fuera épico y drámatico, al final nada lo sería y viviríamos en un mundo aún más aburrido de lo que ya lo es. Por eso, las dos películas de “Furia de Titanes” merecen que les dediquemos unos minutos para hablar sobre ellas, porque serán recordadas como dos momentos definitivos en la historia de la técnica de efectos especiales, y nada más. La versión original de los años ochenta significó el ocaso de Ray Harryhausen y la de 2010 es y será un ejemplo del cine malo, hecho a trompicones y con la única esperanza de sacarte el dinero en taquilla de la forma más brutal, directa, y cruda de toda la historia.

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En 1977 George Lucas había creado una nueva forma de hacer efectos especiales, así que el campo del stop-motion ya estaba cayendo en desuso. Comparándola por ejemplo con Superman, que es un año posterior, Star Wars fue un bombazo tecnológico que hoy día ha envejecido bastante poco. Los efectos de Harryhausen ya resultaban caducos y significaron, entre otras cosas, el fracaso de la película. Sin embargo, por sus circunstancias se convirtió en una película difícil de olvidar, y a principios del siglo siguiente, embarcados en una fiebre remakeadora sin límites, se decidió utilizar el título y el trasfondo griego para contarnos una historia de videojuego, todo un Blockbuster haciendo uso de las cosas de moda.

Cosas como el cine en 3D, que no es ni mucho menos nuevo, pero que James Cameron ha popularizado con “Avatar”. A eso le sumamos el fichaje de su actor protagonista sin ni siquiera cambiarle el corte de pelo, Sam Worthington, que a mí me parece un buen actor, pero que no acaba de encontrar un lugar donde encaje del todo. Pero claro, rodar en 3D es muy caro, por lo que la película se grabó como se hacen las de toda la vida y poco antes del estreno se le sometió a un tuneo para convertirla en un espectáculo para el cual era necesario gastarse más dinero en las gafitas de rigor. Eso hace que la película, vista en los cines, tenga un aspecto de cartón que tira para atrás, y a día de hoy se ha convertido en un rasero a través del cual medir la calidad del 3D, siendo “Furia de Titanes” el equivalente a 0.

De hecho, donde más se nota el 3D es en los créditos finales y en los insertados en la pantalla, lo que nos hace pensar que han sido diseñados después del tuneo para explotar al máximo las posibilidades del formato. Aun así, no recuerdo casi ninguna escena (salvo la del Kraken acercándose a la pantalla) que parezca estar diseñada para que el público se sienta incómodo, al contrario que ese anuncio de colonias hiperfashion llamado “Resident Evil: Afterlife”.

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Pero lo peor de la película no es eso, sino sus sucesivos cambios de guión que afectaron a escenas ya grabadas, lo que obligó a traer de nuevo a los actores para, tras acortar tramas secundarias, dejar un argumento tan simple y soso que avanzaba a trompicones. En algunos momentos la película es entretenida, pero luego parece notarse un tijeretazo y todo es muchísimo más aburrido y malo. En tublogdecine publicaron un artículo acerca de todo lo que difería la versión que hay guardada en los estudios de la que ha llegado a los cines, y en donde podemos ver cómo han quitado gran parte del metraje donde aparecían los dioses, algunos personajes e, incluso, han cambiado los sentimientos del protagonista respecto a las mujeres del film (vamos, que siendo directos casi se tira a su hermana).

Luego, en el apartado del doblaje, Sam Worthington parece estar gafado. En tres películas que le he visto, ha tenido tres dobladores distintos. El de “Terminator Salvation” no parecía ni siquiera profesional, el de “Avatar” era el mismo que Brad Pitt pero con ronquera, y en “Furia de Titanes”… bueno, lo mismo. Además, creo que Worthington  funciona mejor en proyectos como “The Fields”, haciendo de detective junto a Chloe Moretz (Hit Girl en Kick-Ass), Jeffrey Dean Morgan (el comediante en Watchmen), dirigida por la hija de Michael Mann.

Pero la película no es del todo mala. Como aventuras fácilmente digeribles sirve, y si lo que quieres es pasar un rato con palomitas, esta es aceptable, aunque hay otras mejores. De hecho yo vi “Furia de Titanes” en una sesión doble y me lo pasé mucho mejor con la que vino después. Hay buenas escenas de acción, escorpiones gigantes que atacan al son de Heavy Metal y efectos especiales decentes Así, queda claro que una película muchas veces no es lo que es, sino lo que le dejan, un sacacuartos a recordar en cuanto se hable del 3D en los próximos años (y no precisamente por lo bueno) y el comienzo de una nueva franquicia. Es el vivo ejemplo de repetir todo lo que ha tenido éxito y mezclarlo, y lo que nos queda es un videojuego del tipo God of War donde Ralph Fiennes tiene que volver corriendo para grabar la escena de su final. De hecho, lo que más me gustó fue el Cameo del Furby búho metálico de la película original. Por cierto, si queréis saber cuál fue la otra película que vi junto con esta, os diré que tienen algo en común: mi queridísima Gemma Arterton.

Para leer la ficha de la película pulsa aquí.


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