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Fútbol en Navidad

Publicado el 05 enero 2019 por Trescuatrotres @tres4tres

Todos los años por estas fechas, a la falta de fútbol oficial en nuestro país, se plantea idéntico debate en los corrillos futboleros y periodísticos patrios: ¿se deberían jugar jornadas de Liga durante las Navidades?

Cada año miramos de soslayo con cierta envidia hacia Inglaterra, cuya liga instaura dos o tres jornadas navideñas durante estas fechas. La opinión en España parece unánime en lo referente a que lo deseable sería que, en unas fechas en que los aficionados, especialmente los niños, suelen disfrutar de más tiempo libre, lo propio sería que el espectáculo se adaptara a aquéllos a los que va dirigido y se hiciera lo posible por concentrar al menos un par de jornadas de Liga en el lapso que media entre Nochebuena y Reyes. O incluso tres, como este año en la Premier, cuyo calendario ha sido dirigido en el sentido de concentrar en el ya famoso Boxing Day diversos partidos entre los equipos de mayor talla del fútbol británico. Como vemos, en la Premier están en la onda de "todo por el espectáculo". El resultado: estadios abarrotados y audiencias televisivas espectaculares.

En España, tradicionalmente, el fútbol navideño ha estado copado por bolos de nulo atractivo deportivo y de escaso interés y seguimiento por parte de los aficionados. Los que tenemos cierta edad recordamos aquellos partidos contra la droga que enfrentaban a dos combinados de jugadores de la Liga española. O aquel bolo navideño Norte contra Sur, o los insípidos e insulsos partidos de selecciones autonómicas contra selecciones nacionales de cuarta o quinta fila que suponían para la mayoría de jugadores un engorro que salvar a modo de trámite en el cual el principal objetivo era meter la pierna lo menos posible para no salir lesionado del intrascendente envite.

Por ello, de un tiempo a esta parte se viene reclamando, por parte del grueso de los aficionados, jornadas de Liga en fechas navideñas. La situación actual es que el sindicato de jugadores, la AFE, no renuncia al derecho adquirido por parte de los futbolistas del descanso navideño. El que suscribe el presente artículo es favorable a la instauración de jornadas de Liga en Navidad, pues redundarían en diversos beneficios.

De un lado serviría para desahogar un poco el calendario, puesto que con un sistema de Copa del Rey a ida y vuelta (éste es otro tema controvertido, el anodino sistema copero con el que contamos), el mes de enero se copa con partidos en fin de semana y entre semana y, asimismo, se podrían eliminar algunas fechas intersemanales de la Liga en jornadas más adelantadas del calendario.

De otro lado, se favorecería la afluencia de público a los estadios por el motivo que dijimos al comienzo del artículo. En especial, se esgrime que se fomentaría un ambiente más familiar en los campos, pudiendo los niños acudir en horarios menos intempestivos al contar con vacaciones escolares y, en general, los aficionados disponen de más tiempo libre.

Bien, esos argumentos son compartidos por el que suscribe, pero la experiencia que hemos tenido cuando hemos disfrutado de fútbol oficial en Navidad no ha sido tan reveladora. Recordemos que tuvimos jornada de Liga los días 30 y 31 de diciembre de 2015. Aquel curso, la AFE se allanó a aceptar jugar en fechas navideñas las vísperas de Nochevieja como excepción puntual y en aras a adelgazar un poco el calendario y que la Liga pudiera terminar una semana antes con motivo de facilitar la preparación de la Selección española para el Europeo de Francia.

Repasando la afluencia de público a aquellos partidos (hubo enfrentamientos tales como un Barcelona - Betis, Sevilla - Español, Real Madrid - Real Sociedad, Villarreal - Valencia, Levante - Málaga o Celta - Athletic) se puede comprobar que ni mucho menos hubo una asistencia en masa a aquellos partidos, ni notablemente por encima de la media de espectadores que se venían dando en aquel curso (no vamos a aburrir al lector con números y cifras). Por otro lado, también ha habido muchos años partidos de Copa del Rey a principios de año (recuerdo partidos de Copa el 2 y 3 de enero) y lo realmente notorio era una afluencia paupérrima de público.

Por tanto, se ha de concluir que la gente pide fútbol en Navidad, pero luego no se acude en masa a los estadios. Quizá porque lo cierto es que en España en esas fechas mucha gente se encuentra fuera de sus ciudades de residencia y no puede - o no quiere- acudir a los estadios. O porque la cultura navideña española invita más a pasar el tiempo con familia o amigos que a asistir a un partido de fútbol pagando entradas en muchos casos a precios prohibitivos.

Pero, entonces, insisto, ¿por qué se pide casi unánimemente fútbol en estas fechas si luego, cuando se ha experimentado con fútbol oficial en España, ya sea liguero o copero; no se acude a los estadios?

Resulta paradójico.


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