Del futuro lo único que sabemos es nada. A pesar de eso habitualmente nos aventuramos a pontificar sobre qué pasará. Hacer simulaciones y escenarios está bien, sentenciar, sin embargo, no parece lo más prudente.
La historia está llena de pronósticos valientes, pero absolutamente equivocados. He aquí una muestra de predicciones que fallaron:
– «Los caballos perdurarán, pero el automóvil no es más que una novedad, una moda». El Presidente del Michigan Savings Bank, 1903, al aconsejar al abogado de Henry Ford que no invirtiera en la Ford Motor Co.
– «No nos gusta su sonido. Los grupos de guitarras están desapareciendo». Del informe de Decca Records para rechazar a los Beatles, 1962.
– «¿Qué haría esta empresa con un juguete eléctrico?». El Presidente de Western Union, William Orton, al rechazar la oferta de Alexander Graham Bell para vender su empresa de teléfonos en dificultades por 100.000 dólares.
– «Los aviones son interesantes, pero no tienen valor militar». El Mariscal Ferdinand Foch. Estratega militar francés, 1911.
– «¿Quién demonios quiere oír hablar a los actores?». Harry Warner, Warner Brothers, 1927.
– «No hay ninguna razón para que un particular tenga un ordenador en su casa». Kenneth Olsen, fundador y Presidente de Digital Equipment Corp., 1977.
José Luis Feito, embajador de España ante la OCDE hasta 2000, afirmaba en una ocasión: “Lo único que sé del futuro es que vendrá a 60 segundos por minuto y a 60 minutos por hora”. Malcom Forbes afirmaba cierta vez: “Cualquiera que diga que los hombres de negocio tratan con hechos y no con ficción, nunca ha leído a posteriori proyecciones a cinco años”.
¿Qué hacer entonces?
Mantener la oreja pegada al suelo para intentar olfatear por dónde van los tiros, arriesgar porque no hay otra alternativa si uno quiere ganar, trabajar duro y luego esperar a ver qué pasa y seguir ajustando las velas según el rumbo que toman los acontecimientos.
* El próximo domingo en el Homenaje a los blogueros tendremos como invitado a Gonzalo Álvarez de El arte de presentar (@artepresentar), una web-blog de referencia en el mundo de las presentaciones. Recomiendo su último post: Si haces presentaciones habitualmente puedes desarrollar un sentido desproporcionado de tu ego.