Revista Cocina
Cuando era adolescente se pusieron de moda los chinitos de la suerte, estaban por todos lados, los tenía de todos los colores, los colgaba de la mochila del cole, de la parte de atrás del lápiz, de pulsera, se convirtió en una fiebre. Quien sea de mi época, que haya nacido en los años sesenta, seguro que los recordarán. Buscado en el baúl de los recuerdos, me los encontré, y cómo no, los quise hacer en galleta. Espero que les traigan mucha suerte.
Cómo los hice: masa de galleta; se hacen dos bolitas, una más pequeña que la otra que se pondrá encima presionando un poco para que se pegue. Se le atraviesa un palillo redondo por el centro, de arriba abajo, formando un agujero. Así se hace lo mismo, con la cantidad de chinitos que se quieran hacer y se guardan en la nevera un rato o de un día para otro. Se hornean, se mueve el palillo para que se despegue y respete el agujero, se dejan enfriar.Se pintan a gusto, imitando lo más posible a los originales, se dejan secar. Una vez secos, se les colocan los hilos de colores.