Lo digo y no es mentira, son de lo más fácil, para los que valoran el sabor y no sólo la vista.
Estas galletas son el resultado de mis experimentos en la cocina, quería tener una recetas sencilla, pero muy rica, para hacer unas galletas en un plis plas.
Y este es el resultado, el test de producto lo han hecho las compañeras de mi madre en las cartas, que cómo todas tienen una cierta edad, son fiables, jejeje, vamos que no dejaron ni las migas.
Ahora veréis los sencillitas que son.
INGREDIENTES:
- 300 gr de harina.
- 200 gr de mantequilla a temperatura ambiente.
- 100 gr de azúcar glas.
- 1 huevo a temperatura ambiente.
- 1 cucharadita de extracto de vainilla.
- 2 cucharadas de leche.
- Azúcar normal para espolvorear.
ELABORACIÓN:
1-2- Mezclamos la mantequilla con el azúcar glas, tamizado, hasta que quede totalmente incorporado y tenga un color blanquecino.
3 - Añadimos el huevo y mezclamos hasta que se incorpore.
4-5- Añadiremos la harina, previamente tamizada, y la leche, y mezclamos.
Ponemos papel de horno en la bandeja, y con la ayuda de unas cucharas de café, iremos poniendo pequeños montoncitos. Hay que dejar distancia entre unos y otros, pues al no llevar levadura, las galletas se extenderán, y nos podrían quedar unas pegadas a otras.
Espolvoreamos azúcar normal por encima, al gusto.
Pondremos en el horno, previamente precalentado, a 180º arriba y abajo sin ventilador. Las tendremos listas cuando veamos que toman color por los bordes.
Extraemos y dejamos enfriar en una rejilla (veréis que están blanditas pero al enfriarse se endurecen).
Ya las tenemos listas para comer.
Se pueden conservar hasta una semana en una lata o recipiente hermético, si es que os duran tanto, jeje.
Os dejo hasta .... no se, ya sabéis que últimamente no tengo control.
Un beso enorme a todas/os.