ISBN:9788416237005 Precio: 18,00€
Alto, corpulento, con barba y melena, sombrero de ala ancha y botas de cowboy, el texano Roy Cady lleva unos años ejerciendo de matón profesional en Nueva Orleans. Roy es un tipo tranquilo, comprensivo, capaz de ver el lado filosófico de las cosas, lo cual no le impide ser implacable cuando la ocasión lo requiere. Pero su vida da un giro radical el día que le diagnostican un cáncer avanzado. De pronto, sus puntos de referencia se trastocan, y el relieve de la realidad cobra una nueva dimensión. Ante la sospecha de que su jefe, el poderoso extorsionador Stan Ptitko, quiere quitárselo de encima, Roy se despoja de sus ataduras e inicia una frenética carrera hacia un horizonte desconocido, donde su encuentro fortuito con una joven desamparada le brindará, tal vez, la ocasión de darle un nuevo sentido a su existencia.
El día que a Rody Cady le comunican que tiene cáncer de pulmón, su jefe, un gran extorsionador y el mismo que le ha robado a su chica, trata de liquidarlo tendiéndole una trampa de la que milagrosamente sobreviven él y una indefensa joven, Rocky. Sin pretenderlo, se hace cargo de la chica y juntos emprenden una frenética huída. Así empieza la novela, con un mal día.
A pesar de que el debut literario de Nic Pizzolatto precede a su éxito cosechado como creador de la serie True Detective, ha sido este último el que ha impulsado que, afortunadamente, Galveston llegue a nuestras librerías. Con tal referencia, inevitablemente, las expectativas se disparan y surgen rápidamente las comparaciones. Difícil no contagiarse, sin embargo, en esta ocasión quise lanzarme a leer a ciegas. Sin conocer más que la sinopsis y con el supuesto que se trataba de una novela negra, me he encontrado que el autor va más allá y explora con gran sensibilidad el alma de sus personajes. De este modo seguimos los pasos de Rody con la carga extra que supone su futuro incierto, convirtiéndose así en un viaje por sus memorias, repletas de reflexiones sobre el destino y el sentido de su vida en un mundo sombrío.
La magnífica incursión por la dualidad psicológica de Rody no deja indiferente. En primer lugar encontramos a un tipo duro, un matón profesional con un lado violento y oscuro pero, detrás, se esconde un hombre atormentado y lleno de heridas que no soporta más la soledad que ha reinado en su existencia. Ahora es consciente de todo lo que ha perdido y pudo ser, sin embargo, mantiene las esperanzas en Rocky, una joven con una historia terrible que aún tiene tiempo de tomar un camino diferente.
"Era como si mi verdadera cara no hubiese aparecido todavía, como si en mi interior existiera otro rostro [...]. Hacía ya cuarenta años que iba por el mundo con esa cara y una parte de mí todavía esperaba ver al otro tipo en el espejo."
Cuando un escritor ahonda con delicadeza y brillantez en la historia y personalidad de sus personajes, lo tiene todo ganado conmigo. Desgarra la forma en que Nic Pizollatto plasma el mundo interior de Roy y esto domina la narración, porque independientemente de la trama, no tan desarrollada, el eje principal de Galveston es su protagonista. Pero además de demostrar, otra vez, lo bueno que es creando personajes, me ha parecido muy curioso cómo la mayoría de ellos son seres solitarios que provienen de familias desestructuradas, con infancias rotas o vivencias en centros de acogida que se ven condenados a tomar una dirección determinada donde las drogas, el alcohol, la violencia o la prostitución suponen el final habitual.
Otro de los aspectos destacables es su ambientación, entre Nueva Orleans y Texas, pasando por bares de carretera y moteles baratos y sórdidos; destilando una atmosféra deprimente y opresiva. A la carga criminal que desprende el argumento se le suma cierto erotismo y cavilación moral. Todo, narrado en dos líneas temporales, siendo la principal la que transcurre en el año 1987.
Bien escrita, estilo impecable y mejores retratos, es una lectura corta no sólo por su extensión (282 páginas) sino porque difícilmente puedes soltarla y parar de leer. A pesar de que desconocía a dónde me llevaba la trama, con varios giros inesperados, desde la primera página conecté con el tono instrospectivo que lo acompaña y que tanto me ha cautivado. Estoy deseando volver a leer algo de Nic Pizzolatto.
En definitiva, una historia de redenciones que va más allá del típico libro de mafiosos y criminales. Y un protagonista memorable que se te mete en la piel, logrando que sientas su angustia, tristeza, dolor, miedo, falta de cariño y de ilusión. El relato de alguien que ya no tiene nada que perder.
Termino #Galveston con una sensación de desasosiego. Grande Nic Pizzolatto.
- Historias Susurradas (@HSusurradas)marzo 7, 2015