Gas natural, energía económica y más ecológica que otras

El gas natural permite una buena forma de tener energía en el hogar, sin consumir tanto con la electricidad y sin requerir cuidados constantes, porque no necesita ni almacenar ni cargar con botellas, y dando una buena continuidad en el suministro.
Es considerada una fuente de energía noble por su limpieza, eficiencia y precios competitivos. Y es que aunque es más económico y ecológico, el gas natural tiene un gran poder calorífico. Además de esto, tiene muchas aplicaciones que la hacen ser una energía muy solicitada.
Usos más comunes de gas natural Los usos más comunes del gas natural en el hogar son: calefacción doméstica, cocina, agua caliente sanitaria, sistema centralizado, chimeneas (hogar a gas natural), secado, aparatos biotérmicos. En el sector comercial, se suele utilizar para climatización de grandes espacios, transporte público y cogeneración.
Energía casi ecológica El gas natural no contamina casi nada ni en su extracción, ni en su combustión ni en su transporte, y tampoco emite residuos sólidos. Es compatible con la preservación del entorno urbano y natural, ya que es mucho más ecológico que la gasolina y la electricidad, aunque no sea ecológico totalmente por no tener un uso renovable.
Hay que tener en cuenta que el carbón es caro y emite mucho CO2 para producir energía, mientras que el gas natural emite un 30% menos de CO2.
Aunque en el futuro deberíamos tender a obtener energía desde otras fuentes energéticas totalmente ecológicas, a día de hoy pasarse al gas natural es una gran decisión por ser el combustible con menor impacto ambiental.
¿Gas natural, sí o no? Pensando a corto-medio plazo, sin contar que en un futuro haya otras fuentes de energía que merezcan más la pena, recomendamos la utilización de gas natural como fuente de energía natural, tanto por cuidar el medio ambiente como por ser una energía mucho más económica.
La única pega son los gastos que hay que asumir para su instalación y mantenimiento, pero merece la pena utilizarla como una inversión a más medio-largo plazo, y sobre todo si se cuenta con ella para otros usos.