El temporal de estos días está poniendo a prueba a muchos animales. Las intensas nevadas hacen que se encuentren con grandes dificultades, no solo para aguantar las bajas temperaturas, sino también para encontrar alimento, ya que la hierba, los brotes tiernos o incluso las propias presas, se encuentran sepultadas bajo una gruesa capa de nieve congelada.
Los ciervos y corzos, con sus patas largas y finas no lo tienen nada fácil para desplazarse y para encontrar comida y muchos mueren en los años de grandes nevadas. Pero sus cadáveres no se desperdiciarán y servirán de alimento para los carnívoros y los carroñeros. Lobos, zorros, osos, buitres o águilas reales, entre otros, encontrarán en las víctimas del temporal el alimento que garantizará su supervivencia.
No obstante, hay algunos carnívoros que raramente se alimentan de carroña y necesitan cazar para sobrevivir. Pero cazar en la nieve no es sencillo, sobre todo si sus presas se encuentran seguras bajo el manto helado y no pueden acceder a ellas.
Los gatos monteses son unos de estos carnívoros y aunque pueden caminar sobre la nieve sin hundirse demasiado, sobre todo antes de que el sol empiece a derretirla, no lo tienen fácil para atrapar los roedores de los que se alimentan si la capa de nieve es muy gruesa. Debido a esto, para cazar aprovechan las zonas en pendiente en las que aparecen pequeños parches descubiertos y también las zonas próximas a los ríos donde la corriente de agua derrite parte de la nieve en las orillas.
Caminando sigilosamente, los gatos son capaces de escuchar a los topillos y ratones mientras se mueven o mientras mastican raíces y semillas, y de esa forma aproximarse lentamente para atraparlos. Estos días los gatos monteses se encuentran en celo y los machos se suelen alejar de sus territorios habituales en busca de hembras. La semana pasada, uno de ellos caminaba por un prado nevado a la orilla de un río y pude grabarlo mientras cazaba.
Un pequeño topillo no es demasiada comida, por lo que aún tendrá que cazar muchos como ese antes de que acabe el día, ya que uno de los problemas añadidos es que para mantener la temperatura corporal si la temperatura es muy baja es que hay que añadir más combustible a la caldera, y en este caso, mas combustible significa más presas.
Las condiciones extremas afectan por igual a depredadores y presas, y la selección natural será el árbitro que juzgará quiénes sobrevivan para poder reproducirse y quiénes no llegarán a la primavera.
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