Gaya y más allá
La conjunción de todos los biomas terrestres y los ecosistemas acuáticos conforma lo que se denomina esfera de la vida o biosfera. La biosfera es la capa del planeta Tierra capaz de sustentar vida.
Al igual que sucede con todas las especies al interior de una comunidad, todos los ecosistemas de la biosfera se encuentran vinculadas con relaciones extremadamente complejas. Lo que sucede en la tundra ártica puede afectar al resto del planeta. Un ejemplo es que en el permafrost de la tundra ártica se encuentra almacenado grandes cantidades de metano, un gas de invernadero más poderoso que el dióxido de carbono.
El calentamiento global trae consigo el derretimiento del permafrost y por lo cual la liberación de grandes cantidades de metano. Lo anterior genera un círculo vicioso que acelera el efecto de invernadero del planeta.
Las selvas húmedas tropicales sirven como los pulmones del planeta, generando grandes cantidades de oxígeno, los terrenos inundables por otro lado sirven como los riñones del planeta filtrando componentes que podrían eutrofizar cuerpos de agua e inclusive las mismas costas del océano.
Debido a que todos los ecosistemas conforman un todo integrado y autorregulado algunos autores han propuesto la hipótesis de Gaya. El punto de la hipótesis de Gaya no es la interacción entre los ecosistemas del planeta, aspecto que es evidente en sí mismo, sino el punto de que la biosfera funciona como un gran supeorganismo que está vivo y busca mantenerse como tal. Gaya modifica los ambientes del planeta para desarrollarse y prosperar.
Muchos otros autores han criticado debido a que se propondría que el planeta tuviera una superconciencia o algo parecido, además de que la biosfera no cumple con las condiciones biológicas de una especie “aunque en mi opinión tales reparos son irrelevantes”.
En lo personal es posible aceptar la hipótesis de Gaya en base al principio de Le Chatelier “Un sistema en equilibrio tienen a responder ante los estímulos para mantener el equilibrio”. Una vez establecido un sistema ecológico este se mantiene y responde solo cuando algo rompe el equilibrio, no como si existiera una supermente que lo planea todo, sino por las mismas fuerzas de la química y la física que mantienen el equilibrio de sustancias en un vaso de agua.
Actualmente la mayor amenaza para muchos ecosistemas del planeta es la especie humana. La capacidad de los humanos de adaptar el ambiente a sus necesidades ha conllevado a la desaparición casi absoluta de varios tipos de ecosistemas, como le ha ocurrido a las praderas templadas de América del Norte.
El problema con nosotros es que somos un estímulo en crecimiento sostenido, somos una hidra de Lerna, acabar con una población no afecta al resto de la especie que sigue prosperando. El consumo creciente de recursos en un ambiente limitado, y en donde la avaricia, la falta de juicio o la locura de gobernantes y gobernados hace que los recursos sean aprovechados de manera poco eficiente.
En mi opinión la solución, solo puede acercarse por dos rutas, la primera seria encontrar una manera de controlar nuestra población de manera racional, de forma tal que la tasa de natalidad, de envejecimiento y de muerte se equiparen, o simplemente tendremos que poner nuestros ojos de manera seria en el espacio.
Los demás planetas no tienen seres vivos, las operaciones de minería e industria no tendrían problemas ecológicos ante los cuales tener que responder. Los planetas gaseosos tienen el potencial de servir como fuentes de energía infinita. Metales raros en el planeta y con utilidad industrial son fáciles de encontrar en asteroides.
Puede ser un sueño, pero si los humanos en lugar de destruir la vida lográramos hacer que esta colonizara otros mundos, podríamos encontrar una razón de ser para nuestra existencia como especie. PRINCIPAL REGRESAR