Imágenes del ataque de enero de 2009 en Gaza por parte del ejército israelí, hasta ahora había sido el más mortífero en la Franja.
Mientras Gaza se tiñe de rojo, el mundo calla. Tímidamente, la ONU y Estados Unidos han pedido que haya un alto del fuego, una tregua, pero no han creado ninguna resolución o presión real para que Israel, el estado más fuerte en cuanto armamento del Próximo Oriente, deje de bombardear Gaza, una de las zonas más paupérrimas por culpa del bloqueo que le somete, precisamente, Tel Aviv desde 2007.
De todas formas, también poco puede hacer la comunidad internacional, el gobierno israelí ya ha dicho que no aceptará ninguna resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que le obligue a parar los bombardeos.
Y si tímidamente Washington ha pedido un cese del fuego, la realidad es que ha defendido abiertamente los bombardeos de Israel.
“Lo diré muy claramente: ningún país puede aceptar cohetes disparados indiscriminadamente a civiles. Hemos sido muy claros, Israel tiene el derecho a defenderse contra lo que considero imperdonables ataques de Hamas”, destacó este lunes el presidente estadounidense Barack Obama.
Pero la pregunta que hay detrás es: cuál es la proporcionalidad del derecho a defenderse. Hace apenas una semana, empezó la operación “Margen protector”, que es el actual ataque a Gaza. Desde entonces, han muerto 189 personas, 80% civiles según la ONU, y hay más de 1.400 heridos.
Todo se desencadenó el mes pasado, cuando tres jóvenes judíos fueron asesinados por un grupo palestino. En respuesta, un grupo de extremistas israelíes quemaron vivo a un niño palestino de 16 años. Eso propició el inicio de lanzamientos de cohetes por parte de Hamas desde Gaza a suelo israelí. Los ataques del grupo palestino han tenido un saldo de… ¡tan solo un herido!
Y mientras Tel Aviv argumenta que la operación “Margen Protector” es para acabar con Hamas y su capacidad de lanzar cohetes, la realidad, es que la acción es totalmente desproporcionada y contribuye a incrementar aún más la tensión en toda la región. Mientras todo esto sucede, en Egipto los ministros de Exteriores de la Liga Árabe se han reunido para intentar forzar un alto al fuego entre las dos partes.
Además, esta organización ha pedido a la comunidad internacional, principalmente Estados Unidos y la ONU, que fuerce a Israel a parar su ofensiva en Gaza. “Israel está llevando a cabo un genocidio contra gente indefensa utilizando su poderosa maquinaria militar y ha lanzado más de 2.000 toneladas de explosivos sobre Gaza”, según el texto de la Liga Árabe, en el que también se resalta que la mayoría de las víctimas son niños, mujeres y ancianos.
Ahora mismo, un alto al fuego parece complicado. Para eso, Israel pide que Hamas deje de lanzar cohetes en su territorio, el grupo armado palestino reclama que se liberen a las personas detenidas tras el asesinato de tres judíos y que cese el bloqueo en Gaza, que impide a la población de esta región tener una vida normal y digna.
De hecho, según algunas organizaciones internacionales, Gaza es la cárcel más grande del mundo donde viven 1,7 millones de personas en una superficie de 365 kilómetros cuadrados, en el que la movilidad de personas, bienes y servicios es muy limitada, mientras que las condiciones humanitarias también son pésimas.
Y mientras Gaza llora desde el inicio del bloqueo, y mientras Gaza llora cuando ve la sangre derramada de sus hermanos por la operación “Margen Protector”, la comunidad internacional calla y el silencio también les hace culpables.
Núria Segura Insa
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