Tal día como hoy, hace ya cien años, vino al mundo una de las figuras señeras de la llamada Generación Beat: William S. Burrouhgs. Así que en su recuerdo, te dejo con un párrafo, o dos, de esta obrita, Las últimas palabras de Dutch Schultz, en la que Burroughs, a modo de guión cinematográfica, nos cuenta la historia de este gángster neoyorquino.
Cuelga el teléfono y se vuelve. Se ven otros dos pistoleros en el momento en que se levantan de las sillas. No se han movido aún pero lo harán en una décima de segundo. Uno es del tipo gris y anodino de los agentes del FBI. El otro más pesado parece judío o latino.
Corte a letrero de la calle Dove. Coche que para. Legs Diamond se apea. Sube corriendo las escaleras de un hotelucho apoyándose en la barandilla. Lleva el abrigo desabrochado y en su rostro brilla una expresión de urgencia bestial. Llama a la puerta. Kiki abre.
Corte a cuarto interior de una pensión barata con grabados de Gibson en la pared. Legs arroja el abrigo en una silla. Abrazo apasionado. En el rostro de Kiki vuelto de lado se pinta una máscara de diabólico éxtasis.
Corte a dormitorio. Se revuelcan en la cama. Las ropas caen al suelo. Gruñidos de animales de la escena de la cárcel.
Corte a Diamond dormido sobre la cama revuelta con el rostro embadurnado de carmín.
Corte a mano que prueba llaves maestras en la cerradura. Una de ellas abre.
Diamod: (incorporándose soñoliento) "¿Kiki? ¿Eh? ¿Quién anda ahí?
Las balas le alcanzan en el pecho, en la cabeza y en la cara. Sangre y carmín en color.
William S. Burroughs. Las últimas palabras de Dutch Schultz. Ediciones Júcar, mayo de 1986. Traducción de J. M. Álvarez. Cubierta: S. C. sobre un diseño de J. M. Domínguez.