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Gears of War 3. Análisis.

Publicado el 05 octubre 2011 por Portalgameover
Gears of War 3. Análisis.

Gears of War 3 / Epic Games / Xbox360

Es en momentos como éste en los que recuerdas lo rápido que pasa el tiempo; cinco años han pasado ya desde el lanzamiento de uno de los primeros títulos que empezaron a hacer interesante la compra de una Xbox360 (de hecho, os confieso que servidor compró el pack de la consola con el juego allá por 2006).
Gears of War era un título a cuyo frente se encontraba un tal Cliff Blezynski, un señor al que hasta entonces solo conocían cuatro frikazos del PC por obras como Jazz JackRabbit o la saga Unreal. Nada, nada en absoluto podía hacer entrever que semejante título acabaría convirtiéndose en uno de los referentes por derecho propio de toda una generación, ni tampoco que reformaría para siempre las bases del shooter en tercera persona. Pero así fue, e insisto, con méritos más que ganados.

Ahora, cinco años más tarde, el bueno de Cliffy y Epic Games cierran su trilogía. El porqué se han puesto tan de moda las trilogías en esto de los videojuegos es algo que todavía se me escapa, pero ahí está este colofón final en la forma de un juego que es, sinceramente, muy poca cosa, pero al mismo tiempo un juego enorme

Gears of War 3. Análisis.

Cinco años... Quién les ha visto y quién les ve.

El principal reclamo de su campaña de marketing ha sido evidentemente la resolución de una historia que ha dado de sí cómics, libros y otros productos relacionados…
El juego continúa un par de años tras los eventos de la segunda parte y retoma a los personajes de siempre con alguna que otra incorporación… De hecho, es curioso comprobar que después de dos juegos en los que abundaba la testosterona, prácticamente todas las incorporaciones al elenco de GOW sean mujeres; y que mujeres señores. Uno se pregunta como siendo Marcus, Dom y compañía tan feos, pueda haber mujeres tan bellas en el ejercito.

Es bien conocido el cachondeito con el supuesto argumento de la saga. El primero no tenía, el segundo tampoco pero por lo menos tenía una escena emotiva, y el tercero… Bueno, se nota que se han dejado un dinero contratando a un experto equipo de guionistas. Y se nota tanto porque el juego sigue sin tener historia pero tiene por lo menos DOS escenas emotivas.
Me hace mucha gracia, como diría el gran Chache, que nos hayan vendido el juego asegurándonos que se iban a atar prácticamente todos los cabos sueltos pero dejando algunas incógnitas para el futuro. Lo de los cabos sueltos es discutible, la supuesta “sorpresa” también y las susodichas incógnitas… es que me dan igual.
Lo que quiero decir con todo esto es que, asumámoslo, ya hemos demostrado que si jugamos a Gears of War no es por su profundidad argumental. Agradezco que haya un esfuerzo por dotar de un poco de argumento a la saga pero no hace falta que nos vendan la moto.
Los momentos más emocionantes de Gears of War no son fruto del argumento sino de su misma épica y carisma.

Gears of War 3. Análisis.

Ay omá que rica... ¿Dónde dicen que hay que alistarse?

Su campaña individual es como en las precuelas, cortita, con alguna que otra fase que aporta algo de variedad y cut-scenes para hilarlo todo. Cortita, pero aún así muchos defienden que es lo que tiene que durar exactamente.
¿Novedades? Escasas, inexistentes al ojo inexperto, que mejoran aspectos gráficos y jugables; pero cuando la base de tu primer videojuego ya era casi perfecta, poco más hay que añadir.

Quiero hacer hincapié en esto, Gears of War 3 está, especialmente en aspectos jugables, tan bien parido como sus precuelas, que ya eran de por si excelentes en todos los aspectos.
Parece mentira, pero el modo de juego del primer Gears of War ha inspirado desde entonces a cientos de desarrolladores que han tomado esas mismas bases para incorporarlas a sus juegos… Y aún así, ninguno lo ha hecho tan bien en todo este tiempo. Ni siquiera obras como Deus Ex Human Evolution, cuyo sistema de cubrirse está clarisimamente inspirado en GoW, consigue responder tan bien como éste último.
Lo que quiero decir es que una de las cosas que más me han fascinado siempre de esta saga es un control que nunca falla.

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La jugabilidad de GOW3 sigue siendo perfecta.

Pero por más campaña o más supuesta resolución de su historia, la verdadera gracia de este título no se esconde ahí sino en todos los modos y funcionalidades que esconde detrás…
¿Recordais como en su día os dije que nos estaban vendiendo “Assassin’s Creed la Hermandad” como un juego Online cuando su verdadera chicha estaba en su Campaña Individual?
Pues aquí es todo lo contrario; nos están vendiendo la gran epopeya argumental de Marcus Fénix y compañía cuando la chicha de verdad está en todos los modos extra y en jugar Online con amigos.

Que insisto, la campaña no tiene nada de malo. La disfrutas, como ha de ser, ves el final, te emocionas un pelín y es entonces cuando empiezas a disfrutar de verdad del título.
Modos de juego fascinantes que empiezan ya con la Campaña Multijugador a cuatro jugadores. Una verdadera gozada y es que hacer el retard en compañía siempre mola más; aunque personalmente ésta es una opción que ya debería haber estado presente en la precuela.
Le sigue el tradicional MultiPlayer Competitivo en equipos de cinco jugadores que tanto ha dado de sí en las precuelas, con los tradicionales modos de King of the Hill, Wingman, etc etc…
Le sigue el modo Horda, que éste sí ha sido mejorado a voluntad respecto la segunda parte, donde ya era divertido de por sí. A las oleadas de Locust ahora hay que sumarle el factor estratégico de comprar elementos defensivos y de ataque con el dinero que consigamos machacando larvas.
Y finalmente la gran novedad, el modo Bestia, algo así como el modo Horda pero desde el punto de vista de los Locust, donde empezaremos siendo miserables Ticker, y a base de machacar humanos conseguir dinero para encarnar enemigos cada vez más poderosos.

Gears of War 3. Análisis.

El modo Bestia es uno de los inventos más divertidos que jamás se ha sacado de la chistera Epic Games.

Todos estos modos son divertidisimos con buena compañía y están retocados y refinados hasta la saciedad.
Ésa es la mágia de Gears of War 3. La campaña está muy bien, pero si solo contara con eso, el juego acabaría siendo al poco tiempo olvidado en la estantería. Es al exprimir todo lo que guarda detrás donde se esconde el verdadero jugo.

Por eso es tan fascinante que un juego que es tan corto, tan poca cosa en apariencia, sea al mismo tiempo tan grande y variado.
Tras todos sus modos y novedades se esconden horas y horas de diversión entre colegas y no tan colegas.
No valen las excusas… Ni que a nivel técnico sea lo mismo, o que no aporte ninguna novedad jugable palpable… No, el juego es cojonudo y con amigos se disfruta como nunca.
El verdadero factor diferencial de esta entrega reside ahí.

Gears of War 3. Análisis.

¡Y en saber si Carmine vive o muere!

Y poco más puedo decir… La primera entrega de Gears of War ya era de por sí, hace ya cinco años, un juego más que notable con una técnica excelente y una jugabilidad soberbia.
Con semejante base, a partir de ahí, solo puedes ir hacia arriba. Solo basta un poco de imaginación para continuar aprovechando esa excelente base, y de eso parece que a Epic le sobra.
Los chicos de Cliffy han sabido no dormirse en los laureles y despedir un mito por la puerta grande. Nos despedimos del bueno de Marcus, ya un mito en la historia del videojuego, con una sonrisa, satisfechos, y con la seguridad que esto no es un adiós sino un “hasta pronto”.
Gears of War 3 va a seguir dando juego durante mucho tiempo; posiblemente hasta la aparición evidente en un futuro de una cuarta entrega.

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