Anoche se estrenó Generación Ni Ni, un nuevo “reality” de La Sexta donde jóvenes que ni estudian ni trabajan convivirán para adquirir responsabilidades y valores.
El artífice de todo esto, o al menos la cara visible, es Roberto Ontiveros, el súper de Gran Hermano durante siete ediciones. No se si será cosa suya o simplemente es que la influencia de Gran Hermano ya es inevitable en este tipo de programas, pero la cosa se parece mucho, sobretodo por el tipo de gente que meten en la casa, porque si, también hay una casa. Una casa con sus cristales con cámaras, con infrarrojos y toda la parafernalia necesaria para no perderse ni un movimiento de los concursantes.
El problema viene cuando lo que hay que ver no interesa en absoluto, me refiero que ni siquiera interesa para pasar el rato, porque si nos quejamos de los concursantes de GH los de Generación Ni Ni son de premio. Claro que viendo como esta la juventud en este país hacer semejante casting tampoco tendría tanto merito.
En el programa pretenden mostrar un problema y al mismo tiempo solucionarlo, como si fuese algo que se puede solucionar en dos meses. No olvidemos que estamos hablando de la educación, o mas bien de la falta de ella, de unos individuos que son conscientes de su situación y no les importa. No les mueve el mas mínimo sentimiento y únicamente viven y existen por y para ellos mismos. Lo peor de según que situaciones es la aceptación, aceptar el hecho de que uno es como es y que hace lo que hace, es el camino mas rapido hacia una inevitable autodestrucción. A estos niños ( y los llamo así para ser bueno porque algunos ya tienen mas que pelos en los **evos) lo que les hace falta es una buena ostia. No me refiero a que les peguen, no estoy a favor de ninguna violencia física y además ya es demasiado tarde, ni con eso podríamos arreglar nada. Me refiero a una buena ostia vital, una de esas situaciones en las que te pone la vida y no tienes mas cojones que tirar hacia delante, o dejarte caer. Viéndolos anoche me temo que la mayoría de ellos elegirían la segunda opción, y no tengo ninguna intención de ser testigo de ello, por eso dudo que vuelva a ver Generación Ni Ni. La razón principal es porque no fueron capaces de entretenerme, que los vean sus padres que al fin y al cabo son los culpables.