Yo también he vivido mucho tiempo esperando que me llegue la gran oportunidad. Esa que me iba a cambiar la vida para siempre, la que llegaría a mí porque el universo había decidido que yo era especial, la elegida: una beca para estudiar en Europa, el amor de mi vida, el dinero que necesitaba para hacer x o y, el Trabajo de mis sueños, la casa perfecta, etc. ¿Y sabes qué? Algunas cosas simplemente no llegan en forma de la gran oportunidad que estábamos esperando sino que de manera muy encubierta. Lo importante es estar atentas, no solo a lo que viene del exterior, sino a la manera en que nosotras podamos colaborar a que las cosas sucedan. Porque la vida está repleta de oportunidades, no hay una sola para cada uno ni mucho menos, hay tantas como seas capaz de entrenar tu perspectiva para reconocerlas y tu habilidad para generarlas. Una de las lecciones que he aprendido en este camino es hacer caso a dos cosas1) A lo que dice mi estómago 2) A lo que se me da bien A veces insistimos en algo por años y años, nos enfocamos en los resultados externos y vemos que eso que sea que deseamos no toma forma, que no hay caso, por más empeño que le pongamos nunca llega. Tu tarea (además de la perseverancia que está demasiado bien valorada en general) es mirar en tu interior, ¿qué es lo que te lo está impidiendo? Y… ¿realmente es lo que quieres? Por otro lado, hay cosas que se nos dan de manera fenomenal y no les hacemos caso porque estamos cegadas en nuestro objetivo. Son esas habilidades nuestras que tienen mucha aceptación, que nos salen bien y nos sentimos cómodas haciéndolas, pero las ignoramos porque queremos otra cosa. Entonces, si eso se nos da tan bien, ¿existe alguna manera de unirlo con nuestro deseo principal para, por ejemplo, usarlo de escalón, de nexo para llegar a lo que queremos? En mi caso, cuando la beca para estudiar en Europa nunca me llegó. Recuerdo cuando me presenté a ella con tanta ilusión y a los dos meses recibí una carta de la embajada francesa donde me comunicaban que no había sido seleccionada. No volví a insistir, más que nada porque tuve la intuición que ese no era el camino. Una de mis habilidades naturales siemore fue la independencia y la valentía. A mí se me daba bien viajar porque era lo que más me importaba en ese momento, también se me daba genial aprender cosas por mí misma, vivir aventuras y atreverme a ellas aunque me den miedo. Entonces utilicé mis dones naturales a mi favor para dar el salto y lo hice por mi cuenta. Vine a vivir al viejo continente, no esperé ni una beca ni nada y con sus altibajos (que se componían de momentos de llantos, de pataletas y sus momentos de risa y amor) esta fue lejos, la aventura más importante en la que me embarqué en toda mi vida. Al final con el tiempo acabé estudiando aquí de todos modos y también armé este proyecto de vida y trabajo que crece cada día más, que cada vez me hace más feliz y que comparto con mujeres de todo el mundo. Este final fue infinitamente más grande que si me hubieran dado aquella beca. La oportunidad la generé yo, y como la generé yo, pude diseñarla a mi gusto hasta el último detalle. Por eso tengo la inmensa alegría de presentarte el taller online que voy a impartir a partir del 28 de septiembre llamado “El tren pasa más de una vez”. Porque quiero que todas seamos capaces de pensar fuera del corralito, tenemos la posibilidad de expandir nuestra conciencia para generar los recursos necesarios para que las oportunidades se presenten a diario y vivir como realmente quieras vivir, sin esperar a que algo externo se dé.No esperes a que que las grandes oportunidades golpeen tu puerta, tú tienes todo el poder, la inteligencia y la perspectiva para crearlas a tu gusto, solo tienes que recordar cómo se hace. En cada célula de tu cuerpo está grabada toda la inteligencia universal desde el comienzo de los tiempos.
Y sí, las cosas llegarán a ti porque eres la elegida, pero no solo por “el universo” sino porque TU TE ELEGISTE A TI MISMARecuerda que uno de mis lemas es “No todo está inventado”, ahora es tu turno de generar. ¡Un abrazo y felicísima semana!