Habitualmente escribo sobre productividad personal, de hecho más que escribir la vivo. Uno de los aspectos ocultos de esta disciplina es la habilidad de marcarse objetivos y definir el camino para llevarlos a cabo, he escrito un par de post sobre ello, pero hoy me gustaría hablar de algo que queda un poco descolocada en esta filosofía de aplicar esfuerzo para obtener un gran resultado. Quiero hablar de esas ocasiones en que se presenta una ocasión y por diversos motivos no la aprovechamos. ¿Por qué nos pasa eso? ¿Por qué dejamos que suceda?
Imagen vía tnarik bajo licencia Creative Commons
Lo primero es lo primero. No podremos convertir una oportunidad en algo más tangible si no estamos preparados para marcar el tanto. Estoy seguro que alguna vez leyendo la sección de ofertas de empleo de un periódico (como se nota que soy de una generación a internet) o de un servició web tipo infojobs, has dejado pasar unas cuantas porque lo que pedían estaba fuera de tu abasto, por poco pero fuera de él. En esos momentos te invade esa sensación de decepción asumida y de lejanía generada por no tener los conocimientos necesarios.
En los momentos de cierta holgura laboral debemos pensar en refrescar nuestra formación, ya sea con una mayor especialización ‘en lo nuestro’ para sacarle todo el jugo a nuestra carrera profesional. Complementar otros aspectos que intervienen en el mundo laboral, léase mejorar nuestra comunicación, nuestra inteligencia emocional, poner-nos al día con esas novedades tecnológicas que no paran de salir, aprender sobre nuevos modelos de negocio que aparecen y en los cuales podemos llegar a tomar parte… O optar por cambiar de perspectiva y conocer otros sectores, quizá no para dar el salto, pero si para intentar buscar nichos donde tu especialidad pueda ser apreciada e incorporada, generando oportunidades de negocio o laborales en dicho sector.
Nuevos caminos despiertan nuevas inquietudes y estas pueden llevarnos a la búsqueda de oportunidades. Puede que alguna caiga en tus manos, como mencionaba antes por medio de una web o un anuncio, pero son casos residuales. Hoy en día si quieres algo bueno tienes que mover el culo y salir a buscarlo. Usa todo lo que esté en tus manos para demostrarle al mundo que sabes hacer, que puedes ofrecer que los otros no pueden, usa redes sociales, blogs, videoblogs, el 2.0 como fuerza de expansión. Crea una red de contactos con la que intercambiar valor, deja atrás eso de ver a los demás como rivales y teje una red a base de conocimiento e intercambio. Si lo que ofreces es bueno, a la larga se te reconocerá y te compensara.
Mención especial en este punto sobre autopromoción para aquellos que deciden utilizar esta fuerza para promocionarse dentro de su propia empresa. Generar capital social a través de tu red para que te haga subir enteros a base de aportar valor y conocimiento extraído de la comunidad a la que perteneces.
Hasta ahora he hablado de cómo crear un fondo para no desaprovechar esa ‘oportunidad’, pero que pasa cuando esta se presenta. Muchas veces nos encontramos tan acomodados, o simplemente nos da tanto temor el cambio que dejamos pasar. Ponemos cualquier escusa, nos boicoteamos a nosotros mismos. Hay que saber tirarse a la piscina valorando los riesgos pero sin que estos se conviertan en un lastre tan pesado que a la hora de tomar la decisión la corrompan (Esto nos da tema para otro post!).
En resumen preparación, promoción y la suficiente decisión y perspectiva para poder dar el paso.
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