Revista Ciencia

Genes extraños en nuestra comida

Por Jmmulet
En un reciente intercambio de correos electrónicos acerca de la obligatoriedad de etiquetar la comida que contenga transgénicos (obligatorio en Europa, pero no en Estados Unidos) me preguntaron "¿Por qué no tenemos derecho a saber que genes extraños hay en nuestra comida?" Va afinándose la cosa, hace unos años un periodista británico clamaba por la comida libre de genes, ahora ya admitimos que la comida tiene genes y solo preocupan los genes foráneos. Volviendo a la pregunta inicial, parece una petición razonable. A fin de cuentas somos clientes, tenemos derecho a saber lo que queremos saber. El único problema es que la contestación es un poco más complicada. Vayamos por partes:
Lo que algunos encuentran "monstruoso" de los transgénicos es que contenga un gen que no es original de la planta que nos comemos, de ahi el sentimental término de "genes foráneos". En términos prácticos, todos los genes incluidos en las variedades transgénicas comercializadas vienen de virus o bacterias. Esto puede seguir sonando aterrador, pero hay que mirarlo en perspectiva. Desde el origen de los tiempos nuestra dieta esta infestada por virus, bacterias y hongos de otros organismos. No vivimos en un mundo estéril. Hay muchos organismos que viven de forma simbiótica o parásita en plantas, incluidas las que utilizamos en nuestra dieta y salvo que te la comas recien cocinada, cualquier alimento rebosa de microbios vivos. ¿Cuáles son? vamos a ello:
Moradores de la superficie de la planta, por arriba del suelo:
La superficie de cualquier planta por encima del suelo alberga una nutrida comunidad microbiana llamada filosfera. Estos organismos se benefician del aire húmedo que evapora la planta y de los nutrientes disponibles. Aproximadamente hay entre 1 y 100 millones de microbios por centimetro cuadrado, por lo que en una ensalada ingieres miles de millones de estos bichitos. El lavado reduce un porcentaje, pero se reproducen rápido. Las hojas, tallo y frutas van repletitas de genes foráneos de estos habitantes.

Genes extraños en nuestra comida

Agrobacterium, muy presente en nuestra dieta


Moradores de la superficie de la planta, por debajo del suelo:
De la misma forma que existe una comunidad bacteriana en las hojas, hay otra en las raíces y tubérculos a la que llamamos rizosfera. Muchos viven en asociaciones simbióticas esenciales, encargándose de proteger a las plantas de patógenos o aportando nutrientes como el nitrogéno. Algunos no suponen ningún beneficio para la planta y otros pueden ser patógenos. Aqui el número supera de largo al de la filosfera y su naturaleza es desconocida en la mayor parte por la dificultad de crecer estos organismos en el laboratorio. Algunas de estas bacterias las utilizamos como fuente de genes para las plantas transgénicas, como el Bacillus thuringiensis de los transgénicos Bt. Otra bacteria del suelo es el origen del gen EPSPS de las plantas RR, resistentes al glifosato. Todos estos organismos, y sus genomas completos, están presentes en cualquier tubérculo o verdura de hoja que se coseche a ras de suelo.
Microbios y sus genes dentro de las plantas:
El interior de una planta tampoco es estéril. Los microbios llamados endofitos prosperan en el interior de la planta, sobre todo en las cañerías del floema y el xilema. Algunos como el Fusarium o el Verticillium son patógenos, otros no hacen nada o incluso son beneficiosos. Sea el caso que sea, estos también nos los comemos.

Genes extraños en nuestra comida

Compost casero, una fuente insustituible de genes extraños


¿Virus en la comida?
Por cierto, que todas estas bacterias suelen estar infectadas por unos virus llamados fagos. Además la mayoría de plantas están infectadas por virus (la mayoría de ARN, pero también hay de ADN). Cualquier crucífera puede estar infectada por el virus del mosaico de la coliflor, del que se extrae una secuencia llamada 35S que se utiliza en la  mayoría de transgénicos para que expresen el gen que insertamos. Los virus tienen pocos genes, pero están en grandes números en cualquier planta. Algunos son temibles patógenos, pero otros tienen efectos suaves y su infección previene contra el ataque de formas agresivas, por lo que muchas variedades se infectan con virus leves como forma de protección. En algunos cultivos, como las alcachofas, los virus provocan que crezcan menos y así facilitar su recolección. Comemos muchísimos virus. Tampoco hay que olvidar los transposones, secuencias de ADN foráneo que van saltando de una parte a otra del genoma, algunas veces interfiriendo en los genes de la planta.
Eso es diferente ¿no? ¿Eso son "genes foráneos naturales"?
Sí y no. La forma de cultivo de la planta puede cambiar su relacion con el microcosmos.  Las formas de riego, fertilización, densidad de plantación puede cambiar la microbiota. Por ejemplo, muchos pesticidas cambian la fauna microbiana, ya sean convencionales o ecológicos. El Bacillus thuringiensis que se utiliza en agricultura ecológica es una bacteria viva, tóxica para insectos. Hay virus como el bacullovirus que también se utilizan como insecticidas biológicos. Utilizar compost y abonos biológicos también altera la microbiología del campo. Bacterias que luego acaban en la dieta, algunas causando graves problemas como algunas cepas de E. coli. Son microbios naturales, pero la forma en que llegan a tu comida es artificial, por que el proceso de cultivo ha alterado la comunidad original y las asociaciones con la planta. Si etiquetamos los transgénicos por que incluyen algún gen foráneo, ¿por que no tenemos que advertir que la comida convencional millones de genes foráneos?, y si hablamos de cultivo ecológico con compost y control de plagas biológico ya estamos hablando de billones de genes foráneos. ¿Por qué no etiquetar la alimentación ecológica diciendo CONTIENE MUCHOS MÁS GENES FORÁNEOS QUE CUALQUIER OTRO ALIMENTO.

Genes extraños en nuestra comida

Eso mismo me pregunto yo...


¿Nos tenemos que asustar?
No todo lo que parece  que asusta conlleva un riesgo. A pesar que comemos microbios, sus genomas y el producto de esos genomas en orden de millones o billones, generalmente no es un problema. De hecho algunas de esas bacterias se incorporan a la flora bacteriana del sistema digestivo. También hay comidas cargadas de microbios intencionadamente, como el yogurth, el queso o el vino. A veces estos microbios causan problemas (como la salmonella, la shiguella o la listeria). Salvo estos casos, comer bacterias y virus foráneos, con sus correspondientes genes y genomas foráneos no es un problema.
¿Y que tiene esto que ver con un alimento transgénico?
La única diferencia es que en un transgénico sabemos como ha entrado el gen foráneo y cual es. En cambio, en el coctel microbiólogico que acompaña a cualquier alimento solo tenemos una idea ligeramente aproximada de su composición. En un transgénico sabemos que gen es, donde está y que hace y además hemos estudiado la proteína que codifica hasta la extenuación y tenemos la absoluta certeza que es segura. En cambio en la microbiología del alimento solo hay incertidumbre, que de vez en cuando causa problemas. El hecho de que este microcosmos sea mucho mayor en la alimentación ecológica expllica que en proporción haya muchas más alertas alimentarias asociadas con este tipo de comida. es decir, en un transgénico conocemos el gen foráneo, en el resto de alimentos, no. Por lo tanto, puestos a asustarse por genes desconocidos, pues casi que el transgénico es el que menos asusta.
PD1: este artículo es una traducción de "What Should we know about foreign genes in our food" the Steve Savage, autor del blog "Applied Mythology" publicado originalmente en biofortified, y al que agradezco la autorización para traducirlo y publicarlo en este blog.
PD2: Y con este post participo en la X edición del carnaval de biología , que en esta edición se aloja en Scientia
PD3: Y con este post participo en la XII edición del carnaval de química, que en esta ocasión se aloja en el blog historias con química.

Genes extraños en nuestra comida

Saccharomyces, otro genoma generosamente representado en nuestra dieta

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