Revista Música
He decidido que esta temporada otoño-invierno, voy a moderarme un poco e intentar ablandar mi carácter nazi y sustituirlo por algo más parecido al de la institutriz de Heidi. En resumen que aunque no abandone mis deseos de abrir un campo de concentración y exterminio en Buitrago de Lozoya (alegría para la…), voy a intentar sustituir la cámara de gas por viajes sin vuelta al pozo del olvido. Estos son los 3 merecedores del premio de hoy…
1. Achero Mañas2. Iciar Bollaín3. Fernando León
Los tres se encuentran de actualidad con nuevas películas, de esas que ningún festival internacional se atreve a programar. Todo lo que tú quieras, También la Lluvia y Amador tienen aún menos alicientes e interés sobre el papel que la revista de Física o Química. Me consuela pensar que con un poco de suerte las tres serán fracasos de taquilla y que esta vez engañaran a menos público.
Los elegidos para ser olvidados de hoy proceden de ese grupo tan reconocible que el canal de sátira social INTERECONOMIA denomina “los del cine, los de la pegatina”. Este grupo del que nunca jamás formarán parta Víctor Erice o Jose Luis Guerín se caracterizan por las siguientes cosas:
a) Son tremendamente aburridos y producen más pereza que la posibilidad de ir a un concierto de Joaquín Sabina. (Zzz, uy que me duermo ya)
b) Por norma piensan que eres tonto e incapacitado para pensar por ti mismo. Por ello te dan clases de conciencia social y de militancia política llegando a unos extremos de demagogia casposa que hacen que Curri Valenzuela sea moderada a su lado.
c) Los personajes de sus películas tengan el graduado o sean doctores en astrofísica hablan siempre como poetas y utilizando el soliloquio como recurso literario preferido.
d) Sus películas pueden verse casi íntegras con los ojos cerrados. La forma queda supeditada en un 210% al contenido, que siempre será muy dramático y muy propio de El Diario de Patricia (o de Sandra).e) Si tienen película suelen tener Goya, pero ellos no le dan importancia y lo demuestran no lavándose el pelo antes.
Achero Mañas era un actor de quinta categoría en los años 90 que se hizo popular con unos cortos horribles y sobre todo cuando arrasó en los goyas del año 2000 con una película que parecía el piloto de una teleserie, El Bola. Su siguiente película, Noviembre (2003) daba vergüenza ajena, sólo les gustó a los hippies más convencidos de Lavapies. Hace unas semanas ha estrenado una cosa llamada Todo lo que tú quieras que debe ser algo muy rompedor y moderno, porque en ella aparece un hombre vestido de mujer que se comporta como madre en lugar de cómo padre para que su niñita no sufra por la pérdida de su madre. (sic). Según el director, la película analiza el cambio del rol masculino en la sociedad actual. Muy bien, si nos ponemos así yo digo que Colega, ¿Dónde está mi coche? (2000) es la adaptación cinematográfica del 21 días fumando porros de Samantha Villar y también llevo razón.
Tras un par de semanas en cartel, las cifras no llegan ni para pagar el maquillaje de Juan Diego Botto. Mi consejo es que le eché un ojo a la extraordinaria Ponette (1996), la más sincera película sobre la infancia que recuerdo.
El caso de Iciar Bollaín me da bastante pena. Me cuesta disociarla de aquella joven que protagonizó El Sur, la maravillosa película del maestro Erice y Leo (2000) úlima película hasta la fecha de José Luis Borau. Cuesta no guardar buen recuerdo de su debut como directora, en la divertidísima Hola ¿Estas sola? (1996). Participar en una película de Ken Loach, que no estaba nada mal, Tierra y Libertad, fue el punto de inflexión para una carrera que quedo tocada y hundida cuando la Bollaín adquirió más conciencia política que todo el clan de los Bardem al completo.
Su carrera posterior como directora comenzó a centrarse exclusivamente en los problemas de la mujer, apaleada y pisoteada ya sea literalmente o en sentido figurado por un sistema en el que los hombres son siempre más malos que Darth Vader. Flores de otro mundo (1999) sobre unas inmigrantes que participan en una caravana de mujeres e inician una nueva vida en un pequeño pueblo aún tenía un pase pero su interés por los malos tratos se vio acrecentado con el corto Amores que Matan y el largo Te Doy mis Ojos (2003), una de las tres películas más sobrevaloradas de la pasada década. (Mar Adentro y Los Lunnis al Sol copan los dos primeros puestos). Como siempre se puede ir a peor, Mataharis (2007) es una absurdez a la altura de este texto, de la que lo mejor que se puede decir es que Nawja Nimri no lo hacía nada mal, y eso es algo muy muy raro.La cinta que ahora presenta, También la Lluvia ha sido preseleccionada sin que nadie la vea para competir en los oscars 2010. Protagonizada por dos actores MUY pesados, trata sobre el rodaje de una película sobre Cristobal Colón en Bolivia y los altercados en los que se ven envueltos. Visto el tráiler lo más cabal es recuperar una joya como Fitzcarraldo de Werner Herzog y olvidarse de que esto existe.
El pasajero tres con billete al olvido es una persona que cuando te la encuentras paseando por las calles de Madrid siempre piensas que te va a pedir una ayudita para el bocadillo. Fernando León de Aranoa, ídolo de casas okupas y organizaciones no gubernamentales es sin ningún atisbo de duda el peor de los tres. Sus películas, a excepción de la estimable Familia (1996), producen un nivel tan elevado de sonrojo y vergüenza ajena que ni las mejillas de Heidi después de ver a Pedro practicar la zoofilia con Copito de Nieve. Barrio (1998), está llena de gente fea y de diálogos pretenciosos. Un capitulo de Aída es infinitamente más realista que esto. Los Lunnis al Sol (2002) es la peor de todas, aburrida hasta la extenuación y plana como las tetas de una nadadora. Los interminables diálogos de los pesados de Bardem y Tosar son más rápidos para dormir que un par de orfidales. Cuando salí del cine juré y perjuré que una y no más SantoTomás pero años más tarde me topé en televisión con Princesas (2005). Esta comedia sobre prostitutas de buen corazón realmente puede llegar al aprobado si te la tomas como una película de ciencia ficción. La escena en la que Candela Peña come en casa de sus padres mientras un cliente intenta contactar con ella para un servicio es realmente hilarante.
Cinco años después intenta volver a llenar al cine de perroflautas convencidos con una película con una pinta espantosa desde el título, Amador. Ahora va de inmigrantes de buen corazón que cuidan ancianos hijoputescos. Pues muy bien, esta vez NO.
No obstante los tres pueden estar muy satisfechos. Este año hay algo con mucha peor pinta... Biutiful