Revista Ciencia

Geoparque

Publicado el 24 enero 2018 por Oscar Ercilla Herrero @geologoentuvida

Viajar y conocer mundo no ha sido nunca más fácil como ahora. No hace falta volver la vista atrás muchos años para comprobar cómo un viaje hasta un destino a apenas un par de horas de avión resultaba ser una gran aventura para la mayoría de los mortales. Después llegaban las visitas en las que te tocaba ver un álbum con cincuenta fotos de los lugares que habían visto y disfrutado. Ahora esas cincuenta fotos (que eran apenas un par de carretes de fotos que había que ir a una tienda a revelar, con la incertidumbre de cómo habían quedado) se quedan cortos con los teléfonos y cámaras con lo que podemos inmortalizar todo sin miedo a gastarnos una buena cantidad de dinero.

Uno de los grandes atractivos que tienen los sitios turísticos es que suelen tener una relación bastante cercana con la geología del área en la que se encuentran. Por ejemplo, Florencia no sería lo mismo sin los diferentes tipos de mármoles que se encuentran en su área de influencia y que han logrado crear algo tan magnífico como su Duomo (y el campanario y el baptisterio). O que decir de Rio de Janeiro, donde el Pan de Azúcar y los cerros cercanos, formados por granito, no darían esa postal con el Cristo de Corcobado en las alturas mientras te bañas en Copacabana o Ipanema. Y algo similar ocurre con Machu Picchu, un lugar arqueológico a monumental, que perdería bastante sin la geología abrupta que se encuentra a su alrededor.
Pero hay lugares donde la geología es el atractivo turístico. Sitios donde es el eje central que sirve de atracción a la gente de fuero, sino que es la columna vertebral de la comarca y de las gentes que viven allí.
Se trata de los geoparques.
Su historia no es bastante antigua. Antes de acabado el siglo XX, en 1999, se realizó la primera propuesta a la UNESCO para la creación de una red de geoparques a nivel mundial. Y todo fue bien al principio, pero en 2001 la misma UNESCO decide no desarrollar el programa para la creación de esta red de parques.
Esto podría haber sido el fin de todo, pero un año antes, en 2000, cuatro espacios naturales en Europa (reserva geológica de la Alta Provenza, en Francia; el museo de historia natural del Bosque petrificado de Lesbos, en Grecia; el geoparque Vulkaneifel, en Alemania; y el parque cultural del Maestrazgo, en España) se unen para dar el primer paso a la creación de la red de Geoparques europeos, ratificado en 2001 en Almería (España). A pesar de no dar un apoyo global, la división de Ciencia de la Tierra de la UNESCO apoyó el proyecto, que poco a poco fue avanzando.
En 2004 la red se amplió al unirse los 17 geoparques europeos y los 8 chinos, creándose una red global que sería gestionada por la red europea, quienes decidirían que geoparque cumplen con los requisitos adecuados para obtener esta consideración.
Y finalmente, en 2015, la UNESCO crea una nueva calificación con la red Global de Geoparques de la UNESCO, teniendo una estrecha colaboración con la Red de Geoparques Global (GGN).
Actualmente existen 127 geoparques con esta denominación en el mundo, en 37 países diferentes, en todos los continentes, salvo en Oceanía.
Si tenéis interés en saber algo más sobre, al menos, los que se encuentran en España, este documento os muestra algo más de información de cada uno de ellos.

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