
Gerardo Grande | Que el silencio se haga en mí...
Que el silencio se haga en mí que la unión de los colores se haga en mí que el inicio de los tiempos se haga en mí y que mis ojos miren todo por vez primera Que pueda nombrar de nuevo las cosas Olvidar que el árbol es árbol y regalarle la capacidad de volar Que la piedra cante caudalosa rumbo al mar del sueño Que descubra la sonrisa de quien juega con la infancia del sol Que la danza el canto y la escritura me besen otra vez que mi corazón aprenda de la expansión de este desierto pues bajo tormenta o a cincuenta grados a la sombra siempre está dispuesto a dar vida Que mi lengua no olvide el sabor de tus pechos tú que amamantas a toda la flora y a toda la fauna y al resto también Que alguien pruebe mi carne y conozca su cerebro y ese alguien camine erguido y se distinga de los animales por su capacidad para tocar la armónica y arar el cielo y besar la tierra y por su capacidad de tocarse a sí mismo Que de mí liben las abejas y en mí se tire el toro a recordar el día de su nacimiento Que pueda volver a la noche a la que siempre quise volver/Ya no voy a llorar esta noche mamá pero no te vayas dijiste que cada grano de arena en el desierto es un niño que no quiso callarse y yo llevo días sin hablar Esto que digo sólo me suena adentro Mi voz es lo único que tengo mi voz es un campo de girasoles que me crece y en ese campo corro desnudo mi voz es el cielo y mi voz es mi amigo mi voz se llama Woody se parece a mí aunque nunca me he visto pero a veces también llora y tiene la herida en el pecho como yo Mi voz te descubre antes del amanecer observa cómo te pierdes en el desierto donde las cosas no tienen nombre desde la puerta de la casa mi voz mira cómo te sigue un animal de cuatro patas Irene las letras caen de tu cuerpo y grito pero mi grito es inútil te llamo de muchas maneras niña tormenta hermana y no miras hacia atrás en ese momento tu nombre no sale de mis labios porque sus letras ya mojan la arena y forman el cielo de niños que viven enterrados Yo no quiero que me entierren mamá yo no quiero dormir porque saldrás huyendo pero aun así te vas te pierdes en la línea donde se une el cielo con la arena Luego el sol araña mis ojos y ya no puedo ver Aves negras vuelan en círculos sobre ti bajan se llevan una parte tuya y vuelven a volar para perderte en el cielo arriba suena una banda de banjos y violines y mi voz canta Aúllan los lobos de mi cabeza treinta aves vuelan alto treinta ataúdes negros que llevan tu nombre que vuelan con mi infancia colgando del picoGerardo Grande (Ciudad de México, 1991), Fiesta brava. Neutrinos. Entre Ríos, Argentina, 2015.
