Llevaba tiempo considerando la posibilidad de escribir un libro acerca de una de mis grandes aficiones: las lenguas, y por fin me he decidido. A continuación, les dejo el prólogo de una aventura que espero que les resulte tanto a ustedes como a mí, lo más sugestiva posible.
GERMEN DE UNA CIVILIZACIÓN
Desde pequeño siempre me ha llamado la atención el origen de todo cuanto me rodea. Recuerdo que, cuando tenía cinco o seis años, mis padres y yo nos pateamos todas las librerías de una Antequera todavía en vías de desarrollo buscando libros acerca de los mayores inventos de la historia. Nuestra búsqueda resultó infructuosa, y yo me sentía frustrado porque me picaba la curiosidad por saber de dónde procedía aquel reloj Casio que rodeaba mi muñeca. Conforme fueron pasando los años mi interés por los inventos empezó a apagarse, pero no así mi sed de conocimiento y de interés por descubrir. Sin embargo, esa predilección por la exploración permaneció oculta durante varios años. Ya en cuarto de la ESO, apareció en mi vida una afición dispuesta a saciar mi apetito de aprendizaje: el inglés. Gracias a su aparición puedo hoy afirmar que salí vivo de la LOGSE simplemente con un par de rasguños. Los idiomas me proporcionaban ese espacio vital por el que moverme con plena libertad, esa fuente inagotable de conocimiento y cultura mediante la cual creció mi entusiasmo y mis ganas de aprender. Todo esto, sumado a una tendencia a la lectura inherente a mí, ha hecho de mí un gran amante de la literatura. Bien es sabido por todos que, quien gusta de leer, gusta de escribir. Por eso, he decidido embarcarme en este proyecto sobre mi gran pasión. Les invito a acompañarme a través de este viaje impregnado de historia, de cultura y de vida donde voy a exponer mis conocimientos acerca de las lenguas que se hablan en la actualidad y, como remarcaba al principio, partiendo desde el origen, desde el germen de nuestra civilización.