Una de las preguntas frecuentes que nos encontramos en nuestras visitas comerciales, es la siguiente: después de estos dos duros años, y éste 2010 que se avecina, ¿cómo motivo al equipo? ¿cómo consigo que se ilusionen por el trabajo diario? La pregunta es del todo lógica, de libro diría yo, pero la respuesta ni es fácil, ni es de libro, porque detrás de esa pregunta hay una persona con sus características únicas y sus circunstancias únicas, que gestiona un equipo de personas únicas con sus circunstancias únicas. Es decir, tenemos una suma de individualidades a la que hemos de añadir la nuestra propia.
Fermatta equipo, de fermatta
Siendo pues la pregunta difícil de contestar, podemos hacer algo: primero de todo, definir y concretar nuestro objetivo para el año y describir cómo nos vemos dentro de tres años. Con todo realismo y concreción tanto cuantitativa como cualitativa.
Después hemos de ver con Quién contamos para ello. ¿puedo conseguirlo con las personas que tengo o faltan recursos? ¿puedo permitirme incorporar recursos? ¿debo prescindir de alguien? El análisis debe ser profundo y supondrá un importante ejercicio de realismo y de acercamiento. Hay que saber de primera mano, a qué está dispuesto cada uno. Una vez tenga esto analizado y decidido, viene la parte más complicada o por lo menos a la que hay que dedicar más tiempo. ¿quién hace el qué? ¿está cada uno donde debe estar? ¿sabe lo que se espera de él? Esto debe traducirse en una buena definición de posiciones y de responsabilidades, en una adecuación de puestos y en CONFIANZA.
Por lo tanto, desde una perspectiva global y estratégica, hemos pasado a la individualidad de todas y cada una de las personas. Por cierto, deberíamos incluirnos también en el análisis y ser autocríticos. ¿estoy preparado para liderar esta situación, para ser motor? ¿necesito ayuda externa?
Una vez hemos individualizado la estrategia, falta un tercer paso, que es el de comunicarlo con claridad al colectivo, generar implicación y generar compromiso. Ser conscientes de que en este camino, todos no nos seguirán, pero que el objetivo es conseguir que todos lo hagan. Hay multitud de ejemplos que demuestran que las mismas personas, con las mismas circunstancias, obtienen resultados muy diferentes cuando son gestionadas y lideradas hacia el éxito. En el deporte de equipo podemos encontrar similitudes claras con este tema, por ejemplo con la selección española de baloncesto y el último europeo en el que estuvo a punto de no entrar en la fase final dado su mal juego y apatía y acabando colgándose la medalla de oro en una brillante semana en la que ganó a todos los rivales por 20 o más puntos. ¿qué cambió la segunda semana de la primera? El compromiso, el liderazgo del entrenador y de alguno de los jugadores para conducir al equipo al éxito, al objetivo común.
Ante esta crisis y esta coyuntura, está en nuestras manos gestionar y liderar equipos para el éxito. Luego éste vendrá o no vendrá, pero habremos puesto los resortes para que así sea. Hay circunstancias de mercado que uno no puede controlar por mucho que quiera, pero uno sí es responsable de hacer y gestionar lo que debe hacer y gestionar. Alberto Trallero. Optima Management