Revista Medio Ambiente

Gestionar tu dinero sin banco

Por Valedeoro @valedeoro
Por ValeDeOro

frascos para ahorrar

Las tarjetas de crédito y débito y la banca online han facilitado muchos trámites del día a día. Ya no hace falta pasar por la oficina para pagar recibos ni necesitas llevar cantidades elevadas de dinero encima. El resultado es un ahorro de tiempo, y muchas veces un descontrol total de los gastos. Si además has perdido la confianza en el sistema bancario debido a la crisis financiera, es hora de buscar alternativas: gestionar tu dinero de forma inteligente, aumentar tu independencia financiera y a la vez independizarte del consumo impulsivo.

El dinero en frascos

Para re-aprender a gestionar tu dinero es importante desarrollar conciencia del dinero que tienes y de lo que haces con ello. Anotarlo en una plantilla de gastos e ingresos puede ser muy abstracto. Manejando tu dinero de forma directa, será más fácil cambiar tus hábitos a la hora de hacer tus compras.

En su libro “Una Mente Millonaria“, Harv Eker presenta un sistema muy táctil para este fin. Lo único que necesitas son seis frascos. Sí, frascos, como aquellos que se utilizan para conservas o mermelada. Estos frascos te servirán para repartir tus ingresos según los siguientes criterios:

  • Necesidades: 55% de tus ingresos irán en este frasco, destinado a cubrir los gastos generales como el alquiler o la hipoteca, la comida, el transporte. Si tu salario es de 1200 €, entonces 660 € irán a este frasco. Si tu abuela te regala 50 €, pondrás 27.50 € en el frasco de necesidades. Si encuentras 2 € en la calle, destinarás 1,10 a este frasco. Simplemente multiplica el valor del dinero por 0,55 y tendrás el valor para este frasco.
  • Libertad financiera (Financial Freedom Account – FFA): Pondrás 10% de tus ingresos en este frasco para nunca más tocarlo. Podrás invertir este dinero para que rinda más, pero no lo gastarás. Este dinero te asegurara la independencia financiera en el futuro.
  • Educación: 10% de tus ingresos irán al frasco de educación. Este dinero lo invertirás en libros, cursos o material de estudios para asegurar que sigas reinvirtiendo en ti y en la ampliación de conocimientos que a medio plazo de proporcionarán nuevas posibilidades de ingresos, te permitirán evitar la obsolescencia y promoverán la innovación de ideas.
  • Juego (play): 10% del dinero que recibes se destinará a actividades que te hacen bien. Sal a cenar con tu pareja, regálate un masaje, compra flores para el comedor. ¡Gástalo! ¡Que para eso está!
  • Ahorros para gastos a largo plazo (Long Term Savings for Spending – LTSS): 10% de tus ingresos ahorrarás para gastos más grandes que requieren un poco más de planificación. El viaje a Nueva Zelandia, tu boda, la reforma del baño entrarían en esta categoría.
  • Donaciones (Give): 5% de todos tus ingresos destinarás a ayudar a otros. Puedes apoyar a una organización benéficas, ayudar a un amigo o contribuir a una causa en concreto. Ayudarás a crear un mundo mejor y crearás el hábito de vivir en la abundancia.

Cambiando hábitos a partir de los frascos

Los frascos te ayudarán a cambiar tus hábitos al gestionar tu dinero. Manejándolo de forma directa, tendrás más conciencia de lo que haces con el contenido de cada frasco. Tomarás decisiones más conscientes, por el simple hecho de que ahora sí, se trata de una decisión y no de una compra compulsiva en piloto automático.

Quizás te das cuenta que no utilizas todo el dinero del frasco de “juego”. Entonces es hora de tratarte a ti misma un poco mejor. Regálate un día en un spa, prueba un salto en paracaídas. Haz algo que te hace ilusión, que este dinero es para que lo disfrutes.

O puede que te des cuenta que es difícil llegar a fin de mes con lo que está en el frasquito de necesidades. Es hora de simplificar para reducir tus gastos regulares, buscando alternativas para vivir con menos.

El papel de la banca: solo lo necesario

El sistema de los frascos no sustituye el banco. Necesitarás una cuenta corriente para las domiciliaciones y para tu tarjeta de crédito (importante si viajas mucho). Pero puedes reducir el uso de esta cuenta, ingresando tan solo el dinero que hace falta para cumplir con tus obligaciones. Todo lo demás, sí, se queda en los frascos.

Con una excepción. El dinero del FFA está mejor invertido en una cuenta de ahorros. Yo tengo este dinero en una cuenta de Triodos Bank, la banca ética en España. Así tengo la ventaja adicional de saber que mi dinero se está invirtiendo en proyectos que valen la pena.


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