`Ghost Rider: Espíritu de Venganza´ -fabricando una estupidez

Se dice que Nicolas Cage es un fan de los cómics, de ahí que su colaboración en la película de Ghost Rider debió de ser un placer para él, aunque no para el espectador. Dicha película está considerada una de las peores adaptaciones sobre un cómic, codeándose con tonterías como Batman y Robin, Catwoman, Elektra o Blade Trinity entre otras. Ahora bien, fijaos lo “bien” que lo han hecho con Ghost Rider: Espíritu de Venganza que han conseguido que la que protagonizó Cage y Eva Mendes acabase gustándome. Pero ojo, gustándome porque en algunos momentos incluso te podías reír -de lo mala que era-. Aquí ni eso. Nos encontramos ante una estupidez sin pies ni cabeza, engañándonos una vez más con un trailer que prometía algo más serio y posiblemente oscuro, tal y como tenía que ser a tenor del personaje en el que se basa.

Con lo cual podemos decir que la calavera ardiente sedienta de venganza no está teniendo suerte en sus adaptaciones para cine.

Hay varios factores que hacen que el visionado de esta película se convierta en sufrimiento. A los pocos minutos, o más bien cuando aparece Nicolas Cage, ya vas viendo por donde van a ir los tiros. Así que puedes optar por no parpadear y dejar tu cerebro en un estado de letargo donde sólo unas docenas de bofetadas (tal y como ocurría en la famosa escena de Aterriza como Puedas)  podría despertarte. Aguantar la hora y media -que al fin y al cabo son bastantes minutos- que dura esta película tan sólo por ver a Cage poniendo caritas mientras se convierte en el Motorista vengador creo que es un estado de masoquismo por el cual no estoy dispuesto a pasar por una segunda vez. Como digo, no me hizo ninguna gracia la película (hay a gente que sí, que conste) y por eso estoy convencido de que mis neuronas me piden a gritos que no les vuelva a hacer pasar por semejante situación.

No contentos con haber hecho una adaptación penosa, pensaron que el dinero recaudado era lo suficientemente generoso para que hubiese una secuela. Aquí quieren rizar el rizo y mostrar a un Johnny Blaze alejado de la humanidad y viviendo con su particular maldición. Hasta que un chaval adolescente es el reclamo para que salga de su autoimpuesta soledad. Y es que el chavalín va a ser el recipiente de un villano conocido por Blaze que comparándolo con Peter Fonda impone menos que una mosca a un Elefante.

Esta reseña es un rollo, lo sé. Algunas veces hablas de una película que te gusta o no te gusta, con ganas. Y otras, como es esta ocasión, a regañadientes y obligándote. Porque al fin y al cabo Ghost Rider: Espíritu de Venganza es un refrito mal, malísimo hecho, de otras tantas películas que sí serán recordadas. El chaval que he mencionado viaja con su madre (protectora ella), el cual acaba siendo protegido por Blaze (Cage) y otro compañero de color (negro, para más señas) que sabe de qué va el tema de lo paranormal, demonios y demás cosas que dan yuyu. Así que hay algunos momentos en los que parece que han querido emular a la relación que tienen John Connor y el T-800 de Terminator 2: El Día del Juicio Final. Un chaval que va de listillo y algunas veces repelente (aunque Cameron se encargó de que tal tesitura no fuese cargante en su película. Algo que le tenemos que agradecer) dialogando con un Motorista Fantasma. Lo peor es que los momentos cómicos que se podían ver en la película del director de Abyss aquí están metido con calzador y no dan más que pena.

Nicolas Cage sigue estando en modo “hago lo que sea actuando de la misma manera”. Así que poco se puede decir. Incluso, y mira que es difícil, llega a ser más patético que en la primera parte. Y repito, mira que podía ser difícil superar eso, pues él lo hace.

Hay momentos, todos diría yo, en los que El Motorista Fantasma da vergüenza ajena. No sé si es culpa mía y no me fijé en algo que quiso mostrar el director -cosa que dudo-, pero ¿por qué tiene que estar cada dos por tres abriendo la boca? Vale, sé que es para acojonar a los humanos -o no tan humanos- y mostrarles lo malos que son. Éso sale en los cómics, es parte de su poder. Eso lo sé, en serio. Pero aquí esta mostrado de una forma tan estúpida que te dan ganas de lanzar el dvd por la ventana y rezar porque no se lo encuentre nadie por el camino. Y es que las peleas, la acción, tampoco da de sí. Son hechas de una forma aburrida y simplona. Demostrando que los creadores de esta película no han sabido sacarle el jugo correspondiente al personaje.

Los villanos no son precisamente para lanzar cohetes, y eso que algunas veces consiguen salvar parte de una película. Aquí son meros instrumentos para un corre que te pillo, donde los héroes son perseguidos y finalmente (como siempre) acaban con esa confrontación final. En esta secuela sin interés alguno la verdad. Lo más curioso de todo es ver como Christopher Lambert demuestra una vez más que su carrera está más acabada que la de Casper Van Dien (bueno, la de éste realmente nunca despegó). Apareciendo y desapareciendo de escena a las primeras de cambio. La única explicación posible es que sea amigo del director y le hiciese un favor apareciendo en esta película.

Realmente Ghost Rider: Espíritu de Venganza es el claro ejemplo de COMO NO SE DEBE DE HACER una adaptación. Un sacrilegio y una burla de principio a fin. La única forma viable, a mi entender, es que Marvel pueda hacer su película en un futuro. Aunque ahí hay varios personajes o grupos que también tienen pendientes dicha tarea. Véase Daredevil, Los Cuatro Fantásticos o Daredevil. Una vez más una oportunidad perdida de poder haber disfrutado del verdadero Motorista Fantasma (Ghost Rider). Y ya van dos.

Fdo: Snake