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Matt Johnson tenía un buen motivo para enfadarse, claro que sí. Se ve que a la gente de la compañía CBS les pareció que la breve (siete canciones) colección de canciones contenidas en “Soul Mining” aún necesitaba de la adenda de una octava pista, de cara a su aceptación por el mercado estadounidense, o tal vez creyeron que aquel inclasificable híbrido de synth-pop, post-punk y jangle pop sería más facilmente comercializable si se presentaba ante el público con un tema más inmediato. Y sí, en cierto modo no se equivocaban: “Perfect” luce espléndidamente como ese radiante sencillo que tan bien podría engatusar a los seguidores de New Order como a los seguidores del post-punk exótico de Talking Heads, pero aquellos directivos la pifiaron al no valorar de forma suficiente la contundencia con que los nueve gloriosos minutos de “Giant” daban paso a una clase de silencio que sólo es posible tras el asombro. Por decirlo de un modo más claro, y si se me permite un juego de palabras tan evidente como descriptivo, era la gigante “Giant” -y no “Perfect“- el tema perfecto para cerrar uno de esos discos que nacen enormes, y sin embargo no dejan de crecer con cada escucha.
Que el mayúsculo debut de The The (me apunto a la corriente que tiende a no considerar como tal a “Burning Blue Soul”, el álbum que Johnson había firmado con su nombre en 1981) no tenga aún el reconocimiento que merece, es una cosa bastante inexplicable, y sin embargo diría que sólo es cuestión de tiempo que semejante despropósito sea enmendado. Obviando una curiosísima aparición de la letra íntegra de “Giant” en las páginas de aquel bodrio literario llamado “Historias del Kronen”, diría que es ahora cuando se detecta en el ambiente un cierto buzz en torno a Johnson; quizás simplemente porque los años han hecho su trabajo y esa perspectiva es la que está empezando a poner las cosas en su sitio, pero también por la repercusión notable de dos hechos recientes que invitan al optimismo: la reedición en vinilo que se ha hecho en este 2014 de aquel disco, respetando el tracklist original propuesto por su autor, y la publicación como sencillo ¡¡31 años después!! de aquel tema que lo cerraba, con la muy lucrativa -demasiado- excusa del Record Store Day, pero de cualquier forma, una cuestión de simple justicia.
Obviaremos por tanto lo poco probable es que alguien llegue a esta entrada introduciendo en google o un buscador similar “The The”, y daremos por evidente que esta es una (otra) de esas entradas escritas desde la pasión de fan más entregado, con el convencimiento de que esta música debería ser mucho más conocida. Voy a decirlo ya, y así me quito de encima la pesada carga que me he echado a los hombros desde que empecé a escribir esta entrada: “Giant” es algo así como el “Blue Monday” que no llegamos a conocer. Evidentemente, no tan exitosa sobre la pista de baile, pero sí genial en su mezcla de ritmos sintéticos (¡esa línea de bajo!) con instrumentos que desde luego no encontraríamos en el sonido de la famosa banda de Manchester: contaminad la afamada odisea electrónica que firmaban New Order en aquel mismo año con el sonido de las marimbas, épicas percusiones por las que Safri Duo hubieran matado, y unos aún más inesperados coros tribalistas (el Orange Juice Zeke Manyika andaba por ahí), y así os hacéis una idea. Sí, sé que es difícil, pero quizás esa resistencia a ser etiquetado (¿en qué estante ponemos esto?) es una de sus mayores virtudes, y no en vano el propio nombre elegido para la banda -falsa: en realidad M. Johnson nunca dejó de ser el único miembro oficial del supuesto grupo, y se limitó a rodearse de cualificadísimos colaboradores- da una idea de esa pretensión de ir por libre, de no encasillarse, de salirse de lo establecido: vaya si lo consiguió.
Ahora dadle al botón de reproducción (¡qué envidia me dais todos aquellos para los cuales esta será una primera escucha!), y disfrutad; algún día volveremos a hablar de este disco. De la magistral “Uncertain Smile” y su fastuoso solo de piano ejecutado por un tal Jools Holland (¡!); de la milagrosa capacidad de “This Is The Day” para salvarte de un mal día, de la infección sintética de “I’ve Been Waiting For Tomorrow“… Pero esta música exquisita merece ser paladeada poco a poco, y “Giant” es, en fin, tan grande que se merece un post para ella sola.
“The sun is high and I’m surrounded by sand
For as far as my eyes can see
I’m strapped into a rocking chair
With a blanket? over my knees
I
I am a stranger to myself
And nobody knows I’m here
When I looked into my face
It wasn’t myself I’d seen
But who I’ve tried to be
I’m thinking of things I’d hoped to forget
I’m choking to death in a sun that never sets
I clogged up my mind with perpetual greed
And turned all of my friends into enemies
And now the past has returned to haunt me
I’m scared of God
And scared of hell
And I’m caving in upon myself
I’m scared of God
And scared of hell
And I’m caving in upon myself
How can anyone know me
When I don’t even know myself?“
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