Quienes escuchamos la noticia de que una brigada médica cubana partía a Liberia y Sierra Leona no pudimos dejar de sentir pánico, pues el término miedo en este contexto resulta demasiado ligero.
La verdad han partido de Cuba muchos médicos hacia misiones internacionalistas, con su consabida cuota de riesgo, pero más peligrosa que esta, solo la guerra.
Se vistieron casi como para ir al cosmos, pero definitivamente sin esos trajes, hubieran sido blanco perfecto para ;la peor epidemia que ha azotado africa y amenzado el resto del mundo en mucho tiempo.
Aunque la pandemia no ha sido totalmente eliminada, la presencia de los médicos cubanos en Africa logró reducir cuantiosamente los muertos por la peligrosa enfermedad.
Ya muchos estan en la patria, junto a familiares y amigos, y la verdad sobrecoge escuchar sus testimonios, cuando narran cómo enfrentaron, en las peores condiciones y con hospitales improvisados, el temible ébola.
Cuánta tranquilidad para sus madres y esposas, y cuánta admiración por quienes estamos convencidos de que son estos gigantes de más de siete leguas.
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