Revista Cine

'Gilda'

Publicado el 20 septiembre 2011 por Truca

Gilda, 1946
La enfermedad dejó en blanco los recuerdos de Rita Hayworth quedando su memoria vacía e incapacitándola para rememorar que un día tuvo el mundo a sus pies, que fue una de las estrellas más importantes de su época y la primera princesa de Hollywood.
Este mes, concretamente hoy día 21, se celebra el Día Mundial del Alzheimer, y no quisiera pasar por alto tal fecha.
Gilda, 1946
Os traigo uno de los grandes clásicos del cine y una de las mejores películas que jamás he visto: Gilda. Tiene un montón de imágenes que han quedado plasmadas en nuestra retina para siempre.
'Jamás ha habido una mujer como Gilda' decían los carteles promocionales, a lo que yo añado: jamás habrá una película como Gilda y una actriz como Rita Hayworth.
¿Qué decir de esta película? Favorita de millones de cinéfilos y cinéfilas a lo largo y ancho del planeta, hoy intentaré desgranar los entresijos de este maravilloso film noir.
¿Cómo definirla? Simple: esto es Hollywood.
Gilda, 1946

Ladies and gentlemen, welcome to Gilda's universe.


Jonnhy Farrell (Glenn Ford), un tramposo de poca monta, llega a Buenos Aires y allí conoce a Ballin Mundson (George Macready), propietario de un casino que pronto acaba contratándolo y convirtiéndose así en su mano derecha. Tras una ausencia no muy dilatada, Ballin llega de nuevo a la capital argentina acompañado por su recién estrenada esposa, Gilda (Rita Hayworth) que a su vez también formó parte de la vida de Farrell en el pasado.
Los reproches y la tensión sexual irán en aumento, llegando a su punto álgido a partir de la desaparición de Ballin Mudson...

Gilda, 1946

Rodada entre los meses de septiembre y diciembre de 1945, y estrenada en febrero de 1946, el guión aún no estaba acabado cuando comenzó a trabajarse en la película, y a medida que se rodaba, fueron surgiendo nuevas ideas, es más, la famosísima escena del 'desguante' con la canción 'Put the blame on mame' se añadió ya casi al final de todo el rodaje. El otro número musical 'Amado mio' también fue incluido a instancia de Harry Cohn, cabeza visible de Columbia Pictures.
Y es que Rita Hayworth era una actriz conocida sobre todo por sus interpretaciones en el ámbito musical, y sus películas junto a Fred Astaire (quien dijo que había sido su mejor pareja de baile y que cuando llegó a Columbia lo primero que hizo fue preguntar por ella) y Gene Kell. Por tanto, era obligatorio que ella bailara y cantara (a pesar de que la voz era de Anita Ellis), así, se contrató a Jack Cole para que coreografiara las dos actuaciones musicales.
El vestuario, ideado por Jean Louis, destaca sobretodo por ese maravilloso vestido negro en palabra de honor con un lazo a la altura de la cintura y una espectacular raja hasta el muslo (hace unos años la firma de modas Calvin Klein sacó uno parecido en color blanco para que la actriz Eva Mendes lo luciera en los Golden Globes, y otra firma norteamericana  también sacó una para la actriz Jessica Biel en la gala de los Oscar del año 2009, evidentemente sin el mismo encanto). El vestido fue subastado en alrededor de 50.000 dólares; los guantes; las pieles y sobre todo el zapato, el zapato 'Gilda', nombre con el que se bautizó al tipo de calzado que lleva Rita Hayworth cuando canta 'Put the blame on mame'.
Gilda, 1946

La fotografía, de Rudolph Maté, exalta la belleza y química de los protagonistas (en especial el hipnótico magnetismo de la actriz) apoyándose en los primeros planos.

La química entre Glenn Ford y Rita Hayworth es desbordante. Ellos coincidieron por primera vez en 1940 en 'La dama en cuestión' , también de Charles Vidor, y esa química alcanza su punto álgido en el momento en el que Johnny Farrell le da la bofetada más famosa del cine a Gilda, en respuesta a la que ella le da unos instantes antes. Más tarde volverían a reunirse en 1948 'Los amores de Carmen' y 1952 'La dama de la Trinidad'.

Gilda, 1946

Gilda, 1946

Esta película marcaría para siempre la carrera y la vida de su actriz principal, Rita Hayworth, que no sólo ha mantenido su sobrenatural embrujo sobre los/as espectadores/as, también ha sido el eje central de, por ejemplo películas y libros, como 'Cadena perpetua' (basada en el libro 'Rita Hayworth y la redención de Shawshank', de Stephen King) en los que la película Gilda y la imagen de Rita Hayworth (más presente en la novela que en el film) son clave y elemento central para el desarrollo de la trama. Además la imagen de Hayworth en esta película fue impresa en la bomba que sirvió para hacer pruebas militares en las Islas Bikini ('Ese asunto me daba dolor de estómago', dijo años más tarde la actriz).
Todo ello son detalles que ayudan a la comprensión del fenómeno social que fue esta mujer a finales de los 40, llegando a convertirse en el sex symbol indiscutible de la década y en la mujer más famosa de Estados Unidos, llegando a superar a estrellas tan rutilantes como Bette Davis, Joan Crawford, Ava Gardner o Barbara Stanwyck.
Parte de ello se debe a la profunda admiración que por ella sentía Charles Vidor, y que sin duda alguna, le ayudó a convertirse en una de las reinas de Hollywood.
También Harry Cohn supo ver en ella un diamante en bruto, y la exhibía como si fuese un trofeo en las fiestas y demás pompas que Columbia Pictures celebraba. El maganate era muy listo: sabía que era ella quien reportaba al estudio los mayores ingresos, tanto es así que en la década de los 50 este estudio ya no era considerado de segunda, estando al mismo nivel que MGM, Paramount o Warner: 'Rita Hayworth ha sido y siempre será Columbia Pictures. Tal vez el estudio la haya convertido en estrella, pero recuerden que ha sido ella quien ha dado categoría al estudio', Frank Sinatra.
Gilda, 1946

Además de Margarita Cansino, esta película está protagonizada por otras tres mujeres: Virginia Van Upp (una de las productoras favoritas de Harry Cohn), Marion Parsonnet y Jo Eisinger (a cargo del guión, junto al también guionista E.A Ellington). Quizá sea por ello por lo que el personaje central es un personaje libre, una mujer libre. Y busca una cosa por encima de todo, el amor: primero se casa con un hombre que no la ama y que apenas la toca, y el hombre al que ella ama, parece estar más preocupado por ser jefe que por otra cosa. Sin embargo, ella se rebela contra todo eso y muestra a una MUJER (efectivamente, con mayúscula), creo que es la primera vez que vemos una mujer en el cine que muestra que tiene un enorme poder sobre los hombres pero al tiempo es despreciada por ellos, y también por primera vez vemos a una mujer que muestra de una forma de los más natural posible que tiene apetencia sexual (que fue eso lo que más miedo daba a los grupo más conservadores) sin fines 'malignos' (quiero decir con esto que no usaba el sexo para conseguir nada a cambio ni para manipular a los hombres).
Gilda, 1946

Los personajes realmente raros, oscuros y siniestros son realmente los personajes masculinos que constantemente castigan a la pobre Gilda, cuando Mundson 'se marcha' y ella cree que será feliz junto a Farrell, éste vuelve a despreciarla colocándole un cuadro en la sala de la casa de tal modo que cada vez que entre por la puerta recuerde a su primer esposo, una especie de castigo por las infidelidades de la pelirroja. Él está resentido, se casa con ella y la tortura encerrándola en una cárcel de oro.
Gilda, 1946

La crítica francesa escribió: 'Esta es una historia de amor entre dos hombres', es decir, que la película es un romance soterrado entre Farrell y Mundson y que Gilda es solamente la cabeza de turco. Esta afirmación se basa fundamentalmente en que no se sabe muy bien por qué rompieron Jonnhy y Gilda en el pasado. Los celos juegan un papel importante en la película, y está claro que los celos de ella van encaminados hacia él, ya que poco caso le hace, pero, ¿y los celos de él? ¿siente celos por Gilda o por Mundson? A todos esos elementos habría que unirle el hecho de que cuando Glenn Ford entra por la puerta al dormitorio por primera vez mira, de forma muy sutil, hacia la cama...
La relación amorosa entre Gilda y Ballin no es muy pasional que digamos: no duermen en la misma habitación, sino en una contigua.


Sin menospreciar a los críticos franceses de la época y su profundo análisis, tengo que reconocer que yo no he visto tal homosexualidad entre los dos personajes masculinos.
Sea como fuere, lo cierto que aquí la única que ama de verdad es ella, pues aunque va de hombre en hombre, y tras esa apariencia de femme fatale, es siempre usada como un simple florero.

Gilda, 1946

Gilda es una película explosiva y eléctrica, y como prueba de ello tenemos dos escenas que lo destacan profundamente:
- La primera, cuando se reúnen los tres en el bar del casino: Jonnhy tiene una cara de pícaro y un brillo en los ojos frente a la frialdad de Mundson y el desconcierto de ella, pues está entre dos hombres fríos, esquemáticos y poco a poco le están destrozando la vida.
- La otra, la escena del baile de disfraces, cuando Ford y Hayworth están bailando y ella le pide que le descubra la cabeza, él al principio se resiste pero finalmente cede y deja que veamos esa espléndida melena rojiza...
El personaje de ella está veinte años por delante de la época en la que se estrenó, y los que escribieron e idearon la película y el personaje de Gilda plasmaron una mujer en pantalla absolutamente real, y aunque la veamos como una femme fatal, al final termina siendo la más buena y sensible de todos, inteligente y con ansias de libertad, una mujer que ama; una mujer sexy, independiente, pero que además es guapa, agradable y simpática.
El de ella es un personaje limpio y puro; este personaje femenino va mucho más allá de lo que viene siendo una femme fatale al uso dentro del film noir. Y desde aquí quiero romper una lanza (una, dos, o treinta y seis) a favor de Rita Hayworth, pues creo firmemente que es una de las mejores actrices del cine, aunque se la encasillara dentro de este rol.
Gilda, 1946

Cuando esta película llegó a España, la Falange y el Opus Dei no podían soportar que la población viera esto, era lo contrario a lo que imponían sus valores. En Estados Unidos, los grupos ultracatólicos y conservadores, y en defensa de yo no sé qué moral decían que la imagen de ella no era la apropiada, que era ese tipo de mujer con la que un hombre no quiere casarse, la de toda una bomba sexual (años más tarde ocurriría lo mismo con Marilyn Monroe): que si hacía un streap-tease (y eso que sólo se quita un guante, y para nada resulta ordinario, sino algo totalmente sensual), que si esto, que si lo otro, que lo de más allá...
Gilda, 1946

Pese a todo, las mujeres querían ser Gilda, y no solamente por el vestuario, la moda y los peinados, sino porque veían en ella a alguien pasional que buscaba su propia satisfacción: tenía empuje, fuerza, erotismo, carisma y belleza. Y al tiempo era una mujer convencional, pues lo que más deseaba era que Farrell se enamorase de ella y formar una familia.
Gilda, 1946

Hata Gilda, Rita Hayworth tenía un estatus de actriz de comedia ligera y musical (a excepción de su primera película importante: 'Sólo los ángeles tiene alas', y la película que la encumbró: 'Sangre y arena'). Gracias a este film, y a Charles Vidor, se convirtió en un mito del cine, ¡a los 28 años!
A Orson Welles le molestó el éxito de Rita Hayworth. Él la menospreciaba, la consideraba inferior (aunque como buen ególatra, en realidad él menospreciaba a todo el mundo). Al genio maldito lo que primero le gustó de la pelirroja, evidentemente, fueron sus curvas y su belleza, pero pronto se dio cuenta de que en la intimidad ella no era para nada una diva, era alguien totalmente hogareño y familiar, sin ansias de fama ni llamar la atención, por lo que pronto se puso a un nivel superior, contando apenas con ella. Gilda hizo que ella dijera 'aquí estoy yo'.
Gilda, 1946

De las cosas que más rabia me da es de la escasa información que existe sobre Charles Vidor, que a pesar de haber creado un clásico parece haber pasado sin pena ni gloria por el mundo del séptimo arte.
El húngaro trabajó casi toda su carrera como director en la MGM primero y en Columbia Pictures después. Tras sus primeros pasos en la UFA, llega a Hollywood para convertirse en la mano derecha nada más y nada menos que de Alexander Korda, posteriormente como montador y guionista.
Falleció mientras rodaba 'Sueño de amor' de un ataque al corazón. George Cukor finalizó la película, quien se negó a que su nombre apareciera en los créditos.
Gilda, 1946

Charles Vidor.
Gilda, 1946

A grosso modo la relación de este triángulo amoroso es más o menos así: un buscavidas y una bailarina de poca monta se conocen, tienen una relación que se rompe de una forma, por lo que se puede leer entre líneas, no muy amistosa, era una relación tortuosa. Pasan los años, Jonnhy conoce a Ballin y se hacen amigos, poco tiempo después este último llega con Gilda, su esposa, y el primero le dice: '¿No decías que el juego y las mujeres son incompatibles?', aquí es donde los críticos franceses ven también una presunta homosexualidad, ya que el tono con el que le lanza esa pregunta es de reproche y sorpresa. Aunque insisto en que yo no veo tal homosexualidad.
Gilda, 1946

De esta película cambiaría una cosa: el final. Creo que es demasiado 'happy end' para lo turbio del resto del metraje.
Gilda, 1946

'Si yo fuera un rancho me llamaría tierra de nadie' Gilda.
Gilda, 1946

Gilda, 1946

'¿Te interesa saber lo mucho que te odio, Johnny? Te odio de tal modo que buscaría mi perdición para destruirte conmigo' Gilda.
Gilda, 1946

'Los hombres se acuestan Gilda, pero se levantan conmigo' Rita Hayworth.
Gilda, 1946

Cuatro fueron las mujeres que formaron este maravilloso arquetipo de mujer y que cimentaron un estereotipo cinematográfico, Gilda: un mito elegantemente erótico de tal magnitud que no se ha vuelto a repetir, pero que al tiempo ha quedado grabado a fuego en la Historia del cine: Rita Hayworth era la maestra de ceremonias, pues es ella quien mueve toda la acción.
Gilda, 1946

Como final un par de reflexiones: la película Gilda se ha mantenido con el paso del tiempo y no ha perdido ni un sólo ápice de aquello que le hizo triunfar. Con ella, Rita Hayworth se convirtió en una actriz de tal fama que eclipsó a toda actriz y todo actor nombrable, una estrella indiscutible del cine; una mujer que además de bella era buena actriz y poseía un gran instinto para la interpretación, y que como dijo George Cukor, tenía una personalidad y una profundidad que trascendió su trabajo, haciendo que sus fans se interesasen más por ella que por sus personajes.
Gilda, 1946

Rita Hayworth y George Macready.
Cuando Glenn Ford recibió en 1987 el premio Donosti del Festival de Cine de San Sebastián en honor a toda su trayectoria, de entre todas sus películas eligió esta para el homenaje, no pudiendo contener las lágrimas cada vez que Rita Hayworth aparecía en la pantalla.
Gilda, 1946

Gilda, 1946

Hasta la próxima entrada corazones.


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