Revista Arte

Glenda León. La magia del arte

Por Lasnuevemusas @semanario9musas

Glenda León. La magia del arte

"Nosotros utilizamos los sonidos con el fin de hacer música, como usamos las palabras con el fin de crear el lenguaje"
"El reto está en el momento; el tiempo es siempre ahora"
James Baldwin Frédéric Chopin

En el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo (MARCO) se está celebrando la exposición de Glenda León Música de las formas, que anteriormente se pudo contemplar en el Museo Extremeño Iberoamericano de Arte Contemporáneo (MEIAC) de Badajoz.

La artista cubana (La Habana, 1976) muestra una serie de instalaciones, fotografías, dibujos, esculturas y obras sobre papel correspondientes al período 2008-2021. Hay una obra que se ha realizado en el propio museo, titulada Jardín emocional, en la que ha dibujado una línea longitudinal "a lo largo del podio central de la primera sala".

La primera vez que vi su trabajo fue en 2014, con motivo de una exposición que hizo en la galería Senda de Barcelona, que a su vez fue la primera que hizo en España. Posteriormente sus apariciones en las ferias de ARCO y LOOP me han servido para comprobar la evolución que ha ido experimentando en estos últimos años, tal como ahora se puede observar en Vigo. También ha exhibido sus creaciones en otras ciudades españolas, caso de Madrid -Matadero y Juana de Aizpuru- y Las Palmas -CAAM-.

Glenda León vive y trabaja entre La Habana y Madrid. Estudió ballet clásico y Filología antes de licenciarse en Historia del Arte por la Universidad de La Habana, y graduarse en la Academia de Artes Mediáticas de Colonia. Ha realizado diversas residencias en ciudades como Paris, Montreal y Edmonton. Ha obtenido los premios The Pollock-Krasner Foundation Award, el Premio Pinos Nuevos. Ensayo y crítica artístico-literaria de La Habana y el Premio de la Unesco para las artes de la VIII Bienal de La Habana. Su primera exposición individual fue 2001, en el Centro de Desarrollo de la Artes Visuales de la capital cubana. En 2013 participó en la 55ª Bienal de Venecia, así como también en otras bienales latinoamericanas y africanas.

Podríamos asegurar que es la continuadora de la artista conceptual cubana Ana Mendieta, que desarrolló la mayor parte de su carrera en Estados Unidos. La obra de Glenda León se mueve en diferentes direcciones, que van desde contenidos sociopolíticos y religiosos, al sonido -el sentido del ritmo-, la naturaleza, el cosmos y ahora el paso del tiempo.

Respecto a Música de las formas, el comisario José Jiménez la ha estructurado en dos espacios que sirven para mostrar su trabajo, donde las obras dialogan con el público que las contempla, procurando que se puedan visualizar de la mejor manera posible, "adaptando las piezas a sus dimensiones, trazado y altura". Se divide en tres ámbitos: Tierra y cielos, La espiral del tiempo y Ver la música.

Glenda León. La magia del arteEn el primer apartado, Tierra y cielos, destaca la instalación Cielo (2009), donde se ve un cielo lleno de nubes. En realidad, se trata de una pared que está pintada en azul claro en cuya parte superior hay una serie de nubes sin pintar, ya que se debe a que la pared esta descascarillada, produciendo un efecto visual que engaña al espectador. Para José Jiménez esta obra crea una "correspondencia entre distintas maneras de sentir y conocer", sobre todo por la existencia de una relación entre cielos y tierra.

Siguiendo con esta temática hay un conjunto de obras en las que emplea el grafito sobre papel, caso de la serie Estrellas masticadas, en que se observan diversas constelaciones sobre un fondo gris, que aparentemente se asemejan a los móviles de Alexander Calder, pero que en lugar de presentarlos en tres dimensiones son solamente dos.

Hay dos instalaciones en las que se advierte su interés por la naturaleza, como son Cada Flor es una Forma del Tiempo (2000-2020) y Espejismos: Historia Oculta del Espejo Roto (2019). En la primera se exponen 1000 flores naturales -rosas rojas- y una artificial, dispuestas a modo de montaña sobre el suelo, como si se tratara de un bosque de rosas. Respecto a la segunda, la artista coloca una rama de árbol de grandes dimensiones delante de un espejo roto como si fuera la misma rama. El resultado es un efecto multiplicador, ya que en lugar de una rama parece que haya tres. El tema de las ramas ya surgió en 2019 con motivo de la Bienal de La Habana en la que participó con la instalación Mecánica natural, donde aparecía un árbol de grandes dimensiones que aplastaba un coche, mientras a su alrededor surgían unas ramas y unos coches en miniatura,

Cerrando este ámbito hay el video Dirigir las Nubes (2008-2017) con una duración de 1 minuto, que tuve ocasión de ver en la galería Senda de Barcelona, pero con la diferencia de que en las nubes blancas en un cielo azul intenso revoloteaban unas mariposas. Glenda León señala que "el sentido del ritmo se puede ver en muchos de los vídeos (...) y, por otro lado, en algunos vídeos, el sonido es el que le da todo o parte del sentido de la obra".

En La espiral del tiempo hay diversas instalaciones que hacen referencia a lo que la artista denomina la forma, ya que se trata de una forma del tiempo, por ello "sabremos que todo ese tiempo (se refiere al tiempo del coronavirus) que hemos pasado sin sentir, es tiempo perdido". Ello se puede observar, por ejemplo, en la serie Cada lágrima es una Forma del Tiempo, donde coloca unas pestañas postizas y pintura sobre papel en las que cada lágrima en forma de hilo va deslizándose lentamente con un color diferente.

Glenda León. La magia del arte

La instalación En tres Tiempos (2014) consiste en tres relojes de arena situados en una peana, pero que cada uno es diferente, ya que el polvo que contienen no es el mismo, con la salvedad de que en el tercer reloj se oye el sonido de los latidos de un corazón. Otra obra presente en la exposición es Estados transitivos: Mundo Político (2016-2020), que consiste solamente en una barrera que podemos encontrar en cualquier museo y que sirve para que el público no se aproxime a una obra o a una sala. La barrera está hecha de cuerda con hilo proveniente de 180 banderas de diferentes países del mundo.

La Silla del poder (2014) es una silla antigua en cuya tela está impresa digitalmente una fotografía de periódico realizada por Roberto Salas en 1970 y que también aparece en un cuadro colocado en la pared, donde se ve un conglomerado de personas ubicadas en la Plaza de la Revolución de Cuba. Se trata de una imagen aérea obtenida por Salas, que era el fotógrafo oficial de Fidel Castro, publicada en Noticias de Arte Cubano en el año 2008.

Hay un conjunto de obras en las que Glenda León demuestra un enorme interés por el tema monetario, principalmente por billetes de diferentes partes del mundo, caso de la serie La Internacional (2016), donde se observan desde partituras hechas de pedazos de billetes a un amasijo de los mismos que recuerdan a los artistas del arte povera.

Respecto al tercer ámbito Ver la música, la artista se adentra en el terreno del sonido, ya que le interesa "cómo cada paso, cada sonido, cada aleteo de unas mariposas y cada vida, ocupan un lugar crucial en el mundo y originan un sin número de efectos". Por ello, cuando vemos Metamorfosis (2018), en que dos tapas de piano ensambladas forman una mariposa, se percibe perfectamente cuál es su relación respecto a su formación musical que "le llevó a escribir numerosos textos sobre música, y es importante destacar que, a diferencia de la música europea, caracterizaba la música latinoamericana por su intenso mestizaje". Esta obra recuerda de alguna manera al dadaísta Jean Arp, aunque en dimensiones más pequeñas.

La serie de dibujos Cada sonido es una Forma del Tiempo (2020), nos lleva a una lectura del tiempo y del sonido como si se tratara de interpretar unas coordenadas de un sismógrafo detectando los movimientos tectónicos. En cambio, en Consciencia (2013), vemos unas gafas con una montura negra y en el cristal unas rayas grabadas en laser. De algún modo, nos evoca al artista conceptual catalán Joan Brossa.

Hay otra obra que podemos relacionarla con algunas del primer ámbito, como es Escuchando las estrellas (2019), que consiste en un panel de madera pintado en negro donde ha insertado una serie de clavijas de arpas y cuerdas de guitarra, como si se tratara de constelaciones. En Ascensión Silenciosa (2013), la artista presenta una escalera con varios peldaños que no sabemos dónde conduce. Cada peldaño consta de cuatro filas, pero con la particularidad que no parece que sean transitables, sino que se asemejan a un pentagrama. La última pieza es Música de las Esferas (2013), donde observamos una caja de luz circular, en forma de disco, que para el comisario "nos lleva a la música de este mundo, en el que vivimos: de arriba abajo, y de abajo arriba". Esta obra fue seleccionada para participar en la Bienal de Venecia de 2013, donde el protagonista era el sonido. Mediante una caja de música y un pentagrama circular y vacío sobreponía la imagen del sistema solar, en que cada nota hacía referencia a un planeta. O sea, que se escuchaban 9 notas que correspondían a los 9 planetas de nuestro sistema solar.

En conjunto podemos afirmar que el trabajo de Glenda León es la suma de diversos modelos de representación de la realidad. Una realidad que aparentemente no distinguimos en primera instancia, pero que si nos adentramos en el terreno conceptual veremos aspectos que nos acercan a sus propuestas creativas. La idealización del universo que nos plantea nos induce a buscar en la naturaleza algunas dudas que tenemos y que esperamos que ella nos las responda. Por ello, la artista pretende descubrir el origen de todo aquello que le preocupa e interesa, aunque sea una tarea casi imposible.


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