Revista Cine

Gloria

Publicado el 27 enero 2014 por Ganarseunacre @ganarseunacre
Invitado del mes: Miguel Martín Maestro Miguel Ángel Martín Maestro, 1967, me nacieron en Palencia. Aficionado al cine desde que mi madre me llevaba muchos viernes y sábados a los cines de sesión continua. Residente en Valladolid y de profesión, por desgracia, (lo puedes poner así) juez desde 1995. Viajero por afición y menos de lo que me gustaría porque las vacaciones son cortas, siempre cortas. Si tengo una hora libre prefiero leer o ver una película que leer sesudos y aburridos tratados jurídicos o incomprensibles sentencias de gente muy lista.Cassavetes y G. Rowlands Título originalGloriaAño1980Duración121 min.País  Estados UnidosDirectorJohn CassavetesGuiónJohn CassavetesMúsicaBill ContiFotografíaFred SchulerRepartoGena Rowlands, Buck Henry, John Adames, Julie Carmen, Lupe Garnica, Tony Knesich, Gregory Cleghorne, Jessica Castillo, Tom Noonan, Ronald MacconeProductoraColumbia Pictures   -“Eres mi amiga, eres mi madre, eres mi novia, Gloria, eres todas las mujeres” Phil a Gloria.Nueva York, estadio de los Yankees, tomas de agua en las esquinas, calor, tráfico. Música a ritmos de jazz, olor a perritos calientes, sudor, metro sucio, autobuses con decenas de miles de kilómetros, viviendas sin rehabilitar, escaleras echadas a perder, ascensores andrajosos. Coches destartalados, gente sin domicilio, mezcla de razas y barrios marginales. Al fondo Manhattan, pero nosotros no salimos del círculo exterior, el que no vive del lujo ni en el lujo, un Nueva York asfixiante y peligroso, incómodo. Del que todo el mundo espera, algún día, poder salir para integrarse en el verdadero círculo cerrado del Nueva York glamouroso. Fin del primer personaje.El segundo personaje es Gloria, (Gena Rowlands), y todo lo demás es accesorio, Gloria es un personaje rescatado de la mitología, lo mismo el origen griego de Cassavetes tiene algo que ver, en Gloria vemos reencarnada a una de las erinias, personaje femenino representantes de la venganza y que perseguían a los culpables hasta darles su castigo, también conocidas como las tres furias, como una Hécate con lazos con el mundo oscuro y el inframundo, sin pertenecer a él pero sin ser ajena al mismo, pero también alude a Yocasta, la madre que se negó a matar a su hijo cuando era lo más fácil, y es que Gena no es mafiosa, pero está relacionada con la mafia, como amante o examante de un capo, puede optar por continuar una vida a caballo entre el crimen y la vida socialmente admitida solo con entregar al chico latino que le cae en custodia obligada, pero prefiere seguir adelante como una leona acorralada en vez de facilitar que los criminales ejecuten al chaval, y se transforma en una bestia vengadora cuando la “familia” decide acosarla y perseguirla.No hay más, ni hay menos, en la película, dos personajes, uno física y otro inmaterial, ajeno a las emociones pero que influye en la conformación de los mismos, la menos cassavetiana de las películas de su director, su segunda incursión en el cine negro, despreciada en su momento por el público y por la crítica. Para los puristas seguidores de Cassavetes por considerarla una traición a su cine, al cine de ruina de pareja y de conflicto personal permanente, de hombres y mujeres atormentados y al límite, de amores y desencuentros filmados a una distancia que permite sentir y sufrir con ellos. Y para los desconocedores de Cassavetes también fue una decepción una película de la mafia donde apenas hay acción, donde no se ve la muerte y ésta queda fuera de campo siempre, donde la violencia es más una presencia que una realidad en el curso de la historia.Gloria cuenta con numerosos y evidentes errores, es una obra imperfecta, es una película que sin Gena Rowlands caería por el precipicio de la obra intrascendente, pero Gloria dota a la historia de todo aquello de lo que el resto de personajes carece, fuerza, sentido y dirección. Hay una huida hacia ninguna parte en la que una mujer madura, que ya ha decidido no ser madre, se ve en la encrucijada de, o convertirse en madre a la fuerza o dejar que un crío sea ejecutado en base a unos códigos de honor inaceptables, incluso, para quien ha sobrevivido gracias a ese mundo que la persigue.Un contable de la mafia se ha ido de la lengua, ha revelado incluso que tiene todos los datos en un cuaderno, sabe que la mafia se ha enterado y que sus horas están contadas si no consigue escapar, pero sabe que la condena a muerte no acaba con él sino que se extiende a su familia, entera, mujer, suegra, hijos. En el mismo edificio vive Gloria, una mujer madura, que vive sola, independiente, ajena a responsabilidades y compromisos, demasiado mayor para atarse a sus años a caprichos de terceros. Pero se ha hecho amiga de la joven madre del crío y esta le pide que oculte al niño mientras preparan la huida o la resistencia desesperada porque los matones ya vigilan el inmueble. La familia es masacrada, pero el cuaderno no aparece, ni el niño tampoco. A partir de ahí empieza una huida a lo largo de un Nueva York decadente, con unas imágenes típicas del cine de finales de los setenta y de los ochenta, formalmente con un estilo feo, sucio, como el ambiente en el que se desarrolla la historia de Gloria y Phil (John Adames), tomas de largas panorámicas, mucho taxi desvencijado, calles desordenadas, avenidas desastradas y un niño jugando a ser adulto y que no deja de ser más molesto que un cólico estomacal, pero al que Gloria, poco a poco, y con esfuerzo, va cogiendo cariño.Desde el momento en que abandona la vivienda y se marcha con el niño sabe que va a ser rápidamente localizada, Gloria conoce a los ejecutores y a quien ha dado la orden, sus intenciones a partir de entonces serán las de que, o la dejen marcharse de Nueva York con el niño o poder hablar con su examante para convencerle de que el niño no supone ningún peligro. Pese a la interpretación penosa del niño, que parece un señor bajito envarado durante toda la obra y con los pantalones a la altura de los sobacos como un mal muñeco de ventrílocuo, la película es Gloria y sólo Gloria, de hecho Gloria persistiría en la retina aunque entregara a Phil en la segunda escena de la película, sus ojos de fiera acorralada, en espera, vigilante, atenta identifican a la película.Se critica el presunto final feliz de la película, a mi no me lo parece, Cassavetes podía optar por matarles fuera o dentro de campo, por dejarles en una situación de inevitable desenlace trágico, pero prefiere, como en esas películas de matrimonios o parejas rotas, rompibles, introducir un elemento de falsa esperanza, o asi me lo parece, ese reencuentro de la “abuela” con el “nieto”, pero, ¿y ahora qué?, han salido de Nueva York , pero no me parece que eso sea una victoria definitiva, más bien es un aplazamiento, ¿se habrá aplacado la bestia una vez que ha recuperado el cuaderno o el código de honor del hampa   

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