Revista 100% Verde

Glutamátame lentamente

Por Cooliflower

“El Glutamato Monosódico (GMS) como el aspartame, son una forma de excito-toxina. Las Excitotoxinas son los productos químicos que excitan a las neuronas, haciendo que se disparen rápidamente, y después mueren repentinamente. (…) El GSM trabaja magnificando el sabor del alimento estimulando las células en el cerebro y la lengua.”

La trama, digna de ser llevada a la gran pantalla, empezó en 1.973. La administración de alimentos y medicamentos estadounidense (FDA) tenía dudas razonables sobre la toxicidad de un nuevo edulcorante conocido como aspartamo. La “pequeña” traba eran los estudios que relacionaban la sustancia con tumores cerebrales. Se inició entonces una batalla por su comercialización entre pruebas manipuladas e intrigas políticas.

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Así luce el aspartamo sin ropa

G.D. Searle and Co movía los hilos de la comercialización del edulcorante; el nombre puede decir poco, pero son los mismos que compraron Monsanto y nombraron en 1.977 al inefable Donald Rumsfeld como Jefe Ejecutivo. Donald fue parte del gobierno de Reagan y enchufó a un tal Hull Hayes como Comisionado de la FDA. El nombramiento no fue casualidad. Aunque se había conseguido el uso alimentario del aspartamo para alimentos secos, existía un empate de opiniones en la FDA que frenaba la utilización como dulcificante en bebidas. En 1.983 el voto de Hull dio vía libre a las bebidas sin calorías. Las pruebas independientes posteriores han concluido que el aspartamo es, incluso a la mitad diaria aconsejada (20 mg/kg), cancerígeno. También se señala el riesgo de los fetos por consumo materno. La ironía estriba en su uso en discreción para dietas, ya que a largo plazo puede aumentar el nivel de glucosa en sangre… y multiplicar el contorno de la cintura.


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