‘Godzilla’, y su falta de emoción

Cuando ves un cartel con un gigantesco monstruo que es más grande que cualquier edificio de esa ciudad y el título es Godzilla las expectativas empiezan a subir, sacas tu lado más infantil y nostálgico y te acuerdas de la visión de Roland Emmerich (‘El patriota’)que tanto daño hizo a la mayoría de la gente pero que a mí no me pareció tan deleznable como muchos la ponían. Cuando ves 16 años después que han vuelto y han intentado ser lo más fieles posibles a la historia original dotándole de mayor grandeza al monstruo, de seriedad al argumento y de un buen reparto dentro de lo que cabe además de un director prometedor tras su interesante ópera prima ‘Monsters’, las expectativas siguen subiendo y más si se sabe que se enfrentará a otras criaturas y la venden en su respectivos tráilers como una película sorprendente y seria guardando la sorpresa del bicho para que tú mismo lo veas en la gran pantalla.
Pues bien, todas esas expectativas que yo tenía desde hace unos meses bajaron cuando ciertos comentarios acerca de su grado de ritmo y su falta de emoción además de minutos en el monstruo hicieron que el interés por esta cinta sea casi nulo. Suerte que iba con pocas expectativas y de lo poco que puedo sacar es que visualmente es potente, que Edwards dirige bien y que su banda sonora es gloriosa y memorable además del gran y a la vez desaprovechado trabajo de Bryan Cranston (‘Breaking Bad’) como secundario.

El principal problema de Godzilla no es que su trama sea extremadamente seria, contraria a la versión de Emmerich donde para ser americano tienes que mascar chicle, sino que no emociona. No empatizas con los personajes y eso es un problema muy grave que no sabe cuidar una vez pasado el prólogo donde se nos muestra a los mejores Bryan Cranston y Juliette Binoche con una escena altamente emotiva. No emociona, ni siquiera te importa como están personalmente los personajes de Elizabeth Olsen (‘Oldboy’) y Aaron Johnson (‘Kick-Ass’), su subtrama familiar y bélica no interesa lo más mínimo y es de lo que más se intenta asimilar durante el paso de los minutos. Godzilla queda un plano secundario apartado por los Muto que tienen más protagonismo y podría haberse titulado así perfectamente la película para dar paso al monstruo secundario de lujo, lo que menos esperaba era eso y lo cumplieron.

Una cinta entretenida pero tardía en cuanto a acción y emoción dejando solo un par de escenas interesantes como la de las vías del tren de noche con el Muto de por medio y la batalla final que a mí personalmente me resultó tan agobiante y oscura que me pasó como con ‘Pacific Rim’ que no veía apenas nada y me pareció desaprovechada el usar el recurso nocturno o la niebla abundante.
Suerte que el ritmo lo cuida bien por lo menos en su primer visionado en cine pero que no todos los impacientes van a aguantar si se dan cuenta de que la palabra Godzilla no se menciona ni por encima hasta pasada más de media hora. Donde las actuaciones no brillan y están desaprovechadas, donde lo mejor lo cortan con un montaje realmente confuso con ‘coitus interruptus’ como llamaría yo en las escenas más importantes en cuanto a acción se refiere. Si bien deja un final correcto y abierto a lo esperado y evidente tras su éxito, no llega a emocionar ni dejarte con ganas de más y si te las deja es para que cambien a los guionistas por completo que no al director y el compositor pero sí al reparto, y es curioso que los dos protagonistas vayan a ser hermanos en la secuela de ‘Los vengadores’ y aquí no desprendan química como pareja por ningún lado. Espero que en esa cinta el guión los trate mejor y que en una futura secuela se realice de una forma más emocionante, trepidante y sobretodo que Godzilla sea el amo de la función y no un mero héroe secundario necesario para combatir en la parte final.