
Capaz de lo peor por su carácter y su extravagancia, pero también de lo mejor por el incuestionable talento que atesora, Zlatan Ibrahimovic pisó el césped del espectacular Friends Arena vestido con los colores de su país natal y brindó una función sublime, pero antes de que el telón se cierre hasta ser nuevamente abierto en una próxima gala regaló un final colosal protagonizando una acción nunca antes vista desde que en las canchas rueda un balón de fútbol.
No hacia falta llegado ese instante. Participando siempre de forma acertada, trazando acciones formidables y marcando tres extraordinarios goles, los últimos dos en un lapso de tiempo que incluyó solo seis minutos, ya se había hecho merecedor de absolutamente todos los aplausos. Y por si fuera poco, esto ya bastaba para que Suecia supere a Inglaterra y logre regalarle a su público la victoria.
Sin embargo para él no fue suficiente. Ambicioso como pocos, fue por más. Y con el encuentro viendo transcurrir sus últimos minutos logró eclipsar todo lo que antes había realizado sorprendiendo con un movimiento de lo más armónico y artístico para luego pasar a deleitar con un impacto que más que del botín de un jugador pareció salir del pincel de un artista. Improvisándolo todo, pero con suculentas dosis de maestría.
La posibilidad surgió de la mano de un error de Joe Hart, quien saliendo fuera del área a intentar alejar el peligro rechazando con la cabeza un envío largo dejó el balón corto y en el aire, totalmente a su merced. Entonces surgió lo dicho. Sin perder de vista el esférico en ningún momento, Zlatan se puso de espaldas al arco y dando cuenta de una enorme plasticidad se despachó con una media chilena prodigiosa, con la cual logró ejecutar un disparo que cobró la altura justa para que ni Hart ni los defensores puedan interponerse y llevó la dirección precisa hasta hacer contacto con la red.
Vi al portero saliendo y tocando primero la pelota, así que opté por retrasarme un poco. Entonces sólo intenté marcar un gol”.
Eyectados de sus asientos, los espectadores enloquecieron y rindieron tributo con aplausos y ovaciones. Deteniendo el tiempo, agotando todo tipo de calificativos y logrando pasar a la historia, Ibrahimovic había logrado firmar la más bella de todas sus obras de arte.
Ediciones anteriores:
- Goles Deluxe (I): Nacho Scocco a San Martín SJ
- Goles Deluxe (II): Ibrahimovic + Martínez, genialidades de taco
