A pesar de que en los últimos posts se estaba recorriendo los goles más recordados de la historia de la Eurocopa (sea por su belleza, su originalidad, o la historia que hay detrás de éste), hoy se hará un paréntesis. Un paréntesis que tiene tres objetivos:
1-Recordar el décimo aniversario del gol en cuestión, cumplido el martes pasado.
2-Anticipar en cierto punto la final de la Champions League, ya que este gol se produjo en el partido decisivo de la edición de 2001-2002.
3-Saldar la deuda que se tenía con el Real Madrid, ya que de los cuatro semifinalistas de la Champions, éste era el único que no tenía un gol en GDR, más allá de un top ten en la previa del Clásico de España.
Con ustedes, la volea de Zinedine Zidane al Bayer Leverkusen.
Era el minuto 45 del primer tiempo. Parecían lejanos los goles de Raúl por un lado y de Lúcio por el otro, anotados en los minutos 8 y 13, respectivamente. Hubo varias ocasiones para ambos lados, pero nadie era capaz de romper ese letargo que, para ese entonces, era de 32 minutos. Tenía que aparecer un jugador de la calidad de Zizou, para emplamar de primera una pelota alta enviada forzosamente por Roberto Carlos, que a priori parecía tener como destino la popular del Hampden Park de Glasgow, y colocarla en el ángulo, para dejar sin respuesta a Hans-Jorg Butt.
Está bien, en el segundo tiempo el Leverkusen fue superior. Pero no hubiese sido correcto que el último gol del partido no fuese aquel del genio francés, que le posibilitó a su equipo levantar la novena Champions.