Cerrando el ciclo de Goles Argentinos Mundialistas, el tanto en cuestión es muy importante, ya que, de no haber sido por él, difícilmente se habría podido levantar por primera vez el Trofeo FIFA. Estamos hablando del tanto de Mario Kempes en el tiempo suplementario de la final entre argentinos y holandeses.
Casi todos (al menos, los mayores de 40) recuerdan cómo fue aquella final en el Estadio Monumental. Casi todos saben que el “Matador”, en el minuto 38, definió ante la salida de Jan Jongbloed. Casi todos se asustaron cuando había empatado Dick Nanninga cerca del final. Y aún más con el tiro en el palo que estrelló Rob Rensenbrink. Si éste hubiese ido a parar al fondo de la red, la historia, no sólo la de la final, sino por qué no también la de nuestro país, habría sido bien distinta.
Pero no. El destino le hizo un guiño a los dirigidos por César Luis Menotti. Fueron al tiempo suplementario. Y sobre el cierre de la primera mitad, se asestó el golpe de nocaut para las aspiraciones de la “Oranje”. Así contó su gol el atacante oriundo de Bell Ville (Córdoba) a los que elaboraron el documental “Yo hice un gol en la final de un mundial”:
“Fue más complicado que el primero. Cuando pateo la pelota da prácticamente en las costillas de Jongbloed. Se elevó y ví que venían dos holandeses. No se si yo era más rápido o ellos más lentos, pero pude rozar la pelota, y entró. La gente se volvió loca”.
En el segundo suplementario, Daniel Bertoni terminó de liquidar el juego. Y Argentina pudo consagrarse por primera vez en la historia.
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