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Goles Deluxe Retro (IV): El gol de oro de Ahn Yung-Hwan

Publicado el 07 octubre 2011 por Marianofusco

Goles Deluxe Retro (IV): El gol de oro de Ahn Yung-Hwan

La ilusión había vuelto a nacer. Seol Ki-Hyeon había igualado dos minutos antes del cierre de los noventa minutos reglamentarios y las selecciones de Corea del Sur e Italia se disputaban el boleto hacia los cuartos de final del Mundial 2002 en el tiempo suplementario.

No abolido aun, el gol de oro encerraba un riesgo que ni unos ni otros querían correr sin antes pensar muy bien cada movimiento, si bien Corea arremetía de tanto en busca del gol le permita evitar los penales. Se palpaba la tensión y nada parecía estar por ocurrir hasta que el reloj marcó los 117 minutos.

Vestido de rojo, el estadio mundialista de la ciudad de Daejeon explotó de golpe. Recostado sobre el sector izquierdo del campo, Lee Chun Soo fue en busca de un balón suelto y lo entregó para Lee Young Pyo. Este la paró y sin dudarlo ni siquiera un segundo colocó un centro preciso a la cabeza de Ahn Yung-Hwan, quien se elevó por encima de la marca de Paolo Maldini y venció la resistencia de Gianluigi Bufón con un cabezazo certero.

Ya sin Francesco Totti, expulsado por el árbitro ecuatoriano Byron Moreno luego de simular un penal poco antes del cierre de los primeros 15, Italia ya no tenía tiempo para respuestas. Dirigida por Guus Hiddink, Corea del Sur arribaba a los cuartos de final de un Mundial por primera vez en su historia.

Ahn, el mismo que había malogrado un penal que a Corea le hubiera permitido colocarse rápidamente en ventaja, se había transformado en héroe absoluto de un país que posteriormente alcanzaría unas históricas semifinales y al que por entonces representaba en el exterior vistiendo los colores del Perugia, club al que había llegado en el año 200 procedente del Busan Daewoo Royals y en el que paradójicamente no volvería a jugar más finalizada aquella Copa del Mundo. Inestable e irregular, su carrera había sufrido su punto de inflexión más grande.

Denigrado personal y deportivamente, el delantero vio caer sobre sus hombros infinidad de improperios en la previa al choque entre su selección y España en el marco de los cuartos de final, todos procedentes de la tierra que lo había acogido como futbolista y a la que a tenor de lo expresado por los medios italianos y también por el presidente del Perugia, Luciano Gaucci, había “traicionado” y “ofendido” al marcarle aquel gol.

“Cuando vino a jugar con nosotros no tenia ni para comprarse un sándwich. Se volvió rico sin hacer grandes cosas y ahora, en el Mundial denigró al fútbol italiano. No lo quiero ver más por Perugia”, dijo en aquel momento Gaucci, quien luego prosiguió:

“No voy a prolongar su contrato, no se lo merece. Me bastarían 3.000 millones de libras para hacerlo y obtener beneficios revendiéndolo, pero no lo boy a hacer. Ahn no jugará más en Perugia… que se creen, que voy a conservar a un jugador que ha arruinado al fútbol italiano. Que se vuelva a Corea a ganar 50 dólares por mes. Yo soy nacionalista y considero esa conducta una afrenta para el orgullo italiano”.

Declaraciones mediante, no hubo vuelta a tras, si bien desde el club italiano recapacitaron e intentaron recomponer la situación. El daño ya estaba hecho. De forma insólita, a Ahn le habían cuestionado el hecho de haberse comportado como un profesional que por razones obvias debía defender los colores de su país. En el marco de un Mundial. Sea contra quien fuere.

Revalorizado tras su muy buena actuación en Corea y Japón, Ahn hizo todo lo posible por permanecer en Europa, aunque finalmente y tras varios intentos fallidos terminó arreglando su incorporación al  Shimizu-Pulse japonés, club en el que permaneció durante dos años antes de ser transferido al Yokohama F. Marinos, con el que obtuvola J. League.

Ya en 2005, finalmente se concretó su regreso al viejo continente. Primero lo fichó el Metz francés y posteriormente el Duisburgo alemán, clubes en los que no rindió de forma satisfactoria y fue incapaz de reivindicarse tras su pobre paso por el Perugia. Con el Duisburgo, incluso, terminó descendiendo.

En Libertad de acción, Ahn volvió a Corea en enero de 2007 y pasó por el Suwon Bluewings y nuevamente por el Busan Daewoo Royals, club que lo había visto nacer, antes de establecerse definitivamente en China para jugar en el Dalian Shide, equipo que hoy capitanea ya con 34 años y en el que al parecer acabará su extensa trayectoria en el fútbol. Inconsistente como tantas otras, marcada a fuego por aquel 18 de junio de 2002 que lo catapultó a la fama y en el que inmortalizó por siempre su nombre en la historia de la selección surcoreana de fútbol sin importarle las consecuencias posteriores. Como debía ser.


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