Esta golondrina también la vimos en Madrid Río, cerca del puente del Rey
Javier Rico
Hace una semana, aviones y golondrinas comunes, y no ninguna marca comercial, por supuesto, nos anunciaron que “ya es primavera”. Al menos la primavera fenológica, aquella que induce cambios en el comportamiento de las especies, aunque la estación propiamente dicha no haya llegado. Las vimos de regreso migratorio a Madrid Río, que tras su regeneración con el fluir libre de las aguas del Manzanares ha ganado muchos enteros en biodiversidad, casi todos repartidos entre la gran variedad de aves que se ven y oyen.
“Nidifica el ánade real y la gallineta, y pueden observarse a menudo la garza real, la garceta común, el martinete y el martín pescador, entre otros”. La frase corresponde a una primera valoración que hizo Ecologistas en Acción, impulsor de la renaturalización parcial del río Manzanares llevada a cabo por el Ayuntamiento de Madrid, tras abrir las presas y dejar que fluya libre en su tramo más urbano.
En el último paseo que nos dimos para comprobar que veinte colegios e institutos (¡¡nada menos que veinte!!) siguen teniendo a sus puertas unas inmejorables aulas de naturaleza viva y libre en Madrid Río, no vimos garza real, martinete y martín pescador. Sí hemos dado con ellos en otras rutas por estos mismos lares.
Una famila habitual en Madrid Río, la de los gansos de Nilo, especie introducida de forma artificial
Dio lo mismo, las sorpresas ornitológicas saltan continuamente a la vista y los oídos. A los primeros avistamientos del año de avión común y golondrina común se suma la observación de un compañero de familia que pasa por aquí todo el año, el avión roquero. Además, la primavera aporta imágenes muy entrañables de las especies más madrugadoras en la reproducción, como la pareja de gansos del Nilo, que vigilaba atenta el paseo de sus siete polluelos.
La ruta dio incluso para contemplar una sorprendente escena de caza. De repente, un cernícalo vulgar, haciendo honor a su nombre, llegó a la altura de los meandros que se forman en el puente de Toledo y se cernió sobre ellos. Divisó desde lo lejos algo que nuestros ojos, más cerca de su objetivo, ni intuyeron. Rápidamente enfiló hacia la vegetación y prendió entre sus garras algo que pensamos era un pollo de lavandera blanca, ya que acto seguido un adulto de esta especie intentó molestar y perseguir a la rapaz, para rescatarlo quizá.
A las garcetas comunes es fácil verlas en el entorno del puente de Segovia
Otras maneras de alimentarse, igual de interesantes de contemplar en estos momentos en Madrid Río, muestran a mosquiteros comunes, garcetas, gallinetas y las propias lavanderas blancas y cascadeñas en las orillas; los cormoranes, las gaviotas y los ánades en pleno lecho; las abubillas y los pitos reales en las praderas y los carboneros garrapinos entre los pinos.
Porque esa es otra, han llegado ya las golondrinas y los aviones para su estancia estival, y aún no se han ido las que pasan por aquí el invierno, como los cormoranes grandes y las gaviotas reidoras y sombrías. Y los vencejos están al caer. Vamos, que es el mejor momento para observar una mayor variedad de especies por este cruce fenológico. Además, las gaviotas reidoras pintan ya sus caras de un negro chocolate para reforzar su papel de cara a la reproducción.
Islas de vegetación que aparecen entre los puentes del Rey y de Los Franceses
Aunque ya llevamos unos cuantos años saliendo con escolares por esta ribera, invitamos a todos los colegios e institutos del entorno a venir con Aver Aves y no perderse esta confluencia natural, que ilustra mucho de lo que estudian en las clases de Biología y Ciencias Naturales y en los libros: cambio de estación, migración, alimentación, reproducción… Con una gran diferencia, aquí lo viven en directo, con las aves en libertad, en un río que ahora resulta más acogedor.
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