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Golpe de valentía

Por Illegalreturn
Golpe de valentía
Entre ambos suman casi cincuenta años de experiencia en el fútbol americano. John Fox lleva en este negocio desde aquel lejano 1978 cuando empezó su carrera en San Diego State University. Durante quice años, John Elway fue quarterback profesional, conquistando en dos ocasiones la Super Bowl, siendo en nueve ocasiones Pro Bowl y MVP NFL en 1987. Hoy, en opinión de algunos, no tienen ni puñetera idea.
John Elway y John Fox han acabado por dar ese paso hacia adelante que tantas veces reclamamos en muchos staffs técnicos pero que solo los más valerosos se atreven a dar. Porque conviene puntualizar que es impensable que una decisión de este calado sea tomada sin el consentimiento de ambos. Es cierto que contratar a Peyton Manning como Qb#1 no ha sido una determinación fácil, todo lo contrario. Lo cómodo, lo populista, incluso lo cobarde y acomodatício hubiera sido callar, agachar la cabeza y aguardar tranquilamente a que sucediera la catástrofe. Nadie les culparía, nadie les señalaría con el dedo acusador, su prestigio quedaría resguardado y su crédito, intacto para temporadas venideras.
Pero Elway y Fox, Fox y Elway no están hechos de esta pasta y no han querido participar por más tiempo en esta gran farsa. A regañadientes echaron mano de Tebow, no porque creyeran en él, sino como única solución de emergencia en mitad de una temporada que amenazaba ruina. La perícia del fullback disfrazado de quarterback, la sapiencia de un head coach capaz de darle la vuelta a su playbook en un periquete para ajustarlo a las limitaciones del juego de Tim -labor que no ha gozado del suficiente reconocimiento-, la cuadratura del círculo y media docena de conjunciones planetarias, llevaron a los Broncos hasta los playoffs. Allí, tras hacer pagar justamente la arrogancia de Dick Lebeau, fueron masacrados por un Belichik que solo tuvo que repasar los apuntes guardados desde sus tiempos como entrenador universitario.
Golpe de valentíaEl Tebow's Time deslumbró a la liga. Tim ascendió a los cielos beneficiándose del esfuerzo del juego terrestre de los Broncos, del callado trabajo de Fox y de la defensa local. El chaval reúne indiscutibles facultades como para merecer un lugar destacado en el registro del 2011 pero, en la banda y arriba, en el palco VIP, siempre supieron que ese fulgor sería tan bello como efímero. No es que dejaran de confiar en él sino que, por motivos obvios, nunca lo hicieron.
El sueño de una noche de verano representado por los campos de la NFL tenía que acabar en las Rocosas. Tebow reducía el juego de los Broncos a una option en bucle contínuo que con el aval de una clasificación obtenida mientras Kansas City y Chargers dormían la borrachera, había empequeñecido el nivel de Denver como si fuera un outsider que, a falta de calidad, debede buscar cada victoria donde el sistema deja paso a la heroicidad. Fox y Elway intuyeron el futuro del equipo en las victorias que consiguieron pero, aún con mayor clarividencia, en cada una de las derrotas que cosecharon. El veredicto frío nunca varió. La única duda era cómo hacerlo.
En la NFL necesitas un quarterback que juegue como tal, de lo contrario sales a disputar los partidos con una mano atada a la espalda. La decisión de contratar a Peyton constituye únicamente la parte más mediática de su particular revolución. Solo el fichaje de una gran estrella podía acabar con el previsible clamor que cualquier otra incorporación acabaría por provocar. Ahora todos callados, la mayoría cruzando los dedos para que el exquarterback de los Colts no recaiga de su lesión y algunos incalificables, deseando incluso la derrota del que dicen es su equipo. De todo veremos en la viña del Señor. Ante la evidencia de que las facultades de Tebow no son las que un Qb debe reunir, el proyecto de un único salvador dará paso a un abanico ofensivo más amplio. En definitiva, estamos hablando del tipo de apuestas que no dejan a nadie indiferente. No solo pondrá en tela de juicio la capacidad de resistencia del cuello de uno de los mejores quarterbacks de todos los tiempos, sino que supondrá un desafío que jugará con el futuro del equipo y con el de sus propias carreras profesionales.
A estas horas nada impide que Tim Tebow siga siendo orange la próxima temporada. Pero es más que dudoso que una vez probado el dulce sabor de la fama y la atención mediática, de los gritos, clamores y adoración de la grada, el Redentor tenga la suficiente humildad como dar un paso atrás, crecer y mejorar su juego al tiempo que, adoptando un rol hecho a su medida, contribuye al equipo. Pronto comprobaréis como lo que para algunos ha sido la mejor promesa del fútbol moderno, descubridor -nada menos- que de un nuevo concepto de Qb, ve comprometido su futuro inmediato salvo que, de nuevo, una situación desesperada empuje a algún equipo a darle el mando de la ofensiva. Será que el resto de franquicias de la liga tampoco entienden de football, claro.
Si se suele afirmar que la valentía no es la forma en la que vivimos nuestros éxitos sino en el coraje demostrado ante una posible derrota, estoy seguro de que John Fox y John Elway merecen hoy nuestra total consideración. El drama parece obligado pues siempre habrá quien prefiera recordarles que Tebow les llevó hasta los Playoffs pero, por increíble que pueda parecerle a algunos, su decisión busca reverdecer los laureles de aquel equipo que un día conocimos llamado Denver Broncos y no ese engendro llamado Denver Gators en el que algunos querían que se convirtiera.

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