Ya estamos nuevamente a vueltas con el asunto o debate tan manido en esta bitácora de los “mini-lps” y considerar a un disco como trabajo discográfico principal dentro de una discografía oficial de un grupo o no por el hecho de que incluya menos de 8 canciones. Considero a los 3 ítems discográficos de los 80 de Golpes Bajos discos a todos los efectos y ya está. Esta es mi posición y con su última entrega antes de su disolución me pasa lo mismo.
Hace ya tiempo que revisamos “A Santa Compaña”, que es el único considerado lp como tal de forma global. Llegado 1985 Golpes Bajos estaban considerados como una formación consolidada dentro del panorama musical emergente español asociado a La Movida, aunque la formación tuviera sus raíces en Vigo y no en Madrid. “Malos tiempos para la lírica” funcionó bien como tema extraíble, y no en vano es el tema que ha quedado para el recuerdo de la formación.
No podemos obviar que en 1985, tras haberse alcanzado el climax musical y cultural en el año anterior, con la edición simultánea de los considerados mejores discos de los grupos abanderados de esa escena underground española, comenzaba el lento declive que fue devorando a los grupos poco a poco. Golpes Bajos fueron pioneros en el campo de las disoluciones tras “Devocionario”, en dura lucha temporal con Derribos Arias, que estimo se fueron al garete en los mismos días que los Coppini, Cardalda, García y Novoa.
Antes, lo que fue su última propuesta en forma de disco lo considero un gran trabajo. Un conjunto excelente de 6 canciones que, enfrentado a mi postura de defensa de la obra, en los pocos portales donde está analizado, está tildado de pedante y elitista. A mi me gusta mucho, y en el post de hoy, en estos días en los que considero muy adecuada su escucha, voy a abogar por su defensa a ultranza. No es irrelevante el hecho de que a Golpes Bajos les descubriera de forma definitiva a través de “Desconocido” y aunque ya sabía de la existencia de “Malos tiempos para la lírica”, éste tema fue el que me animó a acercarme al grupo.
La apertura con esa instrumentación misteriosa, delicada y muy rica en matices de la mano de “Prólogo”, sienta las bases del sentido conceptual de la obra, ya que el tema que en parte ofrece el título al disco, “Santos de devocionario”, retornará a las estupendas formas sonoras de este primer paso de la obra, en la que la insinuación instrumental es lo más reseñable y en el que Germán Coppini sencillamente ofrece unos coros que si cabe suman más al maravilloso misterio que tiene este cortito tema de introducción. No obstante, esta elegancia manierista no se pierde en la ya mencionada “Desconocido”, 2º corte de la obra, que en parte ofrecía un marco de lo que podría ser quizás ahora la distancia entre las 2 cabezas visibles de Golpes Bajos, es decir, Cardalda y Coppini. Esa magistral letra en la que se esboza el recuerdo de una estrecha amistad y los reproches posteriores al término de la misma “no me llames de amigo si me vas a dejar dolido, mi amigo”, es uno de los mejores ejercicios líricos de la historia de Golpes Bajos, quizás a la altura de la excelente “Tendré que salir algún día” de su primer disco. Recuerdo que en 2003 conocí este tema gracias al especial de “Acordes en espiral” de los volúmenes en dvd de “La Bola De Cristal”. En esos días, los cuáles a pesar de ciertos retazos amargos, recuerdo con especial cariño, un servidor de ustedes trabajaba en el departamento de discos de la gran empresa de nuestro país de grandes almacenes. En nuestra zona podíamos poner a modo de marketing en una pantalla dvds musicales y yo opté un día por poner éste de “La Bola De Cristal”. Mientras estaba atendiendo a la gente y cobrando algún que otro cd que se vendiera, recuerdo que los sonidos de la parte instrumental del inicio, con ese aire de ensoñación y que, por otro lado, supone un ejercicio de mesura y sosiego increíble, me llamó especialmente la atención. A día de hoy, sobra decir que este dvd (solamente ese) de “La Bola De Cristal” obra en mi poder, puesto que en junio de 2004, cuando ya no trabajaba en esa empresa, me lo compré aprovechando los descuentos habituales del día de la música del día 21. Los ejercicios de suave electrónica a cargo de Cardalda, alejándose del estruendoso fairlight, tan en boga en aquellos días, son lo que más personalidad da al corte. Es una notable experiencia escuchar este tema con la luz de otoño de las 5 de la tarde de fondo, mientras que te relajas a la hora de la siesta. Como casi todo el mundo en este país (“tan bien organizado” laboralmente hablando) a esas horas está en la oficina de lunes a viernes, prueben a hacer el experimento un sábado o domingo; pero eso sí, en días no lluviosos, en los que el cielo esté despejado. Como ven, yo sigo intentando transmitirles mi forma tan personal de escuchar y experimentar la música que tengo. Una genial locura es el tercer tema titulado “La virgen loca”. No es ni más ni menos que darle una pequeña vuelta de tuerca a “Escenas olvidadas” del anterior disco y contar con un desgañitado Coppini, que poco a poco irá cogiendo arrestos en el disco. Aquí se marca Germán algún que otro grito desgarrado interesantísimo y alguna interpretación melódica vocal graciosa como cuando dice aquello de “Jesús, María y Jose” (con el “Jose” sin acentuar la 2ª sílaba), dándole un enfoque menos solemne al trío de personajes que menciona. Más deternillante es ese pasaje de “… y pobre del que yo vea correr, ni tan tocaros siquiera, porque probaréis de mi zapatilla durmiendo calientes la noche entera…” o el “¡No me peque usted madre!” que también hay perdido por ahí. En todo caso, “La virgen loca” es otro tema notable del disco, que escucho con júbilo cuando le llega el turno cada vez que me pongo con este álbum.Se da un giro más a la intensidad del disco en el siguiente pasaje, para que luego de ahí al final poco a poco se retorne a la calma y reposo que transmitía el prólogo de la 1ª pista. Llega “Ayes”, con un ejercicio instrumental acelerado y Coppini perfectamente sincronizado con la música. Esos “Ayes de sacrílego” suponen otro acierto más del disco, hasta ahora sin mácula. Es curioso que con esos portales en los que se ha comentado y criticado el disco, no comparta el gusto por las “Travesuras de Till”, el único tema al que salvan de la quema en esos artículos. Me parece algo sosa en lo instrumental, aunque en la letra no deja de ser interesante escuchar esas historias derivadas del género literario de la novela picaresca que se nos presentan. Mejor me parece “Santos de devocionario” que da el fin a la obra, con ese toque conceptual al retornar a las formas del inicio, ya que no es más que el desarrollo formal del “Prólogo”. La letra choca, pero el sentir con el que la interpreta Coppini y sobre todo esa instrumentación tan elegante y excelsa es una delicia para los oídos. En el recopilatorio que incluía toda la obra de Golpes Bajos, se metía otra versión alternativa de “Travesuras de Till” a modo de cierre, pero personalmente tampoco estimo que difiera mucho de la primera toma y me parece mucho mejor cerrar con esta “Santos de devocionario”.
El problema de Golpes Bajos fue el espíritu inquieto de Coppini, lo cual llevó a la disolución del grupo tras este “Devocionario” que hoy hemos analizado. Germán en aquellos días, y en su vida en general, es un culo de mal asiento. Recordemos que antes ya estuvo en otro gran grupo como Siniestro Total, y en 1985 ya se había cansado de Golpes Bajos.
Supongo que Germán Coppini se marcharía con un deje parecido al que se representaba en el elegante videoclip grabado para “La Bola De Cristal” de “Desconocido”, en el que en un café del estilo de escritores, Germán salía por la puerta mirando atrás a un Teo Cardalda sentado con algo de resquemor en la barra de la cafetería. Ese videoclip es excelente y en el mismo aparecen 3 de los componentes del grupo (creo que falta Pablo Novoa), representando los tiempos felices y dando la impresión de que la situación posterior, quizás tras alguna guerra, ha separado los mundos en su día unidos de las personalidades representadas en la historia. Es impagable el momento en el que Teo sale tocando el piano y señala un periódico en el que pone “Por la República”.
Germán me da la impresión de que es un tío complicado. Personalmente tuve un leve encontronazo, no directo, en una entrevista que se le realizó en el notable radioblog “Luz De Gas” a cargo de su titular Juan Duque. Me parece que es una personalidad complicada, y en todo, aunque no llegó a la altura de un Fernando Fernán Gómez y su mítico “¡A la mierda!”, sí que no me dejó un buen sabor de boca, a alguien que en definitiva es un admirador de su obra, no solo en Golpes Bajos, sino de otras cosas de su etapa en solitario o en su actual proyecto Lemuripop junto a Alex Brujas. En parte y como él dice en “Desconocido”, me dejó dolido.
No obstante, haré el ejercicio de diferenciar entre persona y artista; sigo pensando que Coppini es un maestro, aunque en lo poco que indirectamente he tratado con él (ya que la movida personal no fue más que una apreciación que hizo a una pregunta que le dejé por escrito en “Luz De Gas”) no haya tenido una experiencia satisfactoria. El retorno en 1998 de Golpes Bajos fue a destiempo y mal enfocado, aunque el propio Germán en aquella entrevista en “Luz De Gas” aún defendía la propuesta. Personalmente creo que fue un patinazo, pero errores cometemos todos.
Golpes Bajos cerraron su andadura a mitad de la década de los 80, al margen de esa desacertada o, mejor dicho, mal planteada reunión de 1998, con un trabajo digno y con una elegancia en sus formas increíble. A pesar de su corta duración y de su carácter refinado y excelso, también hay lugar en “Devocionario” para algún momento sumamente animado como “La virgen loca” o aceleraciones rítmicas tales como “Ayes”. Yo me quedo sobre todo con “Desconocido”, la cual a día de hoy y tras 8 años cumplidos de haberla conocido y escuchado intensamente, me sigue produciendo la misma emoción y buenas sensaciones que el primer día. Y esto que he apuntado es algo difícil cuando sobrexpones una canción a muchas escuchas, ya que en estos casos lo más sencillo es que termines quemándola.
La controvertida portada, con esa imagen de procesión religiosa, que en parte nos evoca a esa España profunda que muchos grupos musicales comenzaban a tener presente en aquellos días (Gabinete Caligari, Radio Futura) en sus composiciones, cuadra correctamente con el contenido. El misterio musical y esas sensaciones planteadas sobre todo en “Prólogo” y “Santos de devocionario” nos pueden trasladar fácilmente a algún monte perdido y boscoso, por el que a medianoche desfile la santa compaña, a la que el grupo aludía en su trabajo anterior. Golpes Bajos regalaron 3 discos estupendos en los años 80 y opino vehementemente que “Devocionario” no palidece para nada frente a “Golpes Bajos” o “A Santa Compaña”. Cada cual que piense u opine lo que quiera. Esta es mi postura.
En tanto a nuestro programa de radio, este pasado miércoles por fallos técnicos personales (en esta caso quiero dejar claro que no fueron inherentes a ninguna de las 2 radios donde se emite nuestro espacio) no se pudo emitir el programa nº 5 de la temporada sobre “Automatic For The People” de R.E.M.. En consecuencia, ese será el programa que podrán escuchar este próximo miércoles a las 21.00h en &radio de Torrejón de Ardoz y a las 23.00h en Radio Universitaria de Alcalá de Henares. El audio del programa nº 4 sobre 10cc y “Deceptive Bends” aún estoy pendiente de subirlo a nuestro perfil de Ivoox.