Revista Cocina

GOMINOLAS DE BONIATO Y JENGIBRE [Navideñas]

Por Anamelm

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Vengo a hacer un ejercicio de reconciliación con la Navidad.

La Navidad para mí es una época llena de ruido, luces de colores, borrachos pasando bajo mi ventana, mis bares habituales llenos de molestos empleados de empresas de la zona borrachos como cubas con la corbata de diadema y cantando Asturiaspadriaguerida... y villancicos.

Sí.

Yo sé que hay por ahí gente que ve la Navidad como una época de ilusión, de encuentros, de regalos, y de magia.

Esas personas y yo no compartimos planeta.

Este año, la navidad, la mía, va a ser más triste de lo habitual. Si algo tenía de bueno es que, aunque en mi casa no celebramos en sentido estricto ninguna fiesta, sí nos reunimos para cenar. Las distancias que nos separan a mi hermano y a mí del resto de la familia [y entre nosotros] se disipan por unos días.

Y la responsable de todo este movimiento familiar interestelar, nuestra madre, este año no está con nosotros. Va a ser la primera navidad sin ella. Y aunque tenemos que aceptar la pérdida, no podremos evitar la tristeza.

Así que me he propuesto firmemente no empezar a odiar estas fechas más de lo habitual, y he hecho un recuento de todas aquellas cosas que, incluso siendo Navidad, con frío, renos de colores y papasnoeles cayendo por los balcones, me gustan.

Me gustan y mucho los panes navideños, los boniatos, las castañas y ponerle jengibre y pimienta de Jamaica a todo lo que salga del horno entre noviembre y marzo.

Me gusta que haya muchos conciertos aprovechando las fiestas y puentes, y que hasta los punkis locos tengamos una buena agenda musical navideña.

Me encanta encender el horno y quedarme en la cocina, cerca, mientras se hornean cosas maravillosas.

Me gusta poder cocinar para la familia, aunque sean unos maniáticos pejigueros y a veces despierten mi instinto asesino, porque al final, con la sopa de pescado llega la rendición de todas sus rarezas.

Y me niego a señalar esta fecha en la lista negra de fechas a odiar. Odiaré por siempre el aniversario del día que mi madre nos dejó, sin remedio. Y posiblemente estaré triste cada vez que sea su cumpleaños. Pero no voy a demonizar la navidad, incluso con ruido, borrachos y peces en el río.

Y como ya os he dicho que el boniato y el jengibre son dos de las cosas que me reconcilian con la humanidad en estas fechas, no me planteó grandes dudas la elección de una receta para esta edición de #cookingthechef, unas golosinas de boniato y jengibre de los hermanos Torres. Sencillo, ligero y sin nada de grasa, una cosa muy razonable con un sabor intenso, ligeramente picante y muy navideño.

El sabor es bestia, aviso. Cubiertas de chocolate son espectaculares, y acompañadas de frambuesas también están divinas. Si no te gustan las emociones fuertes, pon la mitad de jengibre. Y si te va la marcha... hazlas como yo :)

GOMINOLAS DE BONIATO Y JENGIBRE [Navideñas]
GOMINOLAS DE BONIATO Y JENGIBRE [Navideñas]
GOMINOLAS DE BONIATO Y JENGIBRE [Navideñas]

Boniato, 2 uds [450-500 g]

Gelatina en láminas, 6-8 hojas o 12 g [Para veganos: 5 g de agar agar]

*El jengibre es muy aromático y ligeramente picante. Ajusta la cantidad a tu gusto, yo he puesto 30 gramos y me ha encantado, pero si no te van las emociones fuertes, pon un poco menos MODUS OPERANDI

Lo primero que haremos será limpiar el boniato y cortarlo en dados. Pelamos los trozos de jengibre. Ponemos ambos en una olla, junto al agua y la miel, y pesamos el contenido de la olla, para tener una orientación a la hora de calcular cuanta gelatina vamos a necesitar.

Una vez tengamos el peso anotado, tapamos la olla y lo cocemos todo hasta que el boniato esté tierno, unos 20 minutos [en olla exprés, 5 minutos].

Mientras se cuece todo, ponemos a hidratar la gelatina en agua. Pondremos 2 gramos de gelatina por cada 100 gramos de peso. Va a reducir un poco, lo podemos ajustar ligeramente a la baja. Las láminas de gelatina pesan entre 1,5 gramos y 2 gramos cada una, puedes calcularlo porque en el envase vendrá el peso total y el número de láminas que contiene.

Una vez tengamos el boniato y el jengibre cocidos, añadimos a la olla la gelatina ya hidratada y lo trituramos todo hasta tener un puré uniforme.

Si usamos agar agar, ponemos 1 gramo por cada 100 gramos de preparación, aproximadamente. Y lo dejaremos hervir con la mezcla triturada como mínimo 2 minutos si es polvo, y no menos de 6-7 minutos si son copos.

Volcamos el puré en los moldes donde queramos enfriarlo. Yo he usado un molde cuadrado de emplatar, para hacer las barritas, y unos moldes cuadrados de silicona para hacer los bombones.

Y lo dejamos enfriar en la nevera. Tardará entre 1 y 2 horas, dependerá de la fuerza de la gelatina que hayamos usado.

Mientras enfría, podemos hacer la trufa. Sólo hay que fundir el chocolate, dejar que atempere, montar la nata y añadir el chocolate fundido en movimientos envolventes. Lo pasamos a una manga pastelera.

Y una vez frío, es tan sencillo como esto:

Para las barritas: cortamos porciones rectangulares, y las pasamos por azúcar. Acompañamos con trufa, para compensar el sabor picante y potente de la gominola.

Para los bombones: bañamos los bombones en chocolate fundido, y los decoramos como más nos guste. Las frambuesas o cualquier otra fruta fresca le hacen un contrapunto muy bueno.


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