Revista Cine
Director: David Fincher
La última de Fincher hasta ahora, siguiendo la senda del misterio que había dado tan buenos frutos en "The girl with the dragon tattoo". Pasó más tiempo del necesario para ver esta película, lamentablemente porque no gané un concurso para ir a su avant-premiere, aunque ahora que la vi ya no pienso que la espera sea motivo de lástima. Eso sí, la diferencia es notoria: en vez de la comodidad del cine veo "Gone girl" en la comodidad de mi habitación, con un poco de buena comida y sin las fanáticas de Ben Affleck detrás -la única que vi solo, absolutamente solo en el cine fue "I love you Philip Morris"-. Estaba bastante emocionado, y aunque "Gone girl" no es una mala película -mejor que el promedio, sin duda-, no es muy buena que digamos. No retribuye las expectativas iniciales... ni de lejos. Es normalita, entretenida, interesante, pero no una genialidad. Vayan con calma con ella... y cuando digo con calma, hablo en serio. No se vayan a meter en problemas.
Justo el día en que Nick y Amy celebran su quinto aniversario de bodas, la segunda desaparece aparentemente víctima de un secuestro y, quién sabe, un asesinato. Lo cierto es que su caso está envuelto y construido a base de dudas. Como es de esperar, el esposo es el principal sospechoso de la desaparición de la esposa, y mientras la investigación se desarrolla, tendrá que lidiar no sólo con el estrés de la situacion per sé, sino con todas esas miradas que lo observan con suspicacia. ¿Se resolverá el caso o el pre-juicio ganará sin dejarnos una respuesta concreta?
Primero que todo voy a partir con lo que inicialmente pensaba dejar al último: Fincher sabe dirigir. El hombre tiene oficio, habilidad, buen ojo para la puesta en escena. Logra con creces crear y sostener una atmósfera malsana e inquietante, con pulso firme y seguridad en lo que narra, durante 150 minutos en los que el flujo de acontecimientos no decae -llamémosle ritmo constante- ni tampoco el tempo que le otorga a cada escena -y por tempo me refiero a esa pulsión subyacente a la imagen; pulsión llena de dudas que se cuela en miradas, angulaciones...-. Claramente hay altos y medianías, con algo más de altos aunque las medianías se hacen numerosas y obvias luego de determinado punto, pero no se puede decir que "Gone girl" esté mal ejecutada visualmente... podría decir que es lo único destacable del conjunto; y aunque su guión sea lo más débil y disparatado, tampoco se puede decir que éste sea completamente malo y débil, aunque efectivamente es desde donde nacen todos los fallos del filme. Tiene un punto, lo defiende, lo desarrolla y lo concluye sin dejar lugar a dudas; el asunto es el rumbo que se toma, rumbo que a mitad de camino deja como principal víctima la integridad del relato, y con ella la capacidad de uno de tomarse en serio lo que hasta entonces era una excelente película cuya frialdad era su gran atractivo a la hora de retratar esta búsqueda, de la esposa desaparecida y de la supuesta inocencia de Nick, o de la verdad en los tiempos del twitter. En otras palabras, "Gone girl" era una película de misterio cuya gracia y original punto de partida era el lío mediático actual, en el que cualquier imbécil no calificado -y por esto me refiero a alguien sin conocimientos del tema, el que sea- con un celular puede dejar opiniones morales en internet y cualquier idiota feminazi tiene un show de televisión en el que puede escupir cuanta barbaridad le salga del hocico -yo igual escupo odio ahora mismo, pero soy un tipo tolerante que cree en el respeto (entre quienes respetan)-. Pero poco a poco se revela que el misterio no es lo central, y sin misterio la construcción dramática comienza a flaquear irremediablemente. Un ejemplo de esto es la figura de la esposa, de enigmática a superficial. Al final "Gone girl" luce más como un quejumbroso alegato hacia la sociedad de hoy, que teléfono en mano es imposible de vencer, por muy triste que ello sea.
El verdadero asunto trata sobre cómo el circo mediático afecta a la investigación y la veracidad de lo que sea salga a colación, además de la dignidad de los involucrados. Buenas intenciones que se superponen a la película misma, sin embargo; entre interesantes revelaciones y pequeños y humildes giros -esos que no quieren pasar a llevar al relato mismo-, surge uno de esos giros arrogantes y deseosos de atención; con él, el relato se viene abajo y lo que era un auténtico misterio que generaba inquietud y nerviosismo se convierte en algo tan propio de lo mediático que critica: un espectáculo morboso y excitista. Se subvierte esa relación misterio-mediatización y lo segundo pasa a ser lo primordial, aniquilando el misterio y con él la esencia de la película. Igualmente uno no sabe con exactitud qué sucederá después, y es mérito de Fincher el mantener la atención y la película a flote -porque si dije que el relato se viene abajo, la película como tal sobrevive con cierta dignidad-, pero el verdadero interés se esfuma y todo se vuelve una sucesión de acontecimientos un tanto previsibles e inverosímiles -la resolución requiere simple aceptación; una mirada más aguda les traerá incontenible incredulidad-.
Al menos a "Gone girl" todavía le queda atmósfera y poderío visual y tempo/ritmo, pero ese giro, de seguro concebido como algo genial y rompedor de esquemas, le hace un flaco favor al conjunto: es un quiebre: no destruye ni derrumba todo, pero casi. Ya no vuelve a ser lo mismo de antes...
Todo ese discurso queda mucho mejor en la recientemente terminada para siempre "The Newsroom", genial serie que logra hacer de su discurso parte esencial de su lenguaje. No es el caso acá, en el que fondo y forma tienen agendas completamente opuestas e irreconciliables. No hay nada peor que ver pelear dos bandos intransigentes: no se llega a ningún punto.
Lo salvable es que Fincher logra captar la atención de principio a fin -inmediatamente luego del giro daba la película por perdida, pero se recompone con tesón: otro ejemplo de su habilidad, que tampoco encumbraremos al olimpo- y "Gone girl" acaba siendo un aceptable thriller de misterio-no-tan-misterio que entretiene e involucra mientras dura. Igual considero que "Gone girl" es una estafa; no una al 100% pero sí al 50%: no es mala pero se traiciona, aunque logra sortear con efectividad esa traición cinematográfica. Pero una traición no se perdona, menos si hablamos de cine. Lo vuelvo a decir: estaríamos ante una mejor película si no se hubiese desplazado el misterio por una posmoderna y vulgar trifulca conceptual-moral. Y es que no somos -o eso me gustaría pensar- un público de reality shows; somos público de cine. Pastelero a tus pasteles.
Igual no les diré que no vean esta película, pues si es de Fincher vale la pena echarle un vistazo, y al final, con todas las fallas, igual se pasa un buen rato. Si no es mala película, después de todo. Es irregular: de aceptable narración, manido discurso y decente envoltorio. Nada más.
PD: ¿Es mi idea o las entradas me están saliendo más cortas? Mientras no deje sin decir lo que sea que quiera decir, por muy mínimo que sea... Igual "Gone girl" no da para mucho.