Revista Cocina

Gonzalo Marchant, enólogo de la Bodega Pagos del Moncayo: “Lo que diferencia a los vinos no es su procedencia, sino la pasión que le pone cada enólogo o bodeguero”

Por Vinopremier Dario Vinopremier @vinopremier

Pagos de Moncayo nace el objetivo de aunar tradición y técnica apostando desde el principio por un modo de producción artesanal. Todo el trabajo en el viñedo, desde la poda hasta la vendimia, se realiza de forma totalmente manual, lo que hace que sus vinos conserven el más puro sabor de esta tierra.

Hoy nos encontramos cara a cara con Gonzalo Marchant, enólogo de la Bodega Pagos de Moncayo, para que nos desvele algunos de sus secretos:

V: ¿Cuáles fueron sus inicios en el mundo del vino?

Desde pequeño me llamó la atención y por ese motivo mis estudios fueron enfocados a ello.

V: Una Denominación de Origen y una varietal de uva.

Campo de Borja / Garnacha.

V: Qué deberíamos aprender de los vinos extranjeros y qué les podemos enseñar?

Hoy en día, de la forma en que se elaboran los vinos, no veo grandes diferencias. Solo la pasión y el entusiasmo que tiene cada enólogo o bodeguero. Está todo tan globalizado que las formas de elaboración son conocidas por todos, aunque lo cierto es que somos pocos los que nos atrevemos a conservar el procedimiento tradicional y artesanal de hacer vino. Requiere un alto nivel de compromiso e implicación humana y profesional. Quizás sea eso lo que nos diferencia del resto.

V: Un vino español y otro extranjero que se llevaría a una isla desierta.

Español .PRADOS Privé / Extranjero: ERASMO (vino Chileno de la región del Maule).

V: ¿Parker o Peñín?

Peñín.

V: El mejor maridaje para su vino.

Depende del vino y la ocasión. Quizás me incline más por las carnes como el estofado, la caza o un buen chuletón acompañado de nuestro monovarietal de Garnacha.

V: Bodega o Viñedo.

Sin una buena materia prima es imposible hacer un buen vino. El vino tiene que ser un fiel reflejo del viñedo y el entorno del que procede.

V: Un personaje histórico con el que le hubiera gustado tomar un vino.

Carlos I.

V: ¿Qué considera más importante, variedad o terruño?

Ambos.

V: ¿Qué debemos hacer para que en España se vuelva a beber vino?

Quitar los controles de alcohol (Risas). Ahora en serio, creo que se debería luchar por fomentar el vino como una afición sana y bien vista socialmente, ligada a la gastronomía. Aunque veo difícil volver a introducir el vino en las comidas diarias, aún nos queda la oportunidad de introducirlo en segmentos de mercado dominados por los espirituosos como la coctelería. Por otro lado, veo muy positivas todas las tendencias relacionadas con la cocina que se están viendo durante los últimos años.

V: ¿Cree positivo el intrusismo en el mundo del vino (“famosetes” metidos a bodegueros)?

Personalmente he de decir que no me gusta mucho esta clase de intrusismo, aunque he de reconocer que fomentan el consumo de vino y ayudan a que sea más popular.

V: ¿Qué opina de la introducción de variedades foráneas en España?

Está bien… hay que innovar, y creo que son un valor añadido para el consumo. Sin embargo, pienso que en los mercados exteriores también reclaman variedades autóctonas e incluso poco conocidas. De este modo, el consumidor final se siente descubridor de algo único; de una rareza.

V: Menos ayudas comunitarias para la modernización del viñedo, importantes excedentes en las bodegas, bajadas de precios y de consumo… ¿Cómo cree que evolucionará el negocio?

Creo que se mantendrá.

V: ¿Cómo piensa que debemos acercarnos al joven consumidor? ¿Cree que el esnobismo que algunos han querido introducir en el vino ha perjudicado al consumo por parte de los jóvenes?

El esnobismo ha perjudicado mucho el consumo, ya que asusta al consumidor final. Debemos luchar por hacer entender el vino desde una perspectiva más simple ycomprensible, aunque, por supuesto, sin perder la magia.

V: ¿A qué le da más importancia a la hora de comprar un vino, a una zona vitivinícola en concreto o a la calidad del propio vino sea de donde sea?

A la calidad del propio vino… sin importar su procedencia.

V: Cómo ve la evolución en el mercado de los vinos biodinámicos? ¿Cree que el consumidor los sabe diferenciar de los vinos ecológicos simplemente por el factor “eco”, porque son más caros, porque son naturales, o porque no llevan aditivos?

Los vinos biodinámicas los veo bien. El consumidor final está cada vez más orientado a este tipo de producto, sobre todo si hablamos de la generación ‘Millennial’. A la hora de exportar se ha convertido en un ‘must’ y sin duda, esta tendencia también acabará llegando a España. A nivel de características diferenciadoras del vino en sí, sigue habiendo un desconocimiento generalizado pero sin duda, cada vez lo hay menos en lo que respecta a tipología de producto. Hay eco-etiquetados que los hacen claramente identificables en el lineal, además de seguir un código de diseño diferente que también ayuda a su diferenciación.

V: Suponiendo que coincida conmigo en el hecho de que la presencia del vino español en el exterior debería ser mucho mayor (en muchos países salimos derrotados por goleada si nos comparamos con franceses, italianos o chilenos), ¿cuál cree usted que sería la estrategia a seguir para tratar de incrementar la venta de vino con Denominación de Origen en estos países?

Veo complicado la venta en estos países mencionados, son grandes productores al igual que España. Hay que abrir nuevos mercados primando el origen y la calidad de los vinos con procedencia y garantía de las denominaciones de origen españolas, poniendo en valor nuestra diferenciación.

V: ¿Cómo cree que afectará al futuro del vino el cambio climático y qué propuestas deberían incentivar las bodegas para combatirlo?

Las bodegas deberían empezar a tomar conciencia de que cada simple paso que se da en la elaboración de vino, contribuye a la huella de carbono que deja cada una de las botellas de vino que vemos en la estantería. Es el llamado ‘análisis del ciclo de vida de producto’. Hemos de ser lo más transparentes que sea posible en este sentido. En bodegas Pagos del Moncayo, empezamos a implementar esta metodología en 2013 como parte del proyecto europeo Eco-Prowine en el que participamos como bodega piloto. Gracias a la medición de los impactos de cada una de las partes del proceso de cultivo, elaboración y transporte hemos conseguido reducir nuestra huella de carbono, eliminando pasos del proceso innecesarios como el uso de pesticidas en el viñedo, la estabilización en frío, la climatización artificial de la bodega, el filtrado, etc… Hemos implementado un sistema de elaboración tradicional que nos ha ayudado a posicionarnos como el modelo de elaboración sostenible de vino en la Unión Europea. El eco-etiquetado de nuestros vinos indica que nuestras emisiones están muy por debajo de la media europea. Cualquier consumidor puede acceder a nuestros niveles de emisión en cada una de las partes del ciclo de vida mediante el código que aparece en la eco-etiqueta.En conclusión, hay que crecer en sostenibilidad y calidad. Sólo así ganaremos la batalla del cambio climático.


Archivado en: Uncategorized
Gonzalo Marchant, enólogo de la Bodega Pagos del Moncayo: “Lo que diferencia a los vinos no es su procedencia, sino la pasión que le pone cada enólogo o bodeguero”
Gonzalo Marchant, enólogo de la Bodega Pagos del Moncayo: “Lo que diferencia a los vinos no es su procedencia, sino la pasión que le pone cada enólogo o bodeguero”
Gonzalo Marchant, enólogo de la Bodega Pagos del Moncayo: “Lo que diferencia a los vinos no es su procedencia, sino la pasión que le pone cada enólogo o bodeguero”

Volver a la Portada de Logo Paperblog