El desarrollo de inteligencia artificial ha alcanzado un nuevo hito con el trabajo de Google DeepMind en la creación de SIMA, (Scalable Instructable Multiworld Agent/Agente Escalable, Instruible y Multimundo). Y es que, a diferencia de los personajes no jugables/Non Playable Character, (NPC), los cuales son tradicionales en los videojuegos, SIMA representa un nuevo enfoque, actuando como un compañero de juego controlado por IA en entornos virtuales 3D.
Google DeepMind y SIMA: más que un NPC
Cabe mencionar que SIMA no se limita a un juego específico ni sigue un conjunto predefinido de comportamientos. En cambio, está diseñado para interactuar con los jugadores como uno más, respondiendo a comandos verbales y acciones en tiempo real. A diferencia de los NPC, cuya función principal es proporcionar desafíos o servicios dentro de un juego, SIMA busca colaborar con los jugadores humanos para lograr objetivos comunes.
En ese orden de ideas, hay que decir que el enfoque de DeepMind para SIMA es revolucionario. Este agente de IA generalista se basa en instrucciones en lenguaje natural y en las imágenes proporcionadas por el entorno 3D del juego. A través de la evaluación de más de 600 habilidades, que incluyen navegación e interacción con objetos, SIMA puede realizar una variedad de acciones, desde movimientos simples hasta tareas más complejas, como «girar a la izquierda» o «cortar un árbol».
Implicaciones éticas y potenciales problemas
Vale la pena mencionar que, aunque la introducción de SIMA representa un avance emocionante en el campo de la IA y los videojuegos, también plantea desafíos éticos y preocupaciones potenciales, según lo expresa un experto a través de un artículo en el medio de comunicación especializado en tecnología, Mashable. Si bien SIMA podría mejorar la experiencia de juego para algunos, existe el riesgo de que se utilice de manera indebida.
Por ejemplo, según el artículo mencionado, la posibilidad de utilizar a SIMA para obtener una ventaja injusta en los juegos en línea es una preocupación seria. Pues hay que tener en cuenta que los jugadores podrían aprovecharse de la capacidad de SIMA para realizar tareas repetitivas o monótonas, obteniendo recursos o completando misiones sin esfuerzo propio. Esto podría distorsionar la integridad de la competencia en línea y socavar la experiencia de juego para otros jugadores.
Desde otro ángulo, aunque Google DeepMind afirma que SIMA está diseñada para colaborar con los jugadores humanos y no para ganar el juego por sí sola, es importante reconocer los posibles riesgos asociados con esta tecnología. Es fundamental abordar estas preocupaciones éticas y garantizar que el desarrollo de IA en el contexto de los videojuegos se realice de manera responsable y transparente.
Finalmente, hay que decir que SIMA representa un importante avance en la intersección entre la IA y los videojuegos. Sin embargo, es crucial considerar cuidadosamente las implicaciones éticas y potenciales problemas que podrían surgir con su implementación en el futuro. Al hacerlo, podemos aprovechar al máximo el potencial de esta tecnología para mejorar la experiencia de juego de manera equitativa y responsable.
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