Gordas

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El tema de Tania Llasera le supera. No el aumento de peso de la presentadora en sí que le trae al pairo sino toda la hipocresía alrededor del aspecto que deben tener las mujeres en los medios. Por no hablar de los insultos sin fundamento emitidos por los indocumentados de Twitter.

Tuvo ocasión de coincidir con Tania Llasera en 2008 cuando era una desconocida a nivel nacional en la presentación de “Quantum of Solace” en el Palau Reina Sofía. Ni siquiera hablaron. Le sorprendió su frescura, su peinado, su acento British intentando entrevistar a Daniel Craig pero sobre todo su belleza. Meses después la vio en una cadena nacional. Era el salto lógico. Todo en ella rezumaba frescura.

Tania es una comunicadora brillante, bilingüe, con una formación académica notable y experiencia en televisiones internacionales pero ¿alguien piensa francamente que se le hubiera brindado una oportunidad semejante con su peso actual? La televisión es lo que es. Es entretenimiento. Y desde luego no es justa. La televisión es un medio muy cruel. Sobre todo con las mujeres. ¿Jorge Javier Vázquez está acaso en su peso? A nadie le importa. ¿Lo está Paquirrín? ¿Tiene su hermana, Chavelita, una buena dicción? ¿Tienen acaso estudios primarios?

Conoce a presentadoras valencianas maravillosas, animales de la comunicación, relegadas tras las cámaras por gordas: Gemma Juan, Lydia Peters… Decisiones tomadas, además, por señores en sus despachos, de dudosa forma física y peor fondo profesional. Lydia Peters, por cierto, destinada a la radio a pesar de su belleza triunfa ahora como Plus Size Model.

En defensa de Tania, salieron otros bellezones: Pilar Rubio y Sara Carbonero. Esta última, en un gesto noble, subió fotos de sus cicatrices a su blog para demostrar que no es perfecta. ¿Cuál hubiera sido la trayectoria de ésta preciosidad imperfecta con otro color de ojos o con unos cuantos kilos de más?

Fotos: Sara Carbonero

Cuando se es una estrella mediática, bonitas, la crítica entra en el sueldo. Y sí, trabajar en la tele supone estar en buena forma física porque es parte del trabajo que ese físico ayudó a conseguir. A menos que se sea Paquirrín.