Ya lo he comentado otras veces, y creo que no descubro América, si digo que la Justicia en España es un auténtico dislate. Personas que apenas tienen nada se encuentran pagando penas desproporcionadas mientras que corruptos y defraudadores millonarios tienen la seguridad de que la Justicia les favorecerá. Serán condenados sí; algunos hasta pisan la cárcel. Pero después tienen un precioso indulto esperándoles. Pueden ser presidentes de equipos de fútbol (como Del Nido) que reciben el apoyo de sus colegas de profesión (ladrones como él, no lo olvidemos); políticos corruptos (como Hernández Mateo) apoyados por sus compañeros de partidos, tan corruptos como él; matadores dentro y fuera de la plaza de toros (como Ortega Cano), laureados por una parte de la sociedad enferma; o kamikazes que tuvieron la suerte de ser defendidos por un familiar del ministro de Justicia.
Habrá quien me diga, no sin razón, que muchos de ellos irán a la cárcel y cumplirán su condena. Pero analicemos esta razón. Si no hubiera habido protestas y presiones sociales, ¿seguiría el kamikaze de Valencia en la cárcel? ¿Qué clase de Justicia es esta que funciona por presión social?
Otros me sacarán los casos de Carlos Fabra o Francisco Camps. Desde mi punto de vista, ambos casos (igual que los anteriores que he aludido), son el ejemplo de que la Justicia contra los que más tienen en este país son solo gotitas que no llegan a saciar la sed. Veremos cuánto tardan en concederle indultos a Fabra. Sobre Camps, no considero Justicia una sentencia dictada por un jurado popular. Pero a ellos les viene muy bien para decir: "Camps fue absuelto de sus delitos por la Justicia".
Esta reflexión me viene a raíz de lo una noticia que he leído hoy. Resulta que la Audiencia de Valencia no ve conexión entre los 43 fallecidos en el accidente de metro de 2006 y las mentiras en la comisión de investigación de Les Corts. Evidentemente, las mentiras no causaron el accidente. Pero esas mentiras han servido para encubrir las causas del accidente, con lo cual, algo de conexión digo yo que habrá. Hay dos curiosidades a este respecto: la primera es que esto lo dicen los mismos jueces que ordenaron reabrir la investigación judicial. La segunda curiosidad es que esta resolución fue dictada antes que la de reapertura, pero en ella se alude a la de reapertura como si ya hubiera sido publicada.
Lo que está claro, en relación con el accidente del metro es que no hay interés en conocer a los responsables ni siquiera por parte de la Justicia. Parece que hay mucha gente a la que cubrir, no solo de la actual directiva de FGV ni del actual Gobierno regional. Lo dicho, la reapertura del caso, tal como me temía, solo es una gotita que no saciara la sed de Justicia que ya dura siete años. Ojalá me equivoque.