O al menos su mayor parte. Acciones que terminan siendo simplemente un papel en blanco. Medallas de oro desteñidas que se quedan en cartón. El caso de Gowex no es muy diferente de los escándalos que hemos presenciado en estos últimos años (o en esta última vida). Desde la burbuja inmobiliaria, y todo lo que llevaba detrás, hasta el caso de las preferentes. Pasamos por Bankia y todas las mentiras con aspiraciones de verdad de las Cajas de Ahorro. Todos los casos que terminaron explotando primero fueron elogiados. Desde sacar pecho por construir más casas que Francia y Alemania hasta situar el sistema financiero español en la cima del mundo. Y todo era mentira. Todo era una simple corriente de aire que no paraba de hinchar deseos. Y todo termina explotando. Reventando. Al final solo queda un suelo plagado de restos de un globo que no supo cumplir las reglas.
Pasar de valer 1.400 millones a cero en una semana solo puede ser gracias a una mentira. Los últimos cuatro años, al menos que se sepa. Gowex ha hinchado las cuentas. Gotham City, la consultora que pinchó el globo, dice en su informe que un 90% de sus ventas son falsas. Primero, negaron. Segundo, intentaron disparar a los artífices del informe. Tercero, la calma ante de la tormenta. Y cuarto, y tomando el ejemplo del antiguo Rey, el “me equivoqué, no volverá a suceder”. Pero la mentira ya estaba hecha, el globo flota sobre las ciudades que han contratado la conexión wifi pública a dicha empresa, y los acreedores (instituciones públicas en buena parte) y accionistas ya caminan por la niebla.
Cotización de Gowex. Vía: Cinco días.
Pasar de recibir premios a ser etiquetado de “estafador” solo puede ser gracias a una mentira. El presidente de Gowex, Jenaro García, ha pasado de ser el ejemplo de emprendedor español tecnológico, alejado del modelo inmobiliario previo a la crisis, a ser uno más en la lista de los mentirosos profesionales. Ha pasado a twittear críticamente sobre el sistema a ser un montón de comentarios más en la inmensa nube social.
Es complicado ver el fracaso en los ojos del éxito. Si el informe no hubiera salido la semana pasada a la luz, hoy seguiríamos viendo a una empresa fuerte, ejemplo del buen hacer y valedora de la consistencia del MAB (Mercado Alternativo Bursátil). Hoy no es más que una empresa que se hinchó a base de mentiras y que reventó una buena cantidad de consecuencias con las que entidades públicas y privadas tendrán que lidiar.