A lo largo del conocimiento religioso se escucha hablar de la Gracia, de la pérdida de ésta y de cómo Cristo vino a restituirla, pero ¿qué es la Gracia?, ¿por qué la pérdida de ella lleva al pecado?, ¿es entendible?, ¿es lógico?, ¿cómo puede explicarse?.
Para comprender esta situación es imprescindible remontarnos al libro del Génesis, particularmente al capítulo tres, en donde se narra el acercamiento de la serpiente a la mujer para preguntarle sobre la prohibición de D/os de comer del árbol del conocimiento, convenciéndola de alimentarse de él y de compartir de este fruto al hombre.
Este relato basado en mitos mesopotámicos se fundamenta en la enseñanza ética, la cual ha sido tergiversada por el dogma y por la moral impuesta por san Agustín, padre de la Iglesia paulina, pero distante de las enseñanzas judías de Jesús de Nazaret.
Es importante comprender dos maneras de leer la Sagrada Escritura, desde el estudio puro, es decir, desde la raíz etimológica entrelazada a la historia y tradición del pueblo judío, relacionado con los primeros siglos del llamado cristianismo primitivo, y el cristianismo imperial tomado de las cartas paulinas, dogmático y agustiniano, pero alejado de las enseñanzas de Jesús. El primero se fundamenta en la ética, y su principio es enseñar a partir de la propia reflexión, el segundo construido a partir de juicios, dogmas, y en esa verdad absoluta la cual sólo tiene como propósito alejar al ser humano de su propio pensamiento para así imponer y justificar un intercesor.
Lo dicho líneas atrás ha provocado que el relato del libro del Génesis se haya interpretado de dos maneras principales, desde la lectura agustiniana la cual ha dañado las enseñanzas de la Torá y de Jesús al imponer que fuera de la Iglesia no hay salvación, cuando en realidad este relato tiene como propósito narrar la belleza de ser parte de la creación de D/os, y de la responsabilidad que conlleva ser un templo más no una cárcel.
Es primordial explicar que es hasta el capítulo tres donde los primeros padres obtienen su nombre, es decir, el varón es nombrado Adán y la mujer Eva o Hava, el cual les da un lugar en la creación. Al tener nombre se Es.
Este relato menciona que D/os creó a Adam, pero Adam no es un hombre solo, un individuo, Adam significa humanidad y Adahama madre de la humanidad, no se está hablando de dos seres únicos en el mundo, sino de la humanidad entera. Es preciso entender que este relato al ser un mito no tiene como fundamento la narración histórica, sino una narrativa ética surgida en el pos-exilio para ayudar al ser humano a comprenderse a sí mismo y por ende a sus semejantes y a su propio pueblo convirtiéndose en un apoyo frente a la situación que están viviendo.
Así al nombrar a Adán y Eva los primeros padres, la enseñanza es que si venimos todos de una misma pareja somos hermanos y por ende la tierra es de todos y no existe la diferencia de clases.
El relato del Génesis menciona Hombre y Mujer los creó, no en cuestión de género, porque ese pensamiento está muy alejado de la época, por ello, es absurdo querer leer este relato desde perspectivas feministas que no llevan a ningún lado. Hombre y mujer los creó, significa que D/os creó a la humanidad de la dualidad, de lo femenino y de lo masculino, ejerciendo su feminidad en todo aquello que crea, piensa, ama y mostrando su masculinidad en las decisiones, en la guerra, por mencionar algunas, de esta manera, el relato del Génesis describe al cerebro, el hemisferio derecho se revela la mujer y el hemisferio izquierdo el varón, por otra parte, después de comer del fruto, esta escrito, D/os los vistió con vestimenta de pieles, es decir eran energía, no tenían forma ni materia, entonces D/os les otorga un cuerpo, cubre la energía con la materia, siendo esto un antecedente de la física cuántica, en donde se describe que es la energía la que nos da forma, pero la cual es inexistente.
Al releer el capítulo uno y dos del libro del Génesis comprendemos que el ser humano vivía en la plenitud del Paraíso, tenía claro quién era, de dónde venía y hacia dónde se dirigía, de manera semejante a los animales y a todos los seres creados, trabajaba y hacia todo, tenía clara su misión de vida y nada de lo que realizaba se le hacía complicado, no se cuestionaba porque no le era necesario; su vida era disfrutar la existencia, al no preguntarse y dudar no sufría, gozaba de la Gracia de ser creación y parte de D/os, sin embargo, cuando el ser humano desobedece, pierde esta Gracia, no por comer del árbol, sino porque responde a la pregunta de la serpiente, ¿conque D/os les ha dicho que no coman de ningún árbol del jardín?
Por medio de esta pregunta, la serpiente hace a la mujer detenerse, dejar de contemplar hacia fuera, la conduce a reflexionar y cuestionarse; es aquí donde la Gracia se pierde porque el ser humano al deliberar se introduce en sí mismo olvidándose por unos minutos de D/os. En esa reflexión obtiene su libertad, ya no piensa en unión con la creación, ahora tiene voluntad propia, ha obtenido el conocimiento de sí mismo.
Aunado a esto, el hombre y la mujer escuchan a D/os pasearse por el jardín, se esconden, y cometen otra indiscreción ante la interrogante de D/os, ¿Dónde estás?, pregunta D/os, la respuesta tendría que haber sido estoy en ti, sin embargo, el Hombre responde me escondí porque estoy desnudo, es decir, se advirtió independiente a D/os, nuevamente el ser humano ante la pregunta ha entrado en sí mismo, su respuesta ya no sale del centro de la divinidad sino de sí mismo.
Ante esto D/os le dice, trabajarás con dolor, y morirás, es en este momento donde el Hombre y la Mujer pecan y pierden la Gracia, no en el sentido del pecado dogmático, sino la gracia la cual hace a la humanidad dejar de ser perfecta, ese es el significado de Pecado, no ser perfecto como D/os, porque al tener voluntad independiente de lo divino, podrá equivocarse en sus decisiones, causándose daño a sí mismo y a sus semejantes.
El ser humano seguirá haciendo todo lo que hacía, pero ahora no sabrá quién es, hacia donde va, y de dónde viene, esto le causará dolor, porque no comprenderá por qué debe de trabajar, ni cuál es su origen y sobre todo no sabrá para qué y por qué realiza ciertas actividades o siente diversas emociones y sentimientos si al final deberá morir, expandir su energía. A partir de este momento el ser humano en contraste de los animales ya no tiene la gracia de llamarse hijo de D/os o parte de la creación, se siente independiente y ante ello, rechaza o acepta. El relato dice D/os los expulsa del paraíso cerrando el camino a oriente, sin embargo, no los abandona.
Aquí tenemos tres puntos fundamentales:
- El Paraíso o Gracia, es decir, la unidad con D/os, el saber quién se es, de dónde se viene y hacia dónde se dirige.
- El cierre del camino a oriente significa la privación de la visión espiritual, de la llamada cuarta dimensión o Tercer ojo, porque el Oriente para los pueblos antiguos se encuentra en la frente.
- No los abandona, porque les otorga la razón.
Ante la pérdida de la gracia, D/os no abandona al ser humano, le otorga la razón para reencontrarse consigo mismo, para aclararle el por qué de su misión y su origen.
Es así como la razón no convierte al ser humano en un ser superior a los animales o la naturaleza, sino lo torna un ser más débil. Ningún ser de la creación tiene razón, porque no la necesitan, cada animal o ser natural tiene claro el porqué de su existencia, y acepta por amor a lo divino ofrecer su vida para que otro se alimente, -tomando en cuenta que alimentar va más allá del acto físico- así está predicho en el Canto de la Creación, en el dialogo de una rana con el rey David, A diferencia de ti, yo sé quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, por eso mis alabanzas son más claras que las tuyas, porque yo sé que ahora debo acercarme al estanque para que otro hermano se alimente de mí, así comprendo que mi misión no termina sino que comienza en el interior del otro.
La pérdida de la gracia es no saber responder a las tres preguntas fundamentales, y la razón es el consuelo dado por D/os al ser humano para restituirse, y para encontrar en su libre albedrío, es decir, en la pregunta, el sentido de su existencia, por ello, todo es pregunta, D/os pregunta siempre al ser humano para que reflexione y encuentre, por esta razón, la dialéctica platónica se fundamenta en las preguntas de Sócrates, por eso la parábolas dejan una pregunta al final, por ello Cristo en la cruz retomando el salmo 22 pregunta Elí, Elí, Lama Sabactani, D/os, D/os ¿por qué me has abandonado?
Esto significa que, así como la pregunta provocó la expulsión del Hombre del Paraíso y le quitó la Gracia, así la pregunta será quien le otorgue al ser humano el retorno al Paraíso, pero esto será cuando el ser humano se olvide de encontrar la respuesta correcta, y encuentre la pregunta exacta, esa con la cual retornará a la divinidad.
Con el paso del tiempo, Jesús se muestra como Hijo de D/os, pero Hijo de D/os para los pueblos semitas se otorgaba a quien cumplía al pie de la letra la Torá, remarcando los errores de los rabinos quienes manipulaban las leyes de D/os dándole más valor a lo estipulado por los hombres de poder, siendo los dogmas cristianos una analogía del Sanedrín y de todo lo que se antepone y aleja de la pureza de la Tora.
Jesús retoma las enseñanzas antiguas y cuestiona al ser humano a través de sus acciones y parábolas, nunca da la respuesta, pregunta para que el hombre y la mujer encuentren el camino de nuevo hacia D/os a través de sí mismos, lejos de las mentiras e imposiciones morales del hombre religioso, por ello, la narración de los Mercaderes del Templo, representa a las personas quienes se imponen en el camino espiritual, dando ideas ajenas a la propia sobre lo que es D/os, Jesús se enoja porque todas sus habladurías hacen que la persona llegue a D/os con ideas que le son ajenas a su corazón, Jesús pregunta, cuestiona para abrir ese camino hacia la gracia, y otorga la respuesta al decir, Padrenuestro, es decir, si D/os es nuestro padre tú y yo somos hermanos y nos convertimos en un nosotros con responsabilidad mutua, si D/os es nuestro padre no existe mujer y hombre sino una dualidad humana, si D/os es nuestro padre la creación forma parte de lo que somos porque crecemos en ella y nos convertimos en parte de su vientre, si D/os es nuestro padre los animales y seres naturales son nuestros hermanos, como lo señala la sabiduría, budista, hinduista, taoísta, mesoamericana y franciscana.
Jesús le recuerda al Hombre que su origen es D/os, que es hijo de D/os en imagen y semejanza y que va hacia D/os, proporcionándole las respuestas de esas tres preguntas fundamentales. Jesucristo crea una revuelta social y espiritual al retornarle al ser humano la capacidad de responder a la pregunta ¿Quién soy? Jesús da la respuesta al decir, que todo Hombre y Mujer es Hijo de D/os, creado a su imagen y semejanza, quitándole a través de esta primera pregunta el miedo de saber hacia donde se dirige, porque quien ha escuchado la respuesta comprende que la muerte es el retorno a la energía primigenia antes de las vestimentas de carne, y al mismo tiempo lo reencuentra con su origen, así, el retorno de la gracia otorgado por Jesucristo, significa que el Hombre se ha comprendido parte de D/os, por lo cual tiene una responsabilidad consigo mismo, con el otro y con la creación, vislumbrando que la razón es sólo un elemento de su discapacidad para disfrutar la existencia y no algo dado para tener poder y someter, así, quien utiliza la razón para apoderarse de lo que no le pertenece retorna a la ignorancia antigua la cual resalta que se ha perdido de sí mismo.
Jesucristo retorna la Gracia al abrir el corazón del ser humano, símbolo del cerebro en los Libros Sagrados, y lo lleva a comprender que la libertad no es realizar los caprichos personales, la libertad, el libre albedrío llega con cada pregunta porque en ella nace la responsabilidad, base de todo el crecimiento del ser humano tanto personal como comunitario.
La Gracia es saber que todo viene, va y se dirige a D/os, siendo esto el sentido de la Fe, más no de la creencia y la confianza.
La razón es un don transmitido por D/os para recordarle al ser humano que el Hombre nunca está sólo porque Él lo acompañará a pesar de su voluntad.
La gracia como razón es la fortaleza del ser humano al ser conducido a preguntarse ante cada acto, porque sólo el cuestionamiento hará al ser humano introducirse en sí mismo, otorgándole libertad, pero sobre todo la conciencia y la responsabilidad de sus decisiones.
La razón como gracia es saber que el mal existe porque el ser humano no se hace las preguntas correctas, porque no reflexiona y actúa sin introspección, porque no tiene claro su origen, quién es, hacia donde va, y porque al no saber quién es olvida su propia divinidad y por ende la del semejante.
La restitución de la gracia dada por Cristo es la valoración de la pregunta como punto de libertad y de enseñanza, bases de la ética. Sólo quien se pregunte y responda desde lo que es en sí mismo se reencontrará con D/os, con el otro, consigo mismo y será libre, a diferencia de la moral la cual evita cualquier tipo de pregunta al imponer dogmas negándole y privando al ser humano de la libertad para introducirse en sí mismo y hacerse responsable.
La ética de la gracia de Cristo ofrece libre albedrío, en contraparte, la moral paulina y agustiniana esclavitud, por ello, para estos el cuerpo es la cárcel del alma, pero la gracia de Cristo revela al ser humano el Templo donde D/os reposa, ese templo que la naturaleza custodia y absorbe en el día de la muerte.